El clamor en contra de la corrupción desborda las calles de la capital guatemalteca
En la tercera marcha masiva en contra de la corrupción que ha sido la impronta del Partido Patriota, en el poder desde enero de 2012 y a ocho meses del término de su mandato el 14 de enero de 2016, unas 30.000 personas abarrotaron este sábado la Plaza Mayor de la capital guatemalteca, para pedir la renuncia de Otto Pérez Molina como presidente del país.
Poco antes del mediodía, grupos de manifestantes empezaron a confluir al punto de reunión desde los cuatro puntos cardinales, la que fue convocada por medio de las redes sociales y sin más hilo conductor que el clamor por la decencia. La movilización también provocó atascos importantes de tránsito.
Este sábado la consigna era exigir el fin de la corrupción y a ella se sumaron las universidades del país, campesinos indígenas, sindicalistas, colectivos homosexuales, el sector productivo y hasta un grupo de frailes franciscanos. Aunque convocada para las 15.00 locales, desde las 07.00 de la mañana unas 1.000 personas se reunieron frente a la Catedral Primada en una ‘jornada de oración’ para pedir por los manifestantes y para que la petición fuera escuchada. Ni las fuertes lluvias que azotaron varios barrios capitalinos restaron fuerza a la reunión. Los paraguas y chubasqueros improvisados sustituyeron a las gorras y sombreros de las jornadas anteriores.
La protesta, que tuvo réplicas en capitales de provincia y poblaciones importantes del país, se realizó una semana después de que la vicepresidente de Guatemala, Roxana Baldetti, agobiada por denuncias de corrupción, se viera obligada a dimitir de su investidura, y 48 horas después de que el Congreso eligiera como su sucesor al exmagistrado del Tribunal Constitucional, Alejando Maldonado Aguirre.
Existe entre la ciudadanía una sensación creciente de que el presidente Pérez Molina está involucrado en algunas de las redes de corrupción. Su enriquecimiento escandaloso, visible en sus lujosas mansiones en sitios turísticos de Guatemala, dan pie a la sospecha.
En declaraciones a la televisión y la radio, que transmitieron en directo, decenas de ciudadanos coincidieron en señalar al ‘hartazgo ante el expolio al que los políticos, , han sometido al Estado’ como el catalizador que ha provocado que los guatemaltecos dejaran de lado su tradicional indiferencia, para salir a las calles y clamar porque se llegue al fin de esta situación.
“Ya no se protesta en contra de una figura en particular. El clamor es en contra de una pseudo institucionalidad que la corrupción ha asolado. Hay que cambiar el sistema”, dijo a una cadena de televisión la exministra de Educación, Carmen Aceña.
Jorge Briz, presidente de la patronal, al reiterar su condena a la corrupción, pidió también que se juzgue y, en su caso, se condene a los empresarios que se han beneficiado de la corrupción en las aduanas.
La manifestación concluyó sin incidentes al filo de las 19.00, aunque sí se dieron algunos momentos de tensión como cuando un grupo de manifestantes quiso derribar un poste donde el Ministerio del Interior había colocado cámaras de televisión, con la excusa de “garantizar la seguridad” de los manifestantes. La cordura se impuso y todo terminó en paz.
JOSÉ ELÍAS Ciudad de Guatemala //http://internacional.elpais.com/
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