martes, 8 de diciembre de 2015

Treinta y cinco años sin John Lennon


Una mirada sobre el músico, el legado, el mito y el militante por el pacifismo que se trasformó en una de las figuras icónicas de la cultura del Siglo XX.


Hace 35 años, el 8 de diciembre 1980, luego de su regreso a la música con el álbum “Double Fantasy”, John Lennon fue asesinado cerca de su vivienda en Nueva York, tras recibir cinco disparos por parte de Mark David Chapman, un fan desquiciado que quería pasar a la historia por ese crimen.
Como tantos otros ídolos de masas del Siglo XX, John tuvo una familia disfuncional y una niñez a los tumbos. Además, su propio nacimiento, ocurrido el 9 de octubre de 1940 fruto de la relación entre Julia y Alfred Lennon, se produjo en medio de un bombardeo de las fuerzas nazis sobre Liverpool.

La ruptura matrimonial de su padres, entre otros entretelones familiares, hicieron que pase el resto de su infancia y adolescencia con sus tíos Mimi y George Smith. En esos días ya empezó a aflorar, en similares cantidades, el espíritu rebelde y creativo del joven John, que además era un estudiante disperso y poco pendiente de lo acontecía en clase.
La historia del Siglo XX comenzó a cambiar cuando John conoció a Paul McCartney el 6 de julio de 1957, durante el segundo concierto de The Quarrymen (el grupo de Lennon), en una fiesta celebrada en el jardín de la iglesia St. Peter en Woolton; poco después McCartney se unió al grupo.

En ese día comenzó a escribirse la prehistoria de Los Beatles y también nació la dupla creativa más prolífica de la historia del rock. Ese dueto compositivo tuvo también una tenaz competencia interna que afloró en un tendal de geniales compasiones de uno y otro.
John tomo el rol del rebelde en esta dupla y también en el grupo, sin que esto sea una pose de estrella de rock y sin caer en los clichés. Esta actitud políticamente incorrecta la mantuvo hasta el fin de sus días y hasta hizo escuela en este menester.
En paralelo de esa imagen, John fue un brillante compositor, un destacado intérprete y también un guitarrista rítmico nada despreciable y esa virtud se destacó aún más durante la Beatlemanía cuando el grupo tuvo un sonido más minimalista que en épocas posteriores.
John y Los Beatles pusieron el mundo para para arriba y ese cambio fue mucho más que una cuestión estética. La irrupción de los Fab Four creó una nueva forma de ser joven en todo el mundo y también un cambio rotundo al modelo cultural con el que se habían criado los padres de los jóvenes de aquella época.
En gran parte John fue el estandarte de esa generación, junto con Bob Dylan, que ya se había desencantado del optimismo de los ’50 y de que el bloque capitalista se haya alzado a la conquista de la industria cultural en todo el mundo.

John también se transformó en un ícono pop y su imagen se replicó en un tendal de objetos y hasta sus anteojos redondos comenzaron a ser solicitados por millones de cortos de vista que querían lucir, en algo, como su ídolo.
Además, sus frases también se estamparon en remeras, pósters y en hasta tatuajes, como llevarlo en la piel. También se transformó en bandera en pos de causas nobles, como su militancia pacifista en un mundo invadido por los conflictos bélicos.
Los Beatles comenzaron con disputas internas que no pudieron frenar, aunque estas rencillas no tuvieron injerencia en la creatividad del grupo. Esas internas llevaron a inevitable disolución de la banda y John supo sobrevivir a esa diáspora.

Los ’70 de John fueron menos agitados en su vida que la década anterior y se refugió en Nueva York con Yoko Ono. Tuvo mayor actividad en los primeros años post Beatles y de ese período pertenece “Imagine”, su obra cumbre como solista.
Mientras Paul no paraba de hacer girar con los Wings, John optaba por una vida más sedentaria y sin ninguna prisa para volver a estar en el centro de la escena. Esta postura también involucró algunos retiros del mundo de la música y prolongados silencios discográficos.
Precisamente cuando volvía al ruedo, y después de hacer las paces con sus hijos y sus ex compañeros Paul, George y Ringo, un desquiciado fan le arrebató la vida a los 40 años y engrandeció, aún más, el mito de una de las figuras icónicas de la cultura del siglo pasado y que seguirá siendo un referente para las nuevas generaciones.

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