Los argentinos pagan la segunda nafta más cara de Sudamérica
Argentina cuenta con una extensión de 5.500 kilómetros desde Ushuaia hasta La Quiaca. Sin embargo, cada vez es más costoso unir el sur con el norte. Los combustibles aumentaron un 31% acumulado desde diciembre, cuando Mauricio Macri juró como presidente, y el último incremento podría presionar aún más sobre inflación (30% interanual), por ser un valor de referencia. Los empresarios del sector argumentaron que una de las razones es una suba del 35% de los costos de producción y el propio Gobierno dijo que la gran causa es la devaluación del peso, que alcanzó el 50% desde diciembre.
El barril de crudo baja en todo el mundo pero eso no se refleja en las gasolineras argentinas, que este domingo debieron modificar los letreros por cuarta vez en el año. Así, el litro de nafta súper pasó de 17 pesos a 20 pesos (1,33 dólares) y la Premium de 20 pesos a 24 pesos (1,60 dólares).
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, explicó que el aumento “es para ir reflejando en forma gradual el impacto que tuvo en el petróleo la corrección cambiaria que se dio a partir de la salida del cepo: antes el dólar estaba a 9,68 pesos (0,64 dólares) y en lo que va del año tiene un promedio de $14,50 (casi un dólar)”.
“En lugar de realizar un aumento por única vez en forma de shock, lo que se hizo fue aplicar aumentos parciales: 6% en enero, 6% en marzo, 6% en abril y 10% en mayo”, señaló Aranguren, e introdujo otra variable para explicar las subas: “En Argentina el componente impositivo ronda entre el 38 y el 47%, dependiendo el producto; mientras que en otros países como los Estados Unidos tiene un 12%”.
Con los nuevos precios, Argentina es el segundo país de la región que más caro cobra el combustible, superada sólo por Uruguay, con 1,32 dólares por litro.
Subvenciones encubiertas
“Los conductores de Argentina de alguna manera están subvencionando a las compañías de petróleo para conservar los puestos de trabajo”, resumió Raúl Castellano, secretario de la Cámara de Empresarios de Combustibles, quien de todas maneras asumió: “Sabíamos que se iba a producir (la suba), hasta conocíamos la fecha y el importe. Esta saga de aumentos se preveía desde principios de año, pero también sabemos que no se tiene que trasladar al precio de venta porque no todos los costos de refinería son por el petróleo”.
“El temor nuestro es que impacte en las ventas, si bien es cierto que el consumo de combustible es inelástico, entendemos que algo se va a sentir. Ya hay una tendencia de los consumidores a no cargar Premium sino Súper que llevó a una caída del 25% en este producto”, consideró Castellano.
En todo coincide Vicente Impieri, presidente de la Federación de Empresarios de Combustibles (FECRA). “Estamos preocupados porque calculamos que las ventas se van a venir para abajo. Si bien el primer trimestre de este año con respecto al de 2015 no hay diferencias, este aumento es elevado y puede repercutir en las ventas”, dijo.
“También tenemos que saber que el aumento obedece a lo que ya sabemos: el precio está atado al dólar y sabíamos de antemano que esto iba a ocurrir. Por eso no es tan irreal el aumento del combustible, aunque no sabíamos si de un día para el otro o de forma gradual”, afirmó Impieri.
Los subsidios que el gobierno argentino otorga al sector despegan el precio interno del internacional. La gestión kirchnerista mantuvo la ayuda a los empresarios en torno a los 25 dólares por barril. Macri, por su parte, elevó ese número cerca de 10 dólares. Es por eso que por más que el valor del barril se ubique cerca de los 45 dólares en todo el mundo, los empresarios del rubro en Argentina paguen entre 65 y 70 dólares.
“En Argentina, las provincias y empresas productoras cobran el crudo al valor del mercado interno, que está fijado en 65 dólares”, contó Impieri, “ahí está el nudo de la cuestión, porque si cobraran al valor del mercado mundial, entonces sí existiría la posibilidad de que el combustible baje. El gobierno tiene forma de actuar, pero si sincera el precio al valor internacional para que baje en los surtidores, pone en riesgo muchas fuentes de trabajo”. En Argentina existen unas 4.000 gasolineras en las que trabajan cerca de 60.000 empleados.
“Siempre vamos al revés. Cuando se fijó el valor del crudo en el mercado interno a 70 dólares, en el mundo el barril estaba 120 dólares, pero hoy está a 45. Esto también es resultado de la desfinanciación y las malas políticas en el sector energético”, opinó el presidente de FECRA.
“No hay motivos para que vuelva a aumentar”, determinó Luis Malchiodi, de la Federación de Entidades de Combustible, “porque los incrementos anteriores eran satisfactorios a nuestro entender, inclusive por manifestaciones propias del ministro de Energía que había dicho que era el último aumento del año. En pocos meses llegamos al 31% y entendemos que el gobierno tiene una pauta de la inflación que es menor que la que marca la realidad”.
“En Argentina todavía nos damos el lujo de subvencionar a los productores, a la industria y a las provincias petroleras. Tampoco le creo al ministro cuando dice que es por la devaluación del peso, porque todos hablan de noviembre hasta ahora y esto es del mes pasado y no hubo ninguna variación importante entre las monedas. Es una medida errática que va a generar menores ventas y tener que aguantar el mal humor de la gente”, concluyó Malchiodi.
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