La Secretaría General de Naciones Unidas, dirigida por el surcoreano Ban Ki-moon, registró el pasado año 99 denuncias por presuntos casos de abuso o explotación sexual, una veintena más que en 2014. Según detalla un informe interno, la mayor parte de los casos, 69, involucran a personal civil, policial o militar de las misiones de pacificación de la ONU. De estos operativos, con una fuerte presencia de cascos azules, se llevan la palma los desplegados en República Centroafricana y República Democrática del Congo. Las otras 30 denuncias fueron interpuestas contra personal no vinculado a misiones de paz en el extranjero, pero sí a las agencias humanitarias que desarrollan las actividades de la organización.
El reporte elaborado por la oficina de Ban llega dos meses después de que una investigación independiente encargada por la ONU concluyese que la organización había cometido serios errores en la gestión de denuncias de delitos sexuales en la misión en República Centroafricana (Minusca). El escándalo en este país, envuelto desde finales de 2014 en un conflicto a fuego lento entre milicias cristianas y musulmanas, estalló tras la suspensión de empleo de un trabajador de la ONU, el sueco Anders Kompass, por filtrar a un tribunal de Francia que soldados de ese país —no adscritos a la Minusca sino al contingente enviado por París a su antigua colonia— estaban siendo investigados por supuestos abusos a menores. Kompass fue readmitido por la organización recientemente.
El 55% de las 69 denuncias presentadas contra personal de misiones de paz, la mayoría aún en periodo de investigación, si bien las hay que fueron desestimadas por falta de evidencias, corresponden precisamente a República Centroafricana (22) y República Democrática del Congo (16). También hay casos abiertos por abusos o explotación sexuales en Haití (9), Liberia (6), Costa de Marfil (6), Malí (5), Darfur (2), Abyei (Sudán, 1), Chipre (1) y Timor Este (1).
Más de la mitad de estas denuncias, 38 en total con 46 personas involucradas y 34 víctimas, fueron cursadas contra militares de las misiones. El resto se lo repartieron a partes iguales entre personal civil y policial de los contingentes de la ONU.
La presión por la catarata de denuncias por abusos sexuales en República Centroafricana llevó en agosto del pasado año a Ban a, primero, usar la palabra "cáncer" para describir el modo en que se estaba extendiendo el escándalo, y, en segundo lugar, a destituir al jefe de la Minusca, el general senegalés Babacar Gaye, un veterano en misiones de paz.
En al menos 22 de las 69 denuncias registradas por la Secretaría General en el marco de misiones de paz, las presuntas víctimas fueron menores, mientras que en otras 41 lo fueron adultos por casos de sexo no consentido. Según detalla el informe, personal de hasta 21 países, la mayoría de ellos africanos, ha sido objeto de las denuncias. El contingente militar congoleño, presente en la Minusca, está a la cabeza, con siete casos, seguido del de Marruecos (4), denunciado también en la misión centroafricana, y Sudáfrica (4), con cascos azules en Congo. Solo hay un expediente en el reporte que vincula a un país de Europa, en este caso, personal policial alemán. Se desconocen los detalles de la investigación.
Una de las principales críticas lanzadas por las ONG de derechos humanos a la ONU es la lentitud en las investigaciones. De los 69 casos abiertos en misiones de paz, solo 17 han sido cerrados con condenas que van desde la repatriación de personal hasta la suspensión de la aportación económica o incluso el arresto.
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