La mayoría de las víctimas en el asalto al centro gestionado por el Ejército son menores
En uno de los ataques más dolorosos de la historia de Pakistán, un grupo de seis talibanes ha matado al menos a 135 personas, la gran mayoría niños de una escuela administrada por el Ejército en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país. Tras más de cinco horas de combates con soldados paquistaníes, las fuerzas de seguridad han dado por finalizado el rescate y han anunciado que los seis atacantes han sido abatidos. Los militares continúan peinando y despejando la zona, una labor lastrada por los explosivos sembrados por los talibanes. Fuentes de seguridad citadas por France Presse señalan que la mayoría de los cerca de 500 estudiantes y profesores de la Escuela Pública del Ejército han sido desalojados.
Eran las 11 de la mañana cuando hombres armados escalaron la barda de la escuela a la que asisten principalmente hijos del personal del Ejército paquistaní, de edades entre cinco y 16 años. Un menor que sobrevivió al ataque describió a los atacantes: "Estaban vestidos de blanco, eran jóvenes y cuando entraron empezaron a disparar indiscriminadamente". De acuerdo a la información oficial, hubo una primera explosión, que pudo haber sido causada por un atacante suicida. Esa explosión causó la mayoría de las víctimas. A continuación los agresores comenzaron a exterminar a los niños a tiros. Cuando el ejército llegó, los militantes tomaron como rehenes a algunos de los menores.
Ejaz Khan, uno de los trabajadores del hospital Lady Reading, al que fueron llevadas las víctimas, dijo que muchos niños están siendo operados. "A la mayoría de las víctimas se les disparó en la cabeza", ha asegurado.
Inmediatamente después del ataque un portavoz de los talibanes, Muhammed Umar Khorasani, reivindicaba el atentado. "Queremos que sientan el dolor. Seleccionamos la escuela del Ejército para el ataque porque el Gobierno está seleccionando a nuestras familias", señalaba. Los analistas coinciden en que este ataque es una venganza a la operación en contra de los talibanes de Pakistán. En esta ofensiva, que empezó en junio en las áreas tribales del norte de Waziristán, el Ejército ha recuperado grandes extensiones de territorios que habían sido tomadas por el grupo, y ha matado al menos 1.250 milicianos. Aunque Pakistán sufre constantes acciones terroristas, este ataque ha conmocionado al país por su dimensión y por entrarse en niños. Los analistas apuntan que lo normal es que los talibanes ataquen las escuelas cuando están cerradas para destruir los edificios. Esta vez, sin embargo, atacaron antes del mediodía, justo cuando todos los estudiantes se encontraban en la escuela.
"Este cobarde ataque fue un acto de desesperación de los talibanes. Por otra parte, es un grave fallo de las fuerzas de seguridad y la inteligencia, que no han podido prevenirlo", asegura Talat Massood, un general jubilado y un reconocido analista de defensa. Massood dice que ahora la estrategia del Ejército debe ser intensificar la operación, y cree que la opinión pública va a respaldar esta estrategia tras los últimos acontecimientos. En estas áreas de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán, mucha gente se debate entre apoyar las fuerzas armadas o a los milicianos. Algunos están a favor de los talibanes como repudio a los ataques con drones que lanzan conjuntamente EE UU y Pakistán.
El movimiento talibán empezó a principios de los noventas en la frontera entre Pakistán y Afganistán, durante la guerra de este último país con los soviéticos. Su intención siempre ha sido fortalecer su versión de la sharia o ley islámica, y para ello han usado la violencia, ya sea en ejecuciones por razones morales o en ataques suicidas contra escuelas, edificios oficiales y minorías religiosas. En las operaciones recientes contra el terrorismo comandadas por Washington e Islamabad, algunos de los líderes talibanes han sido exterminados. Hakimullah Meshud, antiguo líder del grupo en Pakistán, y vinculado a los talibanes de Afganistán y a Al-Qaeda, murió por un ataque de un dron en noviembre de 2013. El líder actual, Maulana Fazlullah, se cree que falleció en otro ataque de otro dron en noviembre de 2014, aunque no está confirmado.
Los sangrientos ataques a la escuela en Peshawar han sido interpretados por los analistas de forma ambivalente: algunos lo ven como un acto desesperado derivado de una impresión de debilidad; otros, por el contrario, como una señal de que no han perdido su capacidad de sembrar el terror. El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, llegó a Peshawar a las pocas horas del atentado. "Es una tragedia nacional desencadenada por salvajes. Éstos eran mis niños. Ésta es mi pérdida. Ésta es una pérdida de la nación", dijo después de ser informado de la situación.
ANA GABRIELA ROJAS Nueva Delhi
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