sábado, 10 de enero de 2015

¡Qué extraño llamarse Federico!

Cuando se cumplían veinte años de la muerte de Federico Fellini, Ettore Scola filmó un docudrama sobre el director italiano



En 2013, cuando se cumplían veinte años de la muerte de Federico Fellini, uno de sus mejores amigos, el también realizador Ettore Scola, filmó ¡Qué extraño llamarse Federico!, un docudrama en el que repasaba la trayectoria artística del director italiano mezclando imágenes reales, algunas ellas inéditas, con la recreación de distintos episodios de su vida, como la llegada de Fellini a Roma desde su Rímini natal a los 19 años dispuesto a abrirse camino como humorista gráfico, o sus primeros pasos en el cine escribiendo guiones para maestros delneorrealismo como Roberto Rossellini. Un largometraje que TCM ofrece en exclusiva los días 20 y 31 de enero acompañado de tres de las obras maestras de Fellini: 8 ½, Amarcord y Giulietta de los espíritus,y que sirve además como homenaje al director en el 95 aniversario de su nacimiento, el 20 de enero de 1920.
Ettore Scola definió ¡Qué extraño llamarse Federico! como un “retrato cubista”. Según este realizador, “Federico Fellini era como un Pinocho que no se trasformó en un niño de verdad, sino que vivió libre de toda atadura, venciendo incluso a la muerte”.
En ¡Qué extraño llamarse Federico! vemos al maestro italiano rodando algunas de sus grandes películas, como La dolce vita, pero también paseando por las calles de Roma, especialmente por las noches cuando, debido a su crónico insomnio, deambulaba sin rumbo fijo, encontrando a su paso todo tipo de personajes extraños y pintorescos, algunos de los cuales incluía después en sus historias.
A lo largo de casi cuatro décadas, Federico Fellini logró crear un universo cinematográfico propio e inimitable basándose en sueños, recuerdos y fantasías. Comenzó rodando títulos muy próximos al neorrealismo, como El jeque blanco oLas noches de Cabiria, pero muy pronto fue derivando a otros llenos de simbolismo como 8 1/2. En muchos de sus largometrajes, como Giulietta de los espíritus, Fellini satirizaba sin piedad a la burguesía y criticaba a la Iglesia. Su cine destilaba grandes dosis de sensualidad y erotismo pero también poseía una nostalgia agridulce por el tiempo definitivamente perdido, tal y como demostró en Amarcord.
Rodada en los míticos estudios de Cinecittá, ¡Qué extraño llamarse Federico! va desgranando distintos episodios de la trayectoria del realizador italiano, como su paso por la redacción de la revista satírica Marc Aurelio en la que trabajó como dibujante, y su transformación en una de las mayores referencias, no solo del cine italiano, sino de la cinematografía internacional. Un emocionado recuerdo que uno de los grandes del cine italiano, Ettore Scola, hace de su gran amigo y compañero de profesión, pero intentando, por encima de todo, que el espectador se adentre lo más posible en su mundo mágico, caótico y siempre fascinante.


http://elpais.com/elpais/2015/01/08

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