Millones de sirios han huido del sangriento conflicto en su país. Medio millón buscaron refugio en Jordania.
Pero ahora, tras cuatro años de conflicto, con las terribles condiciones de vida y la pobreza que enfrentan en Jordania, muchos de ellos, desesperados, están optando por regresar a su país.
Estos refugiados sirios no pueden permitirse pagar un viaje a Europa, o no desean hacerlo. Y el trayecto que prefieren tomar es uno más complicado y peligroso:regresan a una zona de guerra.
"No tengo familiares aquí ni tengo dinero", le dice a la BBC una mujer, madre de tres niños, originaria de Deraa, en el sur de Siria.
"Todos estamos comenzando a regresar, estamos muy cansados".
"En Siria encontraré a personas que conozco", agrega. "Estaré entre mi propia gente. Pase lo que pase, todo estará bien".
Pasaje de ida
Naciones Unidas asegura que en meses recientes ha habido un preocupante incremento de refugiados que regresan.
En julio, el promedio era de 66 al día, pero en agosto la cifra casi se duplicó a 129. Y desde entonces el número se ha estabilizado en 100.
Hay unos 600.000 refugiados sirios registrados en Jordania y la mayoría vive en zonas urbanas.
Después de cuatro años de una sangrienta guerra civil, están desposeídos y cada vez más desesperados.
Los que quieren partir de Jordania hacia Siria deben registrarse para tomar un autobús en un área de salida en el campamento de refugiados de Al Zaatri.
Muchos pueden tener primero asesoría de la agencia de refugiados de la ONU, la ACNUR.
"Lo primero que les decimos es que no hay ningún lugar seguro en Siria, desde la perspectiva de ACNUR", dice Omar, uno de los oficiales de protección.
"Lo segundo es que no podrán regresar a Jordania en absoluto. Es un pasaje sólo de ida".
Los refugiados sirios en Jordania están en condiciones cada vez más precarias. La ONU asegura que 86% de ellos viven ahora debajo del umbral de pobreza jordana de US$96 al mes.
El gobierno no les permite trabajar legalmente y ya no tienen derecho a servicio médico gratuito.
A principios del mes pasado, 229.000 personas que vivían fuera de los campamentos de refugiados vieron reducida la asistencia alimentaria que les daba el Programa Mundial de Alimentos (PMA) debido a la falta de donaciones internacionales.
Las familias han tenido que tomar decisiones terribles.
"Sin alternativa"
Un hombre de Homs decidió permanecer con su madre anciana en Jordania mientras que su esposa y dos pequeñas hijas, una de ellas recién nacida, se reunirían con los padres de ella en Damasco, la capital controlada por el régimen sirio.
"La vida aquí es difícil. Mi hija recién nacida está muy enferma y no puedo pagar su tratamiento. En Siria, esto estaría disponible", dice Abu Ahmed.
"Nos estamos separando porque no tenemos otra opción. Mi hija es la prioridad. En la noche se despierta ahogándose y no tengo un auto para llevarla al hospital ni dinero para su medicina", agrega.
Su esposa recuerda el viaje de salida de Siria como una "tortura". Sigue las noticias de los continuos enfrentamientos y está consciente de los riesgos de regresar.
"No estamos felices de regresar pero la situación aquí es muy mala. Todo es muy costoso. No tenemos ayuda para comprar alimentos. Incluso tenemos que comprar agua", dice.
"(Mi esposo) puede trabajar ilegalmente por unos pocos días al mes pero no todo el tiempo".
"Más peligroso"
Otra familia siria que vive en Irbid también está planeando separarse temporalmente.
El padre, Khaled, se llevará a su hija de 19 años, Ayat, de regreso a su casa en Deraa para que pueda terminar la secundaria y entrar a la universidad.
Su esposa se quedará en Jordania con los otros hijos durante unos pocos meses.
Khaled tenía una buena posición económica en Siria pero ahora se terminaron sus ahorros. Ha tenido que pedir ayuda a familiares para pagar su renta, alimentos y transporte, para lo que necesita unos US$847 al mes.
En Deraa tenía una casa grande. Sus padres están allí y le han dicho que la situación está tranquila.
Pero sabe que la situación puede volverse violenta otra vez.
"No puedo negar que tengo miedo, pero moriremos cuando nos toque el momento de morir. Aquí no tenemos una vida", dice.
Los rebeldes de oposición del Ejército Libre de Siria (ELS) dicen que no tienen las armas que necesitan para proteger a la gente allí y que la fuerza aérea rusa que llegó recientemente al país complicará aún más los combates.
"Creemos que la situación se volverá más complicada. Los ataques aéros serán más fuertes, más determinados, más precisos y atacarán y matarán a muchos civiles", dice el comandante Issam al Reis, portavoz del Frente Sur del ELS.
"Estamos aconsejando a nuestros refugiados que no regresen a Siria ahora porque (la situación) será más peligrosa".
Y sin embargo, cada vez más familias están optando por regresar a un conflicto que no muestra signos de tener fin.
Prefieren eso que enfrentar hambre y privaciones en Jordania.
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