La feria del libro mexicana arranca con la entrega de su premio anual a Enrique Vila-Matas y con Reino Unido como invitado
Guadalajara abre este sábado su libro infinito. Nueve días, hasta el domingo 6 de diciembre, en los que la principal feria literaria de Iberoamérica, de dimensiones ciclópeas y reputada internacionalmente por la calidad de su programa, reunirá, como ha venido haciendo en sus 29 años de vida, un universo selecto de figuras del mundo del libro: escritores, editores, empresarios de la industria de las palabras. Y un aluvión de público que cada otoño (aunque en la soleada Guadalajara nunca es otoño) convierte el recinto ferial en un hormiguero frenético de individuos que compran libros, libros que seducen a individuos, individuos que hablan sobre libros y libros que hablan mejor que nadie de lo que somos nosotros los individuos.
Primer acto de la feria: el reconocimiento a Enrique Vila-Matas (Barcelona 1948). El escritor español recibe este sábado el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. “El premio lo veo no tanto como un mérito mío sino como un regalo muy generoso procedente del país que primero apreció mi literatura”, dijo cuando se anunció el galardón el autor de Lejos de Veracruz(1995), que desde los años noventa empezó a ganar admiradores en México, entre ellos el crítico literario Christopher Domíguez Michael, que será su presentador y que ha dicho de él: “Escritor canónico y hombre representativo del cambio de siglo, a Vila-Matas se le puede halagar diciéndole que no es tanto el autor de una obra como el padre de una literatura, viejo y hermoso elogio”. El creador de Doctor Pasavento (2005), que con este premio y el Formentor en 2014 encadena dos años de premios de relieve, se suma a la prestigiosa lista de la FIL, que incluye referentes como Claudio Magris o Fernando Vallejo. Otro escritor de renombre al que rendirá honores la FIL es el mexicano Fernando del Paso, vecino de Guadalajara y Premio Cervantes 2015.
La nación invitada este año por la FIL es Reino Unido. “Los británicos son vanguardia”, dice Marisol Schulz, directora de la feria. “Cuando uno piensa en cualquier aspecto de la cultura o del pensamiento hay ingleses que son clave: desde el pop a la literatura, de lo clásico a lo contemporáneo. Siempre han marcado tendencia”. La armada británica desembarca con nombres como el novelista Irvine Welsh, el poeta Andrew Motion, el historiador Alan Knight, el columnista Owen Jones o el escritor Iain Sinclair. Salman Rushdie, británico de origen indio, dictará la conferencia de apertura. Otro anglosajón que destaca en el menú de Guadalajara es el estadounidense Jonathan Franzen, que presentara su última novela,Pureza (Salamandra).
La feria homenajeará este primer fin de semana a dos titanes del mundo editorial en español fallecidos en 2015, José Manuel Lara Bosch, presidente del grupo Planeta, y la editora Carmen Balcells, figura clave en el llamado boom de la literatura latinoamericana. Un hombre de peso del nuevo panorama de la industria, Markus Dohle, director general de Penguin Random House, reflexionará sobre el negocio del libro en su charla El futuro de la edición.
Profesionales del libro: 20.393.
Agentes literarios: 282.
Presentaciones de libros: 590.
Foros literarios: 118.
Foros académicos: 26.
Premios y homenajes: 13.
Unos 650 autores desfilarán por la FIL. Los escritores en español serán mayoría. Antonio Muñoz Molina, Margo Glantz, Enrique Krauze, Fernando Vallejo, Elena Poniatowska, Juan Villoro, María Dueñas, Sergio Ramírez, Élmer Mendoza, Leonardo Padura, Julián Herbert, Alberto Manguel… Una gran variedad de autores, estilos, generaciones, que en palabras de Schulz representan un mundo literario en español “en transformación, con un caudal impresionante, aunque sin tendencias o movimientos en los que se les pueda agrupar. Ahora no hay un boom ni un crack ni un no sé qué, pero sí muchas voces únicas”, bromea la directora reivindicando el momento actual y el empuje literario de la lengua: “Pese a la crisis, el español sigue teniendo mucha potencia editorial”. Su autocrítica se dirige a la falta de cultura de lectura general en los países hispanohablantes: “En Alemania tienes buenas librerías hasta en las estaciones de tren. En las estaciones de metro la gente no mira el móvil ni el techo, lee un libro. En México, sin embargo, vas en avión y ves gente con poder económico que se pasa un viaje de horas sin leer nada”.
Pero la máquina de la FIL sigue en marcha con su voluntad de impulsar el libro. Una estructura con una cifra de público anual que ronda las 750.000 personas, que acoje a unas 2.000 editoriales, con decenas de países representados, medio millar de medios acreditados y una derrama económica de más de 300 millones de dólares. La gran feria vuelve a rodar.
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