martes, 24 de mayo de 2016

Las cenizas de García Márquez llegan a Cartagena, la ciudad que alguna vez lo discriminó



García MarquezImage copyrightAFP
Image captionLas cenizas del Nobel de Literatura colombiano reposarán en el centro histórico de Cartagena a partir de este domingo.
Con la llegada de sus cenizas este fin de semana a Cartagena, el escritor colombiano Gabriel García Márquez regresa a la ciudad donde tuvo la única casa que construyó en la vida, la que le dio la oportunidad de trabajar en lo que amaba, pero la que también -como él mismo contaba- en un principio lo discriminó por su origen pueblerino y su extravagante forma de vestir.
A partir de este domingo cualquier persona podrá visitar el lugar donde reposarán las cenizas del premio Nobel de Literatura de 1982, fallecido el 17 de abril de 2014, en el patio central del Claustro de la Merced, en el centro histórico de Cartagena.
Y aunque la ciudad –la más turística del país– parece ser un destino natural para los restos del único Nobel colombiano, su regreso resulta paradójico por la relación agridulce que tuvo García Márquez con ella.

  • Con el tiempo el autor de "Cien años de soledad" se convirtió en uno de los personajes más notables de Cartagena, pero su llegada en mayo de 1948 no fue fácil.

"Una ciudad clasista"

Gabriel García Márquez se mudó a Cartagena con el objetivo de finalizar los estudios de derecho que había comenzado en Bogotá.
Aunque ya había publicado una serie de cuentos bien recibidos en el diario nacional El Espectador, en aquella época el escritor era todavía un estudiante pobre que intentaba abrirse paso en una de las sociedades más clasistas del país.
Claustro de la Merced, Cartagena
Image captionEl busto elaborado por la escultora británica Katie Murray será revelado en la ceremonia de honores que ofrecerá la ciudad para el Nobel colombiano el fin de semana.
"Cartagena tiene sin duda el gran mérito en la vida de García Márquez, ya que es aquí donde inicia su carrera de periodística", le dice a BBC Mundo Nicolás Pernett, historiador especializado en el Nobel de Literatura.
"Pero Cartagena siempre ha sido una ciudad jerárquica y muy clasista. Y García Márquez era un muchacho de 21 años de provincia, flaco, moreno, sin mucho pedigrí, y eso no se deja de sentir en una ciudad como Cartagena", explica.
En efecto, el escritor se ganó en Cartagena apodos como "trapo loco" y "valor civil" por su manera de vestir extravagante y colorida que escandalizaba a la tradicional clase alta de la ciudad.
Y él mismo decía con ironía que los cartageneros eran los "cachacos" de la costa, usando el sobrenombre en el Caribe colombiano para referirse a los bogotanos, porque -como explica Pernett- "los asociaba con esa idea de jerarquía, de racismo, de exclusión de los bogotanos y que él mismo vivió en Cartagena".
Gabriel García MárquezImage copyrightDANIEL MORDZINSKI
Image captionEl escritor tenía 21 años cuando llegó a Cartagena en 1948.
"No vivió lo mismo cuando se fue en 1949 a Barranquilla [120 kilómetros al norte de Cartagena], que era una ciudad mucho más abierta, llena de inmigrantes de todas partes del país y del mundo", añade Pernett.
En Barranquilla García Márquez hizo amigos que le durarían toda la vida, con los que se solía reunir en el emblemático bar La Cueva para tener un inspirador intercambio de historias.
En esa ciudad, además, se casó en 1958 con su esposa Mercedes Barcha, quien estará presente este domingo en la ceremonia de sus cenizas en el Claustro de la Merced, administrado por la Universidad de Cartagena, donde el escritor se matriculó para terminar sus estudios de derecho.
"Hay que recordar que García Márquez se retiró de esa carrera porque no era su interés ser abogado, era más una imposición de su padre", señala Pernett. "Y no deja de parecerme paradójico que pasará la eternidad en la universidad de la que se retiró".
  • Seducido por la "ciudad esplendorosa"
Pero a pesar de que García Márquez –oriundo del pequeño pueblo sin mar de Aracataca– criticó fuertemente a Cartagena, también se sentía muy atraído por la "gran ciudad", explica el investigador.
García Márquez, Mercedes BarchaImage copyrightAFP
Image captionGabriel García Márquez visitó su pueblo natal, Aracataca, en compañía de su esposa Marcedes Barcha, algunos años antes de morir.
"La idea de los antiguos palacios, todo el esplendor colonial, toda esa imponencia arquitectónica junto al Mar Caribe, las murallas y en especial esa idea de vieja grandeza es un tema muy recurrente en su obra", dice el investigador.
En sus novelas "El amor en los tiempos del cólera" y "Del amor y otros demonios", García Márquez plasma imágenes de la ciudad, de sus lugares emblemáticos pero sobre todo de su estructura social.
"Siempre trabajó la idea del pueblo o ciudad grandiosa que después decayó. Macondo fue básicamente eso: un pueblo que llegó a un esplendor gigantesco en el que después quedaron los fantasmas y las casas viejas vacías cayéndose", dice Pernett.
"Cartagena le remitió ese mismo sentimiento, fue el punto del giro en su escritura durante la década de los 80".

