Jimmy Morales arrasó en las elecciones generales de Guatemala, tras haber transformado en ventaja la principal crítica que le hacían oponentes y escépticos: su inexperiencia política.
Sin relación con una clase de políticos caídos en desgracia y con un expediente limpio de corrupción, fue precisamente una campaña que no lo definía sino que lo distanciaba del resto de los candidatos la que convirtió a este humorista en el paladín de una nueva Guatemala.
Pero ahora que ganó, las críticas se convierten en preguntas: ¿Cuál es su plan para lograr ese cambio social al que se comprometió? ¿Cuál será su programa? ¿Cuáles sus medidas para cumplir las promesas electorales? ¿Cómo gobernará?
Y es que poco se puede concluir al respecto de lo que hasta ahora se conoce del nuevo presidente del mayor de los países centroamericanos.
Lo que se sabe
Se sabe que nació el 18 de marzo de 1969 en Ciudad de Guatemala.
Que sus padres, José Everardo Morales y Celita Ernestina Cabrera, le pusieron de nombre James Ernesto Morales Cabrera, pero que el 23 de febrero de 2011 se lo cambió por Jimmy Morales.
También que tiene esposa y cuatro hijos, que estudió administración de empresas, una maestría en estudios estratégicos con especialización en seguridad y defensa, y que se formó en teología.
Y sobre todo se conocen sus chistes de tintes moralistas, ya que por más de 15 años actuó, junto a su hermano Sammy Morales, en un programa que se transmite en la televisión abierta guatemalteca.
Como se podría pensar al escuchar sus bromas, se ha definido a sí mismo como un "nacionalista cristiano".
Así, ha proclamado en varias ocasiones que sus principios rectores son el temor a Dios, la familia y el honor, por ese orden.
Y ha manifestado su rechazo al matrimonio entre miembros del mismo sexo y al aborto.
Lo que genera dudas
Pero aunque haya puesto de manifiesto cuáles sus inclinaciones ideológicas, aún sigue sin estar claro en qué espectro se ubicará la formación a la que representa, el Frente de Convergencia Nacional (FCN).
El partido fue fundado en 2008 por militares retirados integrantes de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala (Avemilgua), y que grupos de derechos humanos vinculan a vejámenes cometidos durante el conflicto armado que asoló el país entre 1960 y 1996.
Morales se convirtió en el secretario general de la formación en 2013.
Y asegura que desde entonces FCN ya no está compuesto ni financiado por militares, sino por personas de su "entera confianza, sin experiencia política pero con el deseo de contruir una Guatemala feliz e inmortal".
En ese perfil encaja el que será su vicepresidente: Jafeth Cabrera, médico y exrector de la Universidad de San Carlos al que Morales define como "un hombre de izquierda".
Pero no tanto Édgar Ovalle, quien encabeza el listado de diputados del FCN.
Como Cabrera, Ovalle tampoco tiene experiencia en política.
Pero sí como militar.
El que fuera uno de los fundadores del partido, este teniente coronel retirado ocupó importantes cargos en el Ejército entre 1981 y 1983, periodo en el que, por la lucha contrainsurgente, pueblos enteros fueron masacrados.
Lo que no ha detallado
Sin embargo, el perfil ideológico de la formación a la que representa no es la única incógnita que rodea al nuevo presidente.
Tampoco se sabe mucho sobre el programa político que como líder del Ejecutivo pretende aplicar.
De su campaña se puede rescatar su intención de combatir la corrupción, su principal proclama.
No por nada su lema ha sido Ni corrupto ni ladrón.
Con él capitalizó el malestar social que dio lugar a la primavera del descontento.
Este movimiento plural y sin un líder definido, motivado por el hartazgo por la corrupción de la clase política, logró con el tiempo derribar al entonces presidente, el exgeneral Otto Pérez Molina.
En sus últimas intervenciones Morales ha seguido insistiendo con lo del combate a la corrupción.
De acuerdo a su programa de gobierno, para ello pretende fortalecer la Fiscalía contra la Corrupción y de la Contraloría General de Cuentas, modificar la Ley de Compras y Contrataciones del Estado, flexibilizar el secreto bancario y hacer más transparente el financiamiento público y de partidos.
"Puertas abiertas y auditoría en todo. En las instituciones, en justicia, en la política, en las aduanas", prometió morales en una entrevista con la agencia de noticias Reuters el mes pasado.
Y también se ha comprometido a apoyar a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), una suerte de fiscalía amparada por Naciones Unidas y que impulsó la investigación del escándalo "La Línea" que llevó a Pérez Molina a prisión preventiva.
Ese escándalo de defraudación aduanera también ha salpicado a la exvicepresidenta de la nación, Roxana Baldetti, a su exsecretario privado, Juan Carlos Monzón, y a otras 158 personas.
Más allá de lo que será el azote de los corruptos, en la conferencia de prensa que ofreció tras conocer los datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral reiteró que sus principales apuestas siguen siendo medicina en hospitales y días de clase de calidad en las escuelas.
Pero cómo pretende hacerlo, eso no lo detalló.
Y tampoco lo dice su propuesta de nación, de apenas seis páginas.
Los desafíos
Sean cuales sean sus plantemientos, no está claro que los vaya a poder llevar a cabo.
Y es que contará nada más con el 7% de los escaños: 11 diputados en un Congreso de 158.
Así, dos nuevos retos, el de la gobernabilidad y la capacidad de impulsar las reformas que pide la ciudadanía, se sumarán a las viejas asignaturas pendientes del sistema político guatemalteco: el combate a la pobreza y la inseguridad, y la modernización de la economía en un Estado en bancarrota.
Morales parece consciente del reto.
Al menos así escribió en su perfil de la red social Facebook poco antes de conocerse los resultados del Tribunal Supremo Electoral que le otorgaron la aplastante victoria: el 68,23% de los votos en la segunda vuelta de los comicios generales.
"Estoy consciente de que el reto es enorme, pero no podrá ser mayor a la voluntad de un pueblo que está dispuesto al cambio", reconoció.
Y añadió: "El camino apenas comienza".
Un camino lleno de incógnitas.
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