Estados Unidos la izará en La Habana el 14 de agosto
Bandera, himno y discurso. Y mojitos. Cuba ha desplegado todo su protocolo para celebrar este lunes la reapertura de su embajada en Washington tras más de medio siglo de ruptura diplomática con Estados Unidos, que dese la medianoche también cuenta con una embajada en pleno funcionamiento en La Habana.
Han tenido que pasar 54 años para que la bandera cubana vuelva a ondear en la legación diplomática y La Habana ha querido reconocer este hito enviando a su canciller, Bruno Rodríguez, a presidir la ceremonia. Lo que constituye, en sí, otro momento histórico: es el primer ministro de Relaciones Exteriores cubano que visita Washington desde 1958.
Habrá que esperar hasta el 14 de agosto para ver cómo se replica la escena en La Habana. Esa es la fecha en la que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, viajará a la capital cubana -otro momento inédito en más de medio siglo- para izar la bandera estadounidense con igual pompa en su embajada en el Malecón habanero, según adelantó este lunes.
Rodríguez pronunció un discurso ante los invitados al acto después del izado de la bandera, poco después de las 10.30 locales, destacando "el hecho histórico que estamos viviendo hoy". "Hoy se abre la oportunidad de empezar a trabajar para fundar unas relaciones bilaterales nuevas y distintas de todo lo anterior. Para ello, el Gobierno cubano compromete toda su voluntad".
Además de la bandera que ondea ya frente a la fachada proclamando el recuperado alto estatus diplomático, otra bandera cubana de especial significado era desplegada en el interior de la majestuosa embajada. Es la misma bandera que fue retirada hace más de medio siglo, cuando Washington y La Habana rompieron relaciones el 3 de enero de 1961, y que fue guardada por una familia cubana en Florida "en espera de que este día llegaría", reveló Rodríguez.
El canciller cubano insistió, sin embargo, en que solo la apertura del embargo económico a la isla "que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo" llevará a una normalización completa de relaciones. Además, pidió "la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba". El llamado embargo económico es una maraña de leyes que solo el Congreso puede revertir, y la mayoría republicana en el Legislativo de EE UU ha prometido hacer todo lo posible para impedirlo.
Tras la fiesta en la ya embajada cubana, Rodríguez se dirigió al Departamento de Estado -otro paso inédito en el último medio siglo- para reunirse con Kerry. Allí lo recibió otra bandera cubana, la que fue instalada discretamente durante la madrugada para que luzca ya en el futuro en la entrada de la sede de la política exterior estadounidense al lado de todas las banderas de los países con los que EE UU mantiene relaciones diplomáticas.
SILVIA AYUSO Washington //http://internacional.elpais.com/
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