Un grupo de mujeres se dedica a bordar pañuelos con los nombres de los desaparecidos
Tejen en los parques, sufren amenazas y canalizan las denuncias de la población
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- JAVIER BRANDOLIEspecial para EL MUNDO México D. F.
Karen pasó un día por el parque y vió a un grupo de mujeres que cosía unos extraños pañuelos frente a la Fuente de los Coyotes, en Coyoacán, México D. F.. En las telas se bordaban los nombres de personas asesinadas o desaparecidas en el país y luego se exponían tendidos entre los árboles. Karen, tras pensarlo un rato, se sentó y comenzó a bordar con ellas un tiempo corto y prometió, con cierto rubor, que volvería el domingo siguiente.
Así lo hizo un domingo y otro hasta que una mañana dominical pidió un pañuelo y anunció por sorpresa a sus compañeras que iba a bordar su caso. "Fue así como nos enteramos de lo que había ocurrido", recuerda Regina Méndez, una de las promotoras deFuentes Rojas, un colectivo con tres años de vida que se dedica a denunciar por todo el mundo la violencia impune de México. Lo que le había ocurrido a Karen, que lo narraba con el simple acto de zurcir un pañuelo, es que habían asesinado a su padre en Oaxaca; unos meses después, un grupo armado, bajo el cobijo de la Policía local, también había secuestrado a su madre, que no ha vuelto a aparecer. Entonces, ella y sus hermanos tuvieron que huir apresuradamente al DF, que es donde tiempo después ella tuvo la oportunidad de coser su denuncia para que al menos colgara de un árbol donde todos la pudieran ver.
El pañuelo de Karen dice que no parará de buscar al asesino de su padre y a su madre (a la que llama 'mujer montaña'), algo que no tiene nada de singular en un lugar donde cuelgan de los árboles miles de pañuelos distintos en diversas ciudades de México y de todo el mundo que narran la misma historia. Karen y su pañuelo son uno de los más de 20.000 desaparecidos que sangran la conciencia de este país.
Los nombres de miles de fallecidos hacen las veces de recuerdo en las pequeñas telas que cuelgan en parques de todo el mundo
"Hay personas bordando cada domingo en todo el planeta. DesdeBuenos Aires a Barcelona o Tokio. Generalmente comienzan mexicanas, pero luego se les une gente local", asegura Regina. Visibilizar este tabú es lo que le ha acarreado problemas al colectivo, que en algunos lugares ha tenido que replegarse por las amenazas. "En ciudades como Monterrey o Guadalajara se borda en sitios cerrados por miedo", relatan ellas.
"Nos hacen fotos o nos graban para saber quiénes están bordando. Generalmente son policías y los grupos violentos los que intentan amedrentarnos. Aquí en el DF ya han sido varias las veces que los agentes han intentado echarnos y es frecuentemente la población la que nos defiende", dice Regina. "No hacen nada malo, sólo cosen" les dicen a los policías. La iniciativa, sin embargo, va renovándose. En este mundo de apariencias la sutileza y la crueldad se reflejan con simples colores. En Monterrey bordan en color verde porque dicen que tienen la esperanza de que los desaparecidos regresen. Los feminicidios en algunos lugares se bordan en morado, y el resto, recordando aquellos orígenes del pintar el agua de las fuentes, lo hacen en rojo, como la sangre derramada.
"Lo más importante que hemos conseguido es alentar las denuncias. Poco a poco la gente se fue acercando a nosotras a pedir información y ahora servimos de canalizadores y le damos a la gente direcciones y teléfonos a los que dirigirse para denunciar", relata Regina. El único 'pero' lo pone la escasa participación de hombres. "Vienen algunos y se sientan a bordar con nosotras, pero como esta es una sociedad tan machista, hay otros hombres que se burlan de ellos y les acaba dando vergüenza participar". "Vergüenza debía pasar nuestro Gobierno, que hasta la ONU le ha recriminado lo que hace", concluyen ellas.
Las desapariciones forzosas gobiernan México
Se refieran a un informe que la semana pasada hizo público el Comité contra las desapariciones forzosas de la ONU, en el que le propinó un fuerte tirón de orejas al Ejecutivo de Peña Nieto al afirmar que "la información recibida ilustra un contexto de desapariciones generalizadas en gran parte del territorio de México". La propia ONU habló de "impunidad" al afirmar que "es un problema de años que el Estado no ha hecho lo suficiente por resolver". Entre las numerosas recomendaciones dadas figura la de crear "un registro nacional de desapariciones forzadas que permita tener estadísticas fiables", así como toda una serie de implementaciones en materia policial y forense hoy inexistentes.
El Gobierno, por su parte, salió al paso del varapalo diciendo que la ONU "no había reflejado en su informe la información que le había sido entregada y que el escrito no aporta elementos adicionales a las acciones y compromiso que se llevan a cabo para solventar los retos mencionados". Mientras, cada domingo, decenas de mujeres seguirán yendo a los parques o espacios públicos a bordar los nombres de sus desaparecidos y de sus muertos para que no se le olvide y entierre también la conciencia al país.
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