La reconciliación

Pernett recuerda una escena de "El amor en los tiempos del cólera" en que la protagonista, Fermina Daza y su esposo Juvenal Urbino, hacen un viaje en globo. Y aunque la historia no se enmarca en Cartagena, en ese viaje cinematográfico en globo se menciona la ciudad.
FNPI, Cartagena
Image captionEl novelista y periodista creó la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) en Cartagena, que trabaja en formación de periodistas latinoamericanos y del Caribe. En la foto, los participantes en el primer taller de la FNPI en 1996.
"Hablan de que ven las murallas antiguas, las casas abandonadas, las casonas de los virreyes, de esa "Cartagena de Indias, la más hermosa del mundo", afirma Pernett.
Los años en los que García Márquez llegó a la ciudad no eran fáciles, 1948 es uno de los años más violentos de la historia de Colombia, lo que tal vez también contribuyó a la imagen negativa que tuvo el novelista en un principio. Pero en su madurez profesional, en la década de 1980, cuando ganó el premio Nobel, las cosas eran distintas.
Su familia se había mudado a Cartagena y él decidió integrar la ciudad a su obra.
"En los 80 está un poco más reconciliado con la ciudad, tal vez porque él mismo yase había convertido en parte en esa élite costeña que él mismo despreciaba", afirma Pernett, "pero siempre va a tener como ese amor y odio: encantado por su belleza, encantado por su historia, y a la vez, un poco excluido por la sociedad".
  • "En diez cuadras de Cartagena uno se encuentra desde el chico pobre que no tenía futuro que tuvo que dormir en el Parque de Bolívar, hasta al escritor consagrado que se manda a hacer una casa gigante y hermosa frente al mar", explica.
Nicolás Pernett, García MárquezImage copyrightNICOLAS PERNETT
Image captionNicolás Pernett es director del archivo de García Márquez en la Biblioteca Nacional de Colombia.
"Eso dice todo sobre Cartagena en su vida y sobre la misma ciudad".
Ciudad en la que en 1994 creó la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) –que hoy incluye su nombre–, probablemente uno de los legados más concretos de su versión como periodista, ya que su misión es la formación e intercambio de periodistas latinoamericanos y del Caribe.
¿Es Cartagena la ciudad ideal para llevar las cenizas de García Márquez?, le preguntamos a Pernett.
"Yo creo que es apropiada en la medida en que torno a los escritores se crea una industria de turismo", responde.
"Es apropiada, además, teniendo en cuenta que hay una Ley de Honores de diciembre de 2014, en donde se prevé que en Cartagena se cree un centro de documentación y un museo dedicado a García Márquez administrado por la FNPI".

