La primera participación del recién estrenado presidente de Argentina, Mauricio Macri, en una cumbre de Mercosur no estuvo exenta de controversia.
El mandatario argentino pidió la liberación de los presos políticos en Venezuela durante su intervención en la cumbre de Jefes de Estado del bloque, que se celebró este lunes en Asunción, Paraguay.
"Quiero pedir aquí expresamente delante de los Jefes de Estado miembros de Mercosur por la pronta liberación de los presos políticos en Venezuela, porque en los Estados parte no puede haber lugar a persecución política por motivaciones ideológicas o por pensar distinto", declaró Macri.
Si bien Macri añadió que su gobierno ve "con agrado que Venezuela asumió" los resultados de las pasadas elecciones legislativas en las que triunfó la oposición, el plato estaba servido para el choque con la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, quien representa en la reunión al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que no pudo asistir por compromisos internos.
Rodríguez acusó a Macri de hacer "injerencismo" y le mostró fotografías de personas armadas que, según dijo, fueron tomadas en las "manifestaciones pacíficas" de 2014 en Venezuela.
La canciller le dijo a Macri que al pedir la liberación de los políticos detenidos está defendiendo la "violencia política" y se manifestó dispuesta a debatir con él sobre derechos humanos con "sinceridad y franqueza" y "sin doble moral".
El presidente argentino agregó que su "visión de la democracia no es sólo acudir a las urnas, la democracia es una forma de vida, (un) pacto de convivencia".
"Creo que llegó la hora, amigos, de pedirle un poco más a la democracia, en el siglo XX superamos (la) dictadura y dijimos nunca más a los gobiernos militares", indicó Macri.
"Si vamos a hablar de derechos humanos, vamos a hablar con sinceridad, nosotros estamos en primera fila para ese debate", respondió la canciller venezolana en su intervención.
Tensiones entre Macri y Maduro
Ya desde que Macri estaba en campaña electoral, se sucedieron los cruces de declaraciones entre Buenos Aires y Caracas.
El nuevo presidente de Argentina ha dejado muy claro que no mantendrá la misma política respecto a Venezuela que su antecesora, Cristina Fernández, quien se convirtió en una firme aliada de Maduro en la región.
"Uno de sus gestos más celebrados por la oposición venezolana fue invitar a la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, a su celebración tras las elecciones del 22 de noviembre", recordó el corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, Ignacio de los Reyes.
"Durante años, amplios sectores de la población vieron con malos ojos la cercanía del kirchnerismo con Hugo Chávez, primero, y con Maduro después. Incluso se utilizaban como una forma de criticar la gestión del anterior gobierno términos como la 'venezonalización' del país al referirse a conflictos como la inflación o las trabas del sistema cambiario".
Y aunque el nuevo presidente argentino dijo, después de las elecciones parlamentarias en Venezuela el 6 de diciembre, que no buscaría el veto de Maduro en Mercosur, el tono de Caracas no se ha suavizado.
Hace una semana, Maduro dijo en su programa de televisión que "en Argentina ganó una opción ultraderechista, neoliberal, extremista, antilatinoamericana y profundamente antibolivariana".
"Macri es un burgués de la élite y todo el gobierno que ha nombrado es la crema de la élite. Creo que le va a ir muy mal, señor Macri", apuntó Maduro.
"En efecto, Macri es visto por el chavismo como un representante de la élite propietaria de los medios de producción y comunicación que, a su modo de ver, le ha hecho tanto daño a América Latina a lo largo de la historia", explica el corresponsal de BBC Mundo en Venezuela, Daniel Pardo.
"Sin embargo, es poco probable que la polémica con Macri tenga repercusiones en Venezuela, pues la agenda electoral sigue colmando las noticias y las cruces del gobierno con otros mandatarios ya son parte de la normalidad", añade nuestro corresponsal.
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