viernes, 24 de enero de 2014

Argentina alivia las restricciones a la compra de dólares tras la caída del peso

El Gobierno da un volantazo a la política monetaria que venía implantando desde finales de 2011




A partir del lunes, los ciudadanos argentinos podrán comprar dólares en el mercado oficial, cosa que se había vuelto casi imposible desde finales de 2011 debido a las restricciones que había impuesto el Gobierno. La medida fue anunciada a primeras horas de la mañana del miércoles por el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en presencia del ministro de Economía, Axel Kicillof, después de que el día anterior el peso experimentase su mayor depreciación en los últimos 12 años y cerrara con un valor de 7,75 pesos por dólar en el mercado donde operan los bancos y de 13 pesos en el mercado negro. De forma sorpresiva, el Gobierno decidió rebajar también de un 35 al 20% el impuesto que hay que pagar por adquirir divisas con fines turísticos o en las compras en el exterior con tarjeta de crédito.

orge Capitanich suele ofrecer cada mañana a las ocho una conferencia de prensa en la que admite preguntas. Pero esta vez, cuando anunciaba la medida más importante desde que accedió al cargo hace dos meses, se limitó a emitir una declaración de minuto y medio: “Hemos venido aquí precisamente para comunicar que hemos decidido autorizar la compra de dólares para tenencia de personas físicas, de acuerdo al flujo de ingresos declarados. Y, paralelamente, se ha decidido disminuir el anticipo de impuesto a las ganancias del 35% al 20% para el comprador. Esta decisión obedece a que en el marco de la política cambiaria de flotación administrada del tipo de cambio, el Gobierno considera que el precio de la divisa, es decir, del dólar, ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica. Estas medidas se instrumentarán a partir del día lunes a través de los organismos pertinentes. Muchas gracias”.
Ante las numerosas preguntas que planteaban los periodistas, Axel Kicillof, tomó el micrófono cuando ya se disponía a bajar del estrado y dijo: “Miren: los mismos que nos dijeron durante diez años —se refería a la década de los noventa, cuando gobernó el peronista Carlos Menem— que el dólar valía un peso son los que hoy nos quieren convencer de que vale 13. Así que saquen sus propias conclusiones”. Kicillof aludía al precio que alcanzó el día anterior el dólar en el mercado negro, que es al que acceden los pequeños ahorradores para conseguir divisas. Desde el Gobierno se ha transmitido en varias ocasiones el mensaje de que las convulsiones del mercado cambiario obedecen a los intereses especulativos de un reducido grupo de capitalistas.
El Gobierno emprendió desde el 28 de octubre de 2011 lo que la prensa crítica con el Ejecutivo bautizó como un cepo cambiario,expresión que no es del agrado de la presidenta, Cristina Fernández. Llámese cepo o restricciones a la compra de dólares, el caso es que la decisión ocasionó en su día varios cacerolazos de miles de ciudadanos que vieron cómo se les volvía cada vez más caro ahorrar mediante la compra de dólares. Ante una inflación que ahora ronda el 25%, la solución para muchos argentinos consiste en comprar dólares y guardarlos en el colchón. Las protestas no hicieron cambiar el rumbo de la política cambiaría del Gobierno. Pero la política del Gobierno tampoco modificó los hábitos de millones de ahorradores habituados desde hace décadas a refugiarse en el dólar.
El Gobierno pretendía aumentar el flujo de dólares disponibles en el Banco Central y promover el uso del peso frente a la divisa estadounidense. Pero, hasta el momento, todo el batallón de medidas implantadas en dos años no han generado los resultados esperados. El dólar oficial se vendía en octubre de 2011 —al inicio de las medidas restrictivas— a 4,24 pesos mientras que en el mercado paralelo se ofrecía a 4,49 pesos. Este jueves, un día antes de que el Gobierno anunciara la marcha atrás en su política cambiaria, el dólar oficial llegó a elevarse hasta los 8,40 pesos y cerró a 7,75, después de que el Banco Central pusiera en circulación 100 millones de dólares provenientes de sus reservas para evitar un mayor desplome del peso. Mientras tanto, el dólar blue o negro se pagó a 13,10 pesos, el triple de lo que costaba en octubre de 2011. Y las reservas del Banco Central, que en octubre de 2011 se situaban en 47.821 millones de dólares, descendieron el jueves a 29.263 millones. Buena parte de esos 18.558 millones evaporados en poco más de dos años fueron destinados a pagar deudas, cosa de la que se enorgullece el Gobierno. Pero otra parte tuvo que invertirse en colocar dólares en el mercado para que no se disparase el dólar blue.
En 2012, Cristina Fernández intentó convencer a los ciudadanos de que era mucho más rentable ahorrar en pesos que en dólares. Les animó a que pesificaran sus ahorros. Para dar ejemplo, en julio de 2012 convirtió en pesos tres millones de dólares que tenía en depósito a plazo fijo y conminó al senador oficialista Aníbal Fernández a que pesificaratambién sus ahorros en dólares. Pero la mayoría de los argentinos siguieron confiando en la divisa estadounidense.
Las consecuencias de la nueva medida están por verse. Pero la mayoría de los economistas críticos con el Gobierno, señalan que no se conseguirá enderezar el timón mientras no haya un reconocimiento claro de la inflación y una política para combatirla.

 Buenos Aires
Para El País de Madrid

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