Hoy es el cumpleaños de nuestra Violeta. Ella encarna de manera tan prístina ese misterio humano en el ejercicio creativo. Creo citar de manera correcta que aquella canción titulada Que pena siente el alma fuera su primer éxito radial, término con el cual ella seguramente no se sentía cómoda: había mucho, pero mucho más que ir banalmente en pos del éxito tan manoseado de los artistas, según finalmente nos legara.
El éxito para ella, antes que nada, era poder interpretar con sinceridad palpitante el desgarro del alma, y tanto como el propio, el de su pueblo postergado, maltratado por la usura, el abuso de un poder económico que arrasa también con la huella cultural e impide su gestación, su amor, su desarrollo, la expresión de su humanidad brutalmente esculpida en la circunstancia del que nace pobre y golpeado más aún, en el más amplio y determinante sentido de la expresión...
La piedra preciosa de sus ojos no fue parte de collar alguno, y hubo de conformar por sí misma lo que terminó siendo de un valor incalculable, pero, eso sí, por cualquiera de nosotros alcanzable en lo esencial: esta joya tiene alma. Y Violeta se encargó de transmitir ese deber humano en forma de canto, desgarrado, comprometido en la divulgación de un testimonio necesario. El de la conciencia urgente. Para seguir sumando más y más cuentas al metafórico collar junto a la primera perla, su canción.
En lo referente al género creativo, existe la canción arrebatada estrictamente por el uso mercantil -la prostituida como dice Silvio Rodriguez- y la que se hace cargo de un sentido mayor, el de su origen verdadero. Hacia allá vamos tras Violeta en lo que ella comprendió muy bien para sensibilizar al hombre tanto como sigue siendo cada vez más necesario.
Tomado de: http://javierfariascantautor.blogspot.com.uy/
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