El país presume de sus tasas de crecimiento en un entorno conturbado y busca inversiones en infraestructuras
Santiago Peña. Ministro de Hacienda de la República del Paraguay, / CLAUDIO ALVAREZ (EL PAÍS)
En 2013, Paraguay tuvo el mayor crecimiento económico de América Latina: un apabullante 14%, según el Banco Mundial. Aunque las cifras del pasado año no son tan espectaculares, el alza del 4% con el que se terminó 2014 y la previsión de crecimiento para 2015 del 4,3% mantiene al país entre los países de vanguardia de la región.
"La clave del éxito ha sido que hemos seguido el libro de instrucciones", ha explicado el ministro paraguayo de Hacienda, Santiago Peña, en el Foro Invertir en Paraguay organizado por EL PAÍS celebrado este lunes en Madrid, patrocinado por Itaipu Binacional, Rediex y Sudameris Bank. "Y las instrucciones son que el Gobierno tiene que mantener las cuentas en orden, necesitamos un banco central independiente y un sector privado dinámico y con posibilidades de participar en la economía. Y es eso lo que está detrás de nuestro crecimiento en los últimos diez años y nos permite contar una historia de éxito. Hemos crecido un 7% al año de media en los últimos cinco años y hemos sobrecumplido los Objetivos del Milenio de la ONU".
Lo que es más importante: las cifras macroeconómicas no dan signos de decaer a pesar del bajón en el precio de las materias primas, que son la base de la economía del país sudamericano. Paraguay es el cuarto exportador global de soja y el quinto de ganado bovino. "Es sorprendente como un productor de commodities ha conseguido resistir al shock", ha comentado José Juan Ruiz, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo. "Ha mostrado un impresionante récord de disciplina fiscal. Y al menos un tercio de las empresas del país son dinámicas, innovadoras y están incluidas en la economía global".
Pero a la hora de encontrar inversores internacionales, el primer reto al que se enfrenta el país es el desconocimiento. "Cuando estaba en la universidad en EE UU, en una clase un profesor fue explicando todos los países sudamericanos, uno a uno. Al final, dijo que no iba a hablar nada de Paraguay porque lo desconocía", ha señalado Peña. "Pero Paraguay tiene una linda historia que contar" Parte de ese desconocimiento se debe a su historia: tras tres devastadoras guerras y una brutal dictadura de cuatro décadas, el país solo lleva 25 años de frágil democracia.
A los inversores, Paraguay ofrece cifras. El país tiene 6,8 millones de habitantes, la mayoría jóvenes. La moneda nacional, el guaraní, se ha estabilizado, con una inflación del 5% el pasado año. La pobreza se ha reducido, del 35,1% de la población en 2009 al 23,8% en 2013. Todo un mérito para un país aún muy dependiente de los vaivenes económicos de sus dos gigantes vecinos: Brasil (cuya economía tiene previsto crecer un 1% este año) y Argentina (donde se estima una caída del PIB del 0,3%). Pero los problemas de sus vecinos se están revelando ventajas para Paraguay. "Nos esperábamos problemas cuando vimos que Brasil se estaba desacelerando", ha explicado Peña. "Pero al contrario, conforme los costes de producción crecían en Brasil, más empresas brasileñas estaban interesadas en invertir aquí".
Uno de los pilares de ese interés es la participación de Paraguay en la central hidroeléctrica de Itaipú, la segunda mayor del mundo en tamaño (y la primera en producción). Por tratado internacional, la energía de la presa se reparte a partes iguales entre Brasil y Paraguay, en cuya frontera está la central. Históricamente Paraguay ha vendido la mayor parte de su electricidad al país vecino, pero la posibilidad de energía a bajo coste ha atraído a muchas empresas manufactureras brasileñas, sobre todo de piezas de automóvil, que también se aprovechan de los menores costes laborales del lado paraguayo. "Cuando abrimos la línea de alta tensión entre Asunción e Itaipú, en 2013", ha relatado Peña, "la prensa brasileña consideró que era la autopista que iba a atraer empresas brasileñas a Paraguay. Y así ha sido". Hoy Brasil es el segundo inversor en Paraguay después de EE UU.
Pero si quiere seguir creciendo, el país necesita más autopistas además de las eléctricas. Situada estratégicamente en el centro de la más fértil de las zonas agrícolas del continente, Paraguay busca desesperadamente infraestructuras para no perder el ritmo del crecimiento económico. "La infraestructura no puede convertirse en el gran cuello de botella de la economía paraguaya", ha considerado Ruiz. "Hemos fracasado a la hora de dotarnos de la infraestructura necesaria", ha reconocido Peña. "Necesitamos 16.000 millones de dólares en inversión, un 50% del PIB, y el Estado no puede hacerlo solo. Necesitamos la colaboración de inversores privados".
Otro factor es la cualificación de la mano de obra. A pesar del crecimiento de la alfabetización y la cada vez mayor universalización de la enseñanza primaria, el país sigue estando muy necesitado de personal con formación superior. "Desde el BID estamos colaborando para hacer posible que los paraguayos tengan las habilidades necesarias para seguir el ritmo de la economía", ha comentado Ruiz. El Gobierno de Horacio Cartes afirma haber avanzado en ese sentido. "Es cierto que no tenemos una mano de obra muy formada, pero ha demostrado que aprende con rapidez", ha explicado Peña. "Aún así, hemos habilitado el mayor programa de becas desde el siglo XIX. Hemos enviado a 1.600 paraguayos a universidades en el exterior con la condición de que regresen al país".
El país es el 13º de la región (y 92º mundial) en el índice de facilidad de hacer negocios del Banco Mundial, por encima de sus vecinos. Sin embargo, en parte por el desconocimiento, muchos inversores tienen dudas acerca de la seguridad jurídica del país. "Es interesante escuchar a los que han podido trabajar en Paraguay, tanto españoles como extranjeros", ha indicado Peña. "Ellos pueden contar como hemos avanzado en seguridad jurídica". El país presume de haber mejorado la calificación de su crédito al tiempo que se reducía la de sus países vecinos, así como haber conseguido una fiscalidad más baja al tiempo que se ha logrado una mayor recaudación a base de reducir la economía informal. "Tuvimos una reforma fiscal y un debate a nivel nacional", ha comentado Peña. "Y hemos tenido éxito".
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