La deportaciones aumentaron en 2014 un 35%, según Guatemala
México ha roto dos récords migratorios en 2014. Por primera vez en más de 60 años, los mexicanos no son la nacionalidad más deportada de EE UU, según el centro de estudios sociales Pew Research Center, que no detalla cuál la ha superado. También ha sido el año en que México ha deportado a más centroamericanos: la cifra de ciudadanos de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua expulsados vía terrestre de los pasos fronterizos del sur del país creció un 35% en los primeros 11 meses de 2014 respecto a todo el año anterior, según las autoridades guatemaltecas.
La inusitada alza de inmigrantes sin papeles en EE UU de nacionalidad distinta de la mexicana responde, según el Pew Research Center, al dramático aumento de menores no acompañados provenientes de Centroamérica que intentaron cruzar la frontera durante 2014. Cerca de 52.000 niños salvadoreños, hondureños y guatemaltecos fueron detenidos en las zonas fronterizas, más del doble que el año anterior, lo que desató una crisis humanitaria sin precedentes.
La caída de mexicanos deportados desde EE UU es drástica. Mientras en 2007 fueron casi 800.000 los detenidos por la Patrulla Fronteriza, en 2014 solo hubo 229.000. Para hallar una cifra menor hay que remontarse a 1970, cuando fueron repatriados 219.000 mexicanos.
Los ciudadanos de países como Honduras o Guatemala huyen de la pobreza a través de México hacia la tierra prometida en EE UU, pero también escapan de los países con los mayores índices de violencia del mundo. Honduras, por ejemplo, tiene una tasa de homicidios de 90,4 por cada 100.000 habitantes.
La cifra duplica el segundo país del continente, Venezuela, que suma 82 por cada 100.000. Las dos principales economías de Latinoamérica, Brasil y México, tienen una tasa de 25,2 y 21,5, respectivamente. Para que la Organización Mundial de la Salud declare una epidemia los fallecimientos por una causa concreta deben superar los 10 por cada 100.000 personas.
En el intento de atajar la migración de centroamericanos hacia EE UU, el Gobierno mexicano anunció el Plan Frontera Sur.
El Plan Frontera Sur, anunciado en julio pasado por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y su homólogo guatemalteco, Otto Pérez Molina, busca proteger la seguridad de los viajeros, explicaron entonces. México y Guatemala comparten una frontera de unos mil kilómetros.
Frontera Sur contempla dos programas, el reparto de tarjetas de visitante regional y trabajador fronterizo, existentes desde 2008, el fortalecimiento de la seguridad en los cruces y “evitar que los migrantes pongan en riesgo su integridad al usar un tren que es de carga y no de pasajeros”.
El tren es conocido como La Bestia, que cruza el territorio mexicano y que expone a sus viajeros a terribles riesgos no solo por su inseguridad técnica, sino por las mafias que operan a través de su largo camino.
La masacre de 72 inmigrantes centroamericanos en San Fernando,en el Estado de Tamaulipas, abrió los ojos ante la terrible situación de los inmigrantes que cruzan México para intentar llegar a EE UU. El hallazgo de fosas en la zona ha levantado las sospechas de que la práctica no ha variado mucho. En 2014, el Ejército mexicano informó de por lo menos cuatro operaciones de rescate de inmigrantes en poder de los cárteles del narcotráfico.
V. CALDERÓN México
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