Las mujeres que construyeron su propia ciudad para poder vivir en paz en Colombia



Mujeres colombiaImage copyrightNATALIO COSOY
Image captionEste es parte del grupo de mujeres que ha construido un pueblo con sus propias manos.
Las casas de ladrillo gris tienen uno y dos pisos. Son 98, algunas sin pintar, otras de colores, muchas rojas o amarillas o azules, los colores de la bandera de Colombia. Las levantaron mujeres, un particular grupo de mujeres, con sus propias manos hace unos diez años.
Ellas pertenecen a la Liga de Mujeres Desplazadas (LMD), una organización de víctimas que nació hace cinco años.
Todas tuvieron que dejar sus lugares de origen por la violencia, el conflicto de más de 50 años que azota a Colombia, en el que la confrontación entre guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas del Estado ha dejado más de 220.000 muertos y más de seis millones de desplazados, según cifras oficiales.
  • Las casas de ladrillo gris se erigen a lo largo de estrechas callecitas decoradas con flores y árboles, aquí en el municipio de Turbaco, unos 20 kilómetros al sur de la muy turística y a la vez muy pobre Cartagena.
Estas casas son el orgullo de sus dueñas, sus constructoras, las habitantes de este barrio que es para ellas su ciudad, la Ciudad de las Mujeres.
"Nos capacitamos en autoconstrucción, en figurar hierro y nosotras mismas trabajamos nuestras viviendas", le dice a BBC Mundo Everlides Almanza, de 59 años. "Nos pusieron dificultades, que no éramos capaces, pero les probamos que sí éramos capaces y estas casas fueron hechas por nosotras".

Sobrevivientes

La vida de Everlides, como la de todas las mujeres de la LMD, ha estado marcada por la violencia.
  • Perdió a su padre, asesinado cuando ella tenía nueve años. Luego mataron a dos de sus primos; más tarde a un sobrino.
Nos pusieron dificultades, que no éramos capaces, pero les probamos que sí éramos capaces y estas casas fueron hechas por nosotras".
Everlides Almanza, 59 años.
Everlides es una sobreviviente, como todas las mujeres de la LMD.
"Todas las mujeres de la organización habían sufrido de alguna forma un abuso sexual", afirma Patricia Guerrero, una aguerrida abogada que creció en Bogotá pero más tarde se mudó a Cartagena, donde conoció a algunas de las primeras mujeres que luego conformaron la LMD.
"Muchas han sido violadas, otras incluso habían sido abusadas y quedaron preñadas a raíz de esas violaciones, otras nunca pudieron volver a tener hijos, otras nunca pudieron volver a tener relaciones sexuales armoniosas ni agradables, ni gozosas; la guerra arrasó con la sexualidad de las mujeres".

"Una transformación impresionante"

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Image captionEn la Ciudad de las Mujeres, las madres y abuelas son las jefas de los hogares. (Foto de archivo)
Cuando conoció a las primeras de ellas, hace unos 16 años, vivían en condiciones paupérrimas en barrios de miseria en Cartagena, a los que habían llegado desplazadas, en muchos casos junto a sus familias.
Las ayudó a organizarse, encontró un lote de tierra para construir sus casas, su ciudad, y buscó fuera de Colombia los fondos para edificarlas; consiguió dinero del Congreso de EE.UU., del programa de ayuda exterior de EE.UU. USAID y de la cooperación española.
Pero establecer su propia comunidad no fue fácil.
  • Recibieron amenazas, el centro comunitario que erigieron fue incendiado (lo reconstruyeron), para intimidarlas arrojaron cadáveres en los pedazos de tierra que cultivaban y el compañero de una de las mujeres fue asesinado mientras cuidaba la fábrica de los ladrillos grises con los que levantaban las paredes de sus casas.
Mujeres Image copyrightNATALIO COSOY
Image captionEverlides Almanza junto a su familia en la casa que ha construido en la Ciudad de las Mujeres.
Con todo, el tener sus propios hogares, construidos con sus propias manos ha sido para ellas una bendición.
La casa de Celestina Mosquera Andrade está pintada por fuera de un rosa brillante y por dentro, también brillante, de verde. Parece una celebración del cambio de vida que implicó haber conseguido tener este espacio.
Mientras almuerza, me cuenta: "Fue un cambio, una transformación impresionante porque, imagínese, vivíamos allá en piso de barro, plástico, nos inundábamos cada vez que había invierno (época de lluvias), agua aquí (se señala arriba de las rodillas), perdíamos las cositas; vea qué cambio hay, que diferencia; ¡cuándo he vivido yo así!".
CartagenaImage copyrightLIGA DE MUJERES DESPLAZADAS
Image captionLa mayoría de las habitantes de la Ciudad de Mujeres se conocieron en barrios muy pobres de Cartagena, en lugares como el que muestra esta imagen.

