El patrimonio destruido pertenece a la civilización asiria, que ocupó el norte de la antigua Mesopotamia entre el 1813 a.C. y el 609 a.C.
Mosul, la segunda ciudad de Irak, ha sido testigo de este jueves del último y brutal atentado del autodenominado Estado Islámico contra su milenario patrimonio. En un vídeo difundido en las últimas horas, varios hombres derriban; golpean con mazas, trituran y taladran esculturas de la civilización asiria que hasta ahora permanecían expuestas en el museo de la ciudad o habían sobrevivido en las ruinas de la ciudad de Nínive.
"Musulmanes, los objetos que están detrás de mi son ídolos de pueblos anteriores al nuestro. Los asirios tenían dioses para la guerra, la lluvia y se aproximaban a ellos a través de ofrendas. (...) El profeta nos ordenó deshacernos de las estatuas y las reliquias", explica un combatiente de la organización yihadista al inicio del vídeo, de 5 minutos de duración y al que ha tenido acceso íntegramente EL MUNDO. El patrimonio destruido pertenece a la civilización asiria, que ocupó el norte de la antigua Mesopotamia entre el 1813 a.C. y el 609 a.C.
La campaña contra las antigüedades asirias también ha afectado a las ruinas de la ciudad de Nínive, en las afueras de Mosul, tomada por los yihadistas el pasado junio e incluida en un califato que ocupa amplias zonas de Siria e Irak. El vídeo muestra a varios miembros del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) trepando por los colosos de Nínive para golpearlos y trocearlos y la quema de cientos de libros de la biblioteca de Mosul, un centro fundado a principios del siglo XIX cuyo saqueo ha sido denunciado en los últimos días por activistas de la ciudad.
"El IS ha difundido esta mañana la destrucción de las estatuas a través de las pantallas que tiene colocadas por la ciudad. Es el segundo mayor museo de Irak tras el de Bagdad y cada pieza asiria guarda un pedazo de la historia de esta ciudad", ha lamentado en declaraciones a EL MUNDO el activista Rayan al Hadidi, oriundo de la hoy sojuzgada Mosul.
La "destrucción de los falsos ídolos" es uno de los puntos incluidos en el panfleto que los yihadistas -defensores de la interpretación más fundamentalista del islam- repartieron en junio prohibiendo el consumo de tabaco o alcohol o aconsejando que las mujeres permanecieran en casa. Sus tropelías han disparado las alarmas de organismos como la Unesco, que ha celebrado desde entonces reuniones para trazar un plan de emergencia. "Las preocupaciones humanitarias y de seguridad son inseparables a las culturales. Proteger vidas humanas, su patrimonio cultural e identidad van de la mano", advirtió la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
En el vídeo difundido este jueves, el IS se regodea en la destrucción. "Cuando dios nos ordena retirarlas y destruirlas es muy fácil. Ni siquiera nos importaría si costara millones de dólares hacerlo", señala a la cámara el combatiente que detalla el ataque. En las últimas semanas, los yihadistas han retirado y prendido fuego a miles de libros procedentes de las biblioteca municipal -con un notable fondo de manuscritos antiguos- y de la Universidad de Mosul.Se han cebado con los ejemplares de ciencias y filosofía y solo han salvado de la quema los textos islámicos respetados por su ideario fundamentalista.
Hasta la fecha los yihadistas habían derribado santuarios suníes y mezquitas chiíes en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul. Las víctimas fueron los monolitos de Abu Tamam, un poeta árabe de época abasí -nacido en 788 d.C.- y Ozman al Musuli, un músico iraquí del siglo XIX y el mausoleo de Ibn al Azir, filósofo árabe de la corte del sultán Saladino en el siglo XII d.C. que la población local conoce como 'La tumba de la chica'.
El legado cristiano de la urbe también ha sido blanco de la insurgencia suní. Los guerrilleros han asaltado dos símbolos de la herencia cristiana asiria: las catedrales caldea y ortodoxa siria de Mosul. Como ha sucedido en los templos capturados en Siria, el IS reemplazó inmediatamente las cruces del exterior por las banderas de la organización.
Los lugares más sensibles han sido las ruinas de la antigua ciudad asiria de Nínive y de Hatra, capital del reino de los partos entre el 247y el 226 a.C declarada Patrimonio de la Humanidad e incluida desde 2010 en el listado de sitios culturales en peligro de extinción por el Fondo de Patrimonio Mundial debido a los saqueos y la falta de protección gubernamental. Ambos enclaves se encuentran en los alrededores de Mosul, en zonas de las que el ejército iraquí huyó sin librar batalla con los escuadrones del IS.
El país árabe, rico en petróleo y acostumbrado a las turbulencias, parece abocado a una nueva tragedia cultural. "Tras la caída de Sadam Husein en 2003 Irak sufrió a saqueadores que se llevaron miles de tabillas cuneiformes de incalculable valor, esculturas, placas de bronces, libros y otros artículos tanto del Museo Nacional de Bagdad como del Museo Arqueológico de Mosul", detalla Ayman Jawad, director de la organización 'Iraq Heritage'. Precisamente los trabajos de renovación del ahora atacado museo de Mosul concluyeron unos días antes de la llegada a la ciudad de los yihadistas.
FRANCISCO CARRIÓNESPECIAL PARA EL MUNDO El Cairo
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