Da continuidad a En marcha(2015), en el que exploraba el rock desde varias posiciones: del folk a la ranchera, en acústico o eléctrico, acelerado o con el freno puesto. Era "un disco de aire californiano, con guitarras que guiñaban el ojo a Tom Petty o The Byrds".
"Habrá que vivir" se anuncia como "un álbum de esos que pegan directo en el corazón: sin rodeos, a golpe de guitarras y estribillos burbujeantes", y en el que no abandona del todo esa influencia americana. "Un disco cien por cien Rubén Pozo, más madrileño, más pegadizo".
Con la colaboración de Ariel Rot en uno de sus temas. Algo del poso que le ha dejado la gira con Mark Olson, ex de The Jayhawks, se desprende también de sus canciones.
Con Caperucita feroz como primer single.
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