Afifa Aleiby ha surgido de las corrientes humanistas, agnósticos que han existido en Iraq desde hace miles de años. Es la misma corriente que hizo la tierra entre los ríos Eufrates la cuna de la civilización occidental y el Tigris. Pero es la misma sensación de libertad que hizo Afifa Aleiby huir de su país después de haber terminado sus estudios en la academia de Bagdad a los 22 años. Ella fue a estudiar en el Instituto Surikov de Moscú, donde estudió con Ivan Loubennikov, entre otros. Los ocho años en Moscú fueron seguidos por 12 años en Florencia y un corto período de tiempo de enseñanza en Yemen. Desde hace varios años Afifa Aleiby ha vivido en los Países Bajos.
Su obra está impregnada de la mentalidad de que la vida ha determinado. Su conciencia de sí misma como una mujer, sus luchas, pero también sus sueños y su firme creencia en un futuro mejor, tomó forma en las figuras monumentales de las mujeres. Además de las raíces árabes inconfundibles del estilo, es fascinante ver cómo el trabajo de Aleiby fue influenciado por su estancia en Rusia, Italia y los Países Bajos. Golpear en la nueva colección es el hecho de que los ojos de los personajes representados están dirigiendo su mirada hacia el exterior, donde sus las anteriores fueron en su mayor parte cerrados. La búsqueda interior parece completa, el mundo se encuentra con una visión renovada.
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