Un acuerdo aprobado por el Parlamento busca que no se exhiban sus imágenes ni se le rindan homenajes en el aparato público
Luego de que el pasado 23 de septiembre Estados Unidos desclasificara los últimos documentos sobre el asesinato en Washington del canciller Orlando Letelier, que confirman que Augusto Pinochet dio la orden, el Parlamento chileno ha decidido este miércoles dar una inédita señal política. Con el apoyo de 69 diputados, la oposición de 23 y seis abstenciones, la Cámara aprobó un acuerdo en que califica a Pinochet como un “dictador, artífice de un aparato terrorista de Estado y autor intelectual del premeditado y alevoso asesinato del excanciller” de Salvador Allende.
“Lo constituye –a Pinochet– como el gobernante más violento y criminal que haya tenido Chile en su historia”, indican los diputados, que buscan que el Ministerio de Defensa se asegure de que no se exhiban imágenes de Pinochet en ningún organismo público ni tampoco se le rindan homenajes en las Fuerzas Armadas.
Según la información desvelada por Estados Unidos al cumplirse 40 años del asesinato de 1976, Pinochet fue el que ordenó la creación de un comando que atentara contra Letelier, un político incómodo para la dictadura por sus constantes denuncias en Washington contra el régimen autoritario de Santiago. “Una revisión de nuestros archivos sobre el asesinato de Letelier nos ha proporcionado lo que consideramos pruebas convincentes de que Pinochet ordenó a su jefe de inteligencia perpetrar el asesinato”, señala el informe de la CIA fechado el 1 de mayo de 1987, redactado durante el Gobierno de Ronald Reagan.
El acuerdo de los diputados chilenos también se refiere al papel que cumplieron los tribunales en la dictadura, que impidieron que el jefe de la policía secreta de Pinochet, Manuel Contreras, finalmente fuera extraditado a Estados Unidos, como pretendía Washington. El texto señala que el expresidente de la Corte Suprema Israel Bórquez y todos los ministros del más alto tribunal del país que le secundaron para impedir la extradición son “una vergüenza nacional”. “Incumplieron gravemente sus deberes”, señala el texto del Congreso.
Desde la llegada de la democracia en 1990, la Cámara no emitía un pronunciamiento de estas características respecto de Pinochet, que luego de dejar el Gobierno y abandonar la jefatura de las Fuerzas Armadas, en 1998 llegó como senador vitalicio a la Cámara Alta
Tomado de: http://internacional.elpais.com/internacional/
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