sábado, 25 de enero de 2014

Dibujan el mapa genètico más preciso de la esquizofrenia

Dos estudios publicados en Nature proporcionan información sobre las claves moleculares necesarias para determinar la fisiopatología de la enfermedad




Muchas más mutaciones de las que hasta ahora se pensaban intervienen en el orige de la esquizofrenia. Aunque inicialmente parece una noticia desalentadora, los resultados de dos investigaciones que se publican en «Nature» son extremadamente útiles para mejorar en el conocimiento de la esquizofrenia y para mejorar su tratamiento. Los trabajos presentan por vez primera la base de datos genética más grande del mundo sobre la esquizofrenia.
La complejidad genética que subyace detrás de muchos trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia, dificulta su tratamiento. Conocer más sobre las causas de la esquizofrenia, aseguran los investigadores, permitirá avanzar en su manejo y tratamiento y, ahora, gracias a estos dos estudios que revelan nueva información sobre la esquizofrenia, parece que se está más cerca de comprender la complejidad genética de esta enfermedad. Los estudios de secuenciación del exoma han permitido determinar que este trastorno está causado probablemente por muchas más mutaciones genéticas raras de las que se sospechaba.
Los científicos de la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai, del Instituto Broad, del Centro Sanger, de la Universidad de Cardiff y la deCarolina del Norte y del Instituto Karolinska, ha llevado a cabo un macroproyecto en el que se han secuenciado los genes de 6.948 personas procedentes de Bulgaria y Suecia, entre los que se encontraban pacientes diagnosticados con esquizofrenia, sus padres y un grupo de controles sanos. Los dos trabajos han desvelado que un gran número de mutaciones genéticas raras contribuyen al riesgo de la enfermedad, en vez de únicamente unos pocos genes «defectuosos». La información clínica y genética recopilada de más de 3.000 personas afectadas, explican los científicos, ha permitido obtener la base de datos más grande del mundo sobre la esquizofrenia, un recurso que será de gran valor para la comunidad biomédica en sus continuos esfuerzos por esclarecer los factores que contribuyen a la enfermedad.
«Estos nuevos estudios del exoma indican que la base genética de la esquizofrenia es tremendamente compleja y requerirá más investigaciones para obtener información sobre el ARN, proteínas y otros datos necesarios para tener una imagen más completa en base de datos que estamos construyendo», explican Eric Schadt y James W. Crystal, autores de los estudios.
Los investigadores creen que ahora que se dispone de esta información, «podemos iniciar un tipo de análisis de redes a escala masiva que otros científicos han utilizado con éxito para caracterizar otras enfermedades complejas y empezar a pensar en nuevas formas de tratar a estos pacientes».
La esquizofrenia es una enfermedad mental crónica que afecta al 1 por ciento de la población mundial. Los síntomas incluyen alucinaciones persistentes auditivas y visuales, delirios y paranoia. Actualmente los pacientes son tratados con terapias antipsicóticas que han visto pocos avances en los últimos 20 años. Los estudios familiares han demostrado un papel importante los factores hereditarios.
Shaun Purcell, autor principal del estudio realizado entre la población sueca, considera que «a pesar de la complejidad de la genética de la enfermedad, los resultados son alentadores; este tipo de estudios –señala- deben proporcionar una base firme desde la que podemos trazar un camino hacia el objetivo final que es la subtipificación pacientes para ofrecer así una vía de tratamiento más personalizada que el enfoque de ‘talla única’ para todos utilizado actualmente».
En concreto, en el trabajo dirigido por Purcell, se realizó la secuenciación del exoma de 2.536 pacientes y 2.543 controles recogidos por el Instituto Karolinska en Suecia. Los autores observaron la presencia de muchasmutaciones ultra-raras a través de docenas de genes, en particular las mutaciones relacionadas con las proteínas que influyen en los circuitos del cerebro, que contribuyen al riesgo de esquizofrenia de una persona.
En la otra investigación, coordinada por Menachem Fromer, se llevó a cabo la secuenciación del exoma de 623 tríos (padres y niño afectado ) procedentes de Bulgaria y el análisis de las mutaciones de novo. Los resultados mostraron cierta superposición entre los genes implicados en la esquizofrenia con los ya asociados con el autismo y la discapacidad intelectual.
Los autores sostienen que ambos documentos demuestran que la secuenciación del genoma continuará siendo una potente herramienta para el estudio de la esquizofrenia, aunque necesitarán muchas más muestras para secuenciar antes de pueda ser totalmente comprendida la genética de este trastorno tan complejo. «Hay poca evidencia científica confirmada sobre las causas moleculares o celulares de la esquizofrenia –señala Steven McCarroll-. Y ello es porque no podemos usar muchos enfoques científicos tradicionales para estudiar la enfermedad». Los investigadores creen que los genomas son el camino para «salir de la oscuridad», y que estos estudios, y otros como éstos, podrían «proporcionar las claves moleculares que necesitaremos para trazar la fisiopatología de la enfermedad».
Para el investigador Ed Scolnick, los datos de secuenciación del exoma de estos dos artículos, junto con otros estudios del genoma de pacientes con esquizofrenia, «están ayudando a descifrar la patogénesis de esta devastadora enfermedad». Scolnick considera que este trabajo es la construcción de una «hoja de ruta que inexorablemente nos conducirá a mejores tratamientos para los pacientes y sus familias».


Fuente_ @abc_salud / MADRID

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