El negociador del gobierno colombiano reacciona al anuncio de las FARC de revelar “la verdad” de lo que ocurre en La Habana
Una nueva crisis amenaza el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC a raíz de una carta que este miércoles envió del máximo jefe de esa guerrilla, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, al presidente Juan Manuel Santos, haciéndole varios reclamos a propósito de su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas donde el mandatario insistió en que las negociaciones deben agilizarse ya que la paciencia de los colombianos “no es infinita”.
(El jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle. / Alto Comisionado para la Paz)
En la carta, Timochenko califica las intervenciones de Santos ante la comunidad internacional como una gran “ofensiva discursiva y mediática contra nosotros” y anuncia que sus hombres elaborarán un informe que cuente lo que ocurre en el interior de la mesa de negociación, algo que rompería el acuerdo de confidencialidad que firmaron tanto el Gobierno colombiano como las FARC desde el arranque de los diálogos el 19 de noviembre de 2012.
“Con el exclusivo propósito de que el país y el mundo conozcan en verdad lo que ocurre, he decidido autorizar a nuestros voceros en La Habana la elaboración de un informe al pueblo colombiano. Tenemos una gran responsabilidad ante él y tanta retórica hace daño, Santos”, escribió el número uno de las FARC. La reacción del Gobierno no se hizo esperar y el jefe negociador, Humberto de la Calle, dijo en la mañana del jueves en Bogotá que la posición de las FARC es “francamente incomprensible”.
Con relación al supuesto informe, De la Calle recordó que el acuerdo de confidencialidad se acordó con el “propósito de preservar la conducción del diálogo” y que publicar lo que las FARC llaman “la verdad” no representa ninguna amenaza para el Gobierno. El vocero del Gobierno también dijo que el mayor seguro que se tiene frente a lo que sucede al interior de la mesa de negociación es que los acuerdos que se firmen en La Habana deberán ser refrendados por los colombianos a través de un mecanismo que se acordará entre las dos partes. “Esta es la plena prueba de que todo esto será a la luz del día y que realmente son los colombianos los que deciden”, dijo el jefe negociador.
En su misiva, Timochenko también se queja de el Gobierno se ciña de tal forma a los seis puntos de la agenda pactada “que sólo lo que ellos llevan a la Mesa merece considerarse”. Ante esto, De la Calle respondió asegurando que lo que le duele a las FARC es que precisamente el equipo del Gobierno siga fiel a esa agenda de negociación –que incluye el tema agrario, la participación política de las FARC, el fin del conflicto, el problema de las drogas ilícitas, las víctimas y la refrendación de los acuerdos–. “Esa agenda es la clave y la columna vertebral de lo que sucede en La Habana”, aseguró y reiteró que el Gobierno volverá el próximo 3 de octubre a La Habana para continuar con una nueva ronda de conversaciones como se tiene previsto.
Contrario piensa Timochenko, quien escribió que “si la paz consiste en tender puentes entre contrarios, los modelos económico y de democracia, verdaderas causas de la confrontación social y armada, necesariamente deben ser modificados”. Entre los reclamos del máximo líder de las FARC también están lo que llama “imposiciones unilaterales” refiriéndose el Marco Jurídico para la Paz, un acto legislativo aprobado por el Congreso, que permitirá diseñar un modelo de justicia transicional que satisfaga a las víctimas, pero que también permita alcanzar la paz. También incluye al proyecto de ley que cursa en el Congreso para que se realice un referendo el mismo día de las elecciones, en el que los colombianos podrán refrendar o no los acuerdos a los que se lleguen en La Habana.
Y con relación a la presión por agilizar los diálogos en aras de la paciencia de los colombianos, el líder de las FARC aseguró que lo que se acorta “es el tiempo para definir su candidatura a la reelección y es evidente su afán en exhibir al país un acuerdo de paz”. Al final del a misiva, fue mucho más duro, diciendo que Santos alucina si “confía en doblegarnos con gruñidos. Estamos muy viejos para eso. La clave está en consensuar, en cambiar para bien esa actitud arrogante y mezquina”.
Luego de 11 meses de diálogos en La Habana solo se han conseguido acuerdos en el primer punto (el agrario) de una agenda de seis y el segundo punto, que se refiere a la participación en política de las FARC una vez se desmovilicen, parece no tener grandes avances, por lo que los analistas en Colombia han coincido en calificar este momento como de tiempos difíciles.
Elizabeth Reyes L. Bogotá
No hay comentarios.:
Publicar un comentario