Feminicidio

Everlides Almanza va vestida de negro, como el negro del duelo, mientras nos cuenta: "Los grupos armados se metían en las fincas donde trabajaban los campesinos, violaban a las mujeres, amarraban a los hombres".
"Cuando sentía algún ruido de una vez cogía el monte con mi niña, mi única niña hembra que tenía, tenía cinco varones y una hija hembra; y yo siempre cuidaba a mi hija hembra".
Por el peligro, Everlides dejó esa tierra, en el departamento de Cesar, en el norte del país, y se fue para Cartagena.
Nosotras lo que queremos es avanzar a tener poder político, que es la única manera en que creemos que las cosas para las mujeres se pueden transformar
Patricia Guerrero
Natalio Cosoy
Y aunque la mudanza a la Ciudad de las Mujeres significó establecerse en un lugar más acogedor y seguro, tuvo que sufrir otra tragedia.
En 2011 su hija, su única hija, fue asesinada en el municipio de Turbaco. No fue por el conflicto armado, fue el resultado de otra forma de violencia que es común en el país, fue un feminicidio.
Fue violada y luego salvajemente asesinada por su expareja, quien luego se suicidó.
"Me dejó tres niños, que los tengo a mi cargo", cuenta Everlides.
Ciudad de las MujeresImage copyrightLIGA DE MUJERES DESPLAZADAS
Image captionEntre otras situaciones que debieron soportar en la Ciudad de las Mujeres, el centro comunitario que habían construido fue incendiado.

Nuevas generaciones de mujeres y hombres

De esos niños, una es su nieta Nayelis Paola González Berrío, de 14 años.
La niña creció en un ambiente en el que se valoran y promueven los derechos de la mujer.
"Pienso que es más fácil, porque nosotros no tuvimos que pasar todo lo que pasaron ellas", reflexiona. "Es muy diferente y le doy gracias a ellas por ofrecernos una vida mejor y una vida digna".
Nayelis sigue los pasos de su abuela. Es la coordinadora del grupo de jóvenes de la LMD. La idea es que estas nuevas generaciones continúen el trabajo iniciado por sus madres y abuelas.
ViviendaImage copyrightLIGA DE MUJERES DESPLAZADAS
Image captionLuego del incendio, volvieron a construir el centro comunitario.
Algo crucial es que los muchachos que crecen en la Ciudad de las Mujeres también desarrollan una perspectiva del mundo más equilibrada, acostumbrados a ver a sus madres, sus abuelas, como las jefas de sus hogares.
Un ejemplo es el de Jesús David Reales, de 23 años.
"Las respeto por su coraje, por su valentía", dice de las fundadoras de la LMD.
Fue un cambio, una transformación impresionante porque, imagínese, vivíamos allá en piso de barro, plástico, nos inundábamos cada vez que había invierno".
Celestina Mosquera Andrade
Luego, de todas las mujeres, dice: "Son capaces de construir, de hacer muchas cosas, no tienen por qué simplemente quedarse en casa, deben estar involucradas en todo, en todos los aspectos del país, del mundo".

Política

De hecho, ese es el plan de la organización.
"Nosotras lo que queremos es avanzar a tener poder político, que es la única manera en que creemos que las cosas para las mujeres se pueden transformar", dice Patricia Guerrero.
MujeresImage copyrightLIGA DE MUJERES DESPLAZADAS
Image captionHan sido las propias mujeres quienes construyeron sus casas aquí.
A Ana Luz Ortega Vázquez, miembro de la LMD, este proyecto le genera una gran ilusión.
Con su voz suave, dice con firmeza: "Ya no somos ya víctimas de desplazamiento forzado, sino que ya vamos a ser quizás unas mujeres que vamos a cambiar ese momento, unas mujeres políticas, para surgir, para de pronto llegar a un concejo o por qué no estar ocupando puestos en la alcaldía".
O incluso, creen algunas, más aún. Si no son ellas, serán sus hijas o nietas.

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