jueves, 16 de enero de 2014

Memory books, más allá de la vida

“Ahora soy una mujer segura, hermosa y orgullosa. Si no hubiera escrito mi Memory Book podría estar muerta”. Es el testimonio de Sara, una mujer ugandesa, con SIDA, que perdió a su marido, también afectado por el SIDA, y que se agarró a la vida gracias a un proyecto, los Memory Books,de la ong Nacwola.



Robinah, en la foto superior, vive con sus cuatro hijos en la ciudad de Luwero, a 63 kilómetros de Kampala, la capital de Uganda. Le diagnosticaron VIH a la vez que a su primer marido, él no pudo salvarse. Ella sobrevivió y con la ayuda de un microcrédito de Nacwola sobrevive con una modesta tienda y una máquina de coser. Robinah ha escrito, junto a sus hijos, su Memory Book. “Sólo puedo decir que, cuando llegamos al final, yo era ya una persona nueva”.
He conocido la historia de Sara, de Robinah y de los Memory gracias a Nuria Mayoral y a www.an-hua.org, una organización formada por cuatro profesionales de la comunicación que busca dar a conocer “lo que solo se ve a contraluz“, traducción del chino an-hua, aquellas historias que no catarás nunca, o casi nunca, en un medio de comunicación.
Estos libros de memorias, semejantes a pequeños cuadernos de ejercicios, encuadernados, con fotografías pegadas y redactados por personas casi analfabetas, podrían ser los más importantes documentos que se habían escrito en nuestra época.
Cuando todos los papeles oficiales, reportajes, informes financieros, colecciones de poesía, obras de teatro, manuales de funcionamiento de electrodomésticos, programas de ordenadores; cuando todos aquellos escritos que representan cómo es nuestra vida y en qué se basa nuestra historia; cuando todos estos escritos se hayan olvidado, puede ser que esos finos volúmenes, esas memorias dejadas por personas que van a morir muy pronto, se conviertan en los documentos más significativos de nuestra época.
Es un pasaje del prólogo del libro “Moriré, pero mi memoria sobrevivirá”, del escritor sueco Henning Mankel, un libro que no tiene como protagonista al mítico Wallander, sino a mujeres, niñas y familias de Uganda. Mankel es el principal “embajador” mundial de los Memory Books.
Los Memory Books (MB) nacieron en Inglaterra en 1991, gracias al trabajo de la ONG Barnardo, que descubrió en ellos una forma de ayudar a los africanos con VIH a documentar su historia familiar, sus tradiciones y todos los aspectos de su vida que necesitarían conocer sus hijos.
En 1995 la idea llegó hasta Uganda, hasta Nacwola (National Community of Women Living With HIV/AIDS). Con la ayuda de Save the Children Reino Unid  desarrolló un completo programa de recuperación física y psicológica que gira en torno al MB. Habla Nuria, de An-hua.
Cuando un africano descubre que está enfermo de SIDA cae sobre él un estigma social de una magnitud tan gigantesca que en el caso de los hombres lo suelen ocultar, no lo dicen e, incluso, siguen infectando. En el caso de las mujeres, se aislan, se separan de su familia y llevan incluso a abandonar a sus hijos y se dejan de alimentar.
Cuando los hombres quieren reaccionar y plantar cara al VIH, ya es demasiado tarde. Solo queda la mujer. Nuria cuenta cómo el proyecto de rehabilitación de Nacwola pasa, primero, por recuperarla físicamente e, inmediatamente después, empezar a trabajar en el libro de memoria.
El proyecto de los MB les ayuda a que se cuiden, se alimenten, tomen los retrovirales. Luego se trabaja el estigma, devolverla a la cotidianeidad, quitar la culpabilidad tan grande que tienen encima.  Mejorar físicamente le ayudará a responder.
Los MB ayudan a normalizar la vida de los portadores y enfermos y a preservar la del resto. Según Christa Graf, directora del documental Memory Books, el sistema inmune de algunas mujeres se ha estabilizado gracias a la fortaleza física derivada de la esperanza que han depositado en los MB. Nacwola ha publicado un material, Breaking the Silence, en el que explican todo el proceso “terapéutico” de los MB.


Grace, Lilian y Rose son tres hermanas que viven solas en una casa de Mashi, Tanzania. Huérfanas y la mayor con apenas 21 años viven sin la presencia de un hombre en su hogar desde hace bastante tiempo. Grace, Llian y Rose se aferran al Memory Book que les dejaron su padres, ese es su testamento gráfico y escrito.
En el camino que empezó con la muerte del padre y con el convencimiento de la madre de crear el MB y que ha terminado con la emancipación de las tres hermanas (algo extraordinario en las sociedades africanas) siempre ha estado el apoyo de una trabajadora social, Gladys, y de la organización Kiwakkuki, hermana de Nacwola en Tanzania.
Su historia se recoge en el libro “Memory Books”, que An-hua editó para acompañar a la exposición que está, desde hace un año, visitando todas las tiendas de FNAC en España(actualmente está en Murcia) gracias a la apuesta personal de Ana Bolívar, responsable de exposiciones de fotografía de FNAC, por el proyecto.
Los beneficios de la venta del libro los acaba de mandar Nuria, vía transferencia bancaria, a Nacwola. El libro, con fotos de Álvaro Laiz y David Rengel y textos dfe Francis Pachá es una maravilla, pero está agotado, solo se autoeditaron 100 ejemplares.
La buena noticia es que están pensando en hacer una reedición y que con unos pocos euros que pudiera aportar algún  mecenas se podrían publicar muchos más ejemplares.
Y eso haría que el proyecto de Nacwola pudiera seguir creciendo y creando MB. Ahora, incluso, en Uganda, los libros se están convirtiendo en un documento legal, porque para muchos huérfanos, cuando la madre muere, la casa pasa a ser propiedad de la familia del padre. Si no hay ningún documento que demuestre nada, se pueden quedar con la casa y echar a los niños a la calle.

Quién podía decir que un libro haga tanto, llegue a cubrir tantos aspectos, sanitarios, psicológicos, sociales, legales, afectivos… En nuestra sociedad el libro el libro es fuente de conocimiento o de ocio, para ellos es fuente de vida. Y es un futuro. Concluye Nuria.

 Tomado de: http://blogs.lainformacion.com/

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