Autor: sergio f. s. sixtos
Una mañana al despertar, Carol miró el traje sastre planchado y colgado, esperando ante ella; la carpeta con el informe que escribió durante la noche entera. Suspiró y con una sonrisa cansada, decidió volver a tener cinco años. Olvidarse de deberes y pesares; adiós a las facturas y a los conflictos laborales. Borraría viejos amores y los nuevos: ya ni anécdotas serían. Un crisol de nuevas oportunidades aguardarían. Tendría consecuencias inevitables: los amigos serían abandonados para siempre y la familia sería mucho más vieja que ella. Hasta la vista, al dolor del cuerpo; el alma cansada tendría un respiro. Dejaría sus libros y a la poesía. En su nuevo mundo sólo habría espacio para Astérix y Mafalda.
Reflexionó un largo instante, sobre las ventajas y desventajas de volver a tener cinco años.
Golpes en la puerta y una voz llamándola:
-Carol, llegarás tarde al trabajo.
Ante la ausencia de respuesta, la madre de Carol entró en la habitación. Sólo encontró a una niña sonriente y despeinada, saltando en la cama.
Una mañana al despertar, Carol miró el traje sastre planchado y colgado, esperando ante ella; la carpeta con el informe que escribió durante la noche entera. Suspiró y con una sonrisa cansada, decidió volver a tener cinco años. Olvidarse de deberes y pesares; adiós a las facturas y a los conflictos laborales. Borraría viejos amores y los nuevos: ya ni anécdotas serían. Un crisol de nuevas oportunidades aguardarían. Tendría consecuencias inevitables: los amigos serían abandonados para siempre y la familia sería mucho más vieja que ella. Hasta la vista, al dolor del cuerpo; el alma cansada tendría un respiro. Dejaría sus libros y a la poesía. En su nuevo mundo sólo habría espacio para Astérix y Mafalda.
Reflexionó un largo instante, sobre las ventajas y desventajas de volver a tener cinco años.
Golpes en la puerta y una voz llamándola:
-Carol, llegarás tarde al trabajo.
Ante la ausencia de respuesta, la madre de Carol entró en la habitación. Sólo encontró a una niña sonriente y despeinada, saltando en la cama.
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