Este martes se conoció la renuncia a la presidencia de la FIFA de Joseph Blatter.
El dirigente suizo acababa de ser reelegido al máximo órgano directivo del fútbol hacía menos de una semana.
Pero no pudo superar la tormenta desatada por el escándalo de corrupción desatado desde la acción de las autoridades judiciales estadounidenses contra varios de sus principales lugartenientes en la FIFA.
No se le acusó formalmente de nada. Durante los 17 años que estuvo como presidente de la FIFA estuvo rodeado de sospechas de corrupción.
Retratado como una persona afable por unos y como un "mafioso" del fútbol por otros.
Joseph Blatter renovó su mandato el pasado viernes en medio de una investigación internacional a la organización que dirigió hasta el martes.
Blatter no estuvo entre los directivos detenidos el miércoles en Suiza con ordenes de extradicion a Estados Unidos pero fue el presidente de la FIFA durante casi dos décadas, tiempo en el cual ocurrieron los supuestos delitos de sus subalternos.
Fueron siete los arrestados por la policía suiza pero en total se han presentado cargos contra 14 personas relacionadas con la FIFA.
Se les vincula con una supuesta trama de fraude masivo y blanqueo de capitales, que involucra sobornos valuados en unos US$150 millones.
En un comunicado Blatter reconoció entonces que era "un momento difícil para el fútbol, para los aficionados y para la FIFA como organización", pero expresó su satisfacción por la investigación para "erradicar del fútbol todo activo delictivo".
Sus detractores no se fiaron de sus buenas intenciones.
"Ya ha tenido 17 años para mejorar el funcionamiento de la FIFA", dijo Eric Martin, director de la oficina en suiza de la ONG Transparency International. "Soy escéptico de que lo haga ahora", señaló la semana pasada.
Las acusaciones contra Blatter han sido diversas en los últimos años. Aunque nunca se ha podido probar nada. Cuando en 2002 dimitió el entonces secretario general de la FIFA, Michel Zen-Ruffinen, le acusó de mala gestión financiera.
Posteriormente abogó porque la FIFA permitiera una investigación externa del proceso de selección de las sedes de los Mundiales 2018 y 2022, ante las sospechas de la disposición de dos miembros del comité ejecutivo a vender su voto.
En 2011 un panel independiente recomendó a la FIFA un paquete de reformas para mejorar la transparencia, que fueron ignoradas.
"Don Blatterone"
Blatter es descrito como una persona cálida, que de vez en cuando sigue visitando su localidad natal, Visp, en Suiza, donde la escuela en la que estudió cambió su nombre por el de su ilustre alumno.
Y mientras que algunos viejos amigos lo describen como un hombre abierto con los pies en la tierra, otros que han trabajado con él dicen que le molesta la oposición y que buscaba la salida de los colegas de la FIFA que se atrevían a cuestionarlo.
Cuando se le preguntó una vez sobre su reacción a las críticas a su administración de la FIFA, Blatter respondió que podía "perdonar, pero no olvidar" .
Fue el presidente de la FIFA desde 1998, cuando sucedió en el cargo al brasileño Joao Havelange.
El viernes pasado Blatter había sido elegido para un quinto periodo de cuatro años al frente de un deporte multimillonario.
Sin rival
Después de que el exfutbolista portugués Luis Figo y el presidente de la Federación Holandesa de Fútbol, Michael van Praag, retiraran su candidatura, sólo tuvo un rival, el príncipe jordano.
Pero, ¿qué llevó a un hombre, que pronto cumplirá 80 años, y que una vez prometió que no se presentaría a la reelección, ansiar claramente otros cuatro años en una posición de tan alto perfil y sometido a escrutinio público?
"Claramente se considera la única persona capaz de dirigir la FIFA", señaló entonces Roland Buechel, miembro del parlamento suizo, quien ha hecho campaña para que haya más transparencia en el fútbol.
"Asumo que quiere morir en el cargo", agregó.
Un diario suizo se refirió en tono jocoso a él como "el príncipe oscuro del fútbol, el padrino, don Blatterone". Aunque en realidad ninguna pesquisa ha revelado prueba alguna de que estuviera implicado en sobornos.
"Es un superviviente" señaló Buechel. "Nada le liga nunca, hay siempre alguien entre él y los sobornos", indicó el parlamentario suizo.
Dimisión
Blatter, de momento, no está implicado directamente en la trama pero muchos habían pedido su dimisión.
"Hace mucho tiempo que Blatter tenía que haber dimitido", dijo a la BBC Alexandra Wrage, quien fue asesora de la FIFA y renunció a su cargo en 2013 en protesta porque consideró que las propuestas para reformar la organización habían quedado en nada.
"Esto ha ido mucho más allá de la vergüenza, hacia la criminalidad absoluta y todo -todo- estaba bajo su responsabilidad", agregó.
"La escena de esta mañana será su legado" afirmó Wrage, que consideró que debió renunciar antes de las elecciones del viernes con "dignidad".
Al otro lado del Atlántico, la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, advierte que la investigación sigue abierta, dando a entender que todo apenas comienza.
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