sábado, 10 de mayo de 2014

¿Realmente se puede leer la mente?

Melissa Hogenboom
BBC



Muchos de nosotros hemos visto las imágenes y leído las historias: una bella foto de un cerebro con un área iluminada y nos indican que se descubrió algo fundamental para procesos como el miedo, desagrado o la felicidad.
Son tantas las noticias de este estilo que es fácil pensar que se ha develado mucho más del misterio de la mente de lo que es verdad.

La tecnología es impresionante pero uno de los métodos más populares de escáner, el de imágenes por resonancia magnética funcional o IRMf, mide los cambios del flujo de sangre en una región del cerebro, no las neuronas directamente.
Los investigadores lo usan cuando quieren entender qué parte del cerebro está involucrada en una tarea particular. Pueden colocar a la persona en un escáner y ver cuáles áreas se activan.

Iluminando al cerebro

Lo que se infiere es que las partes que se 'encienden' son importantes para esa tarea, pero las imágenes y la frase "encender el cerebro" puede llevar a interpretaciones que van más allá de lo interpretado.
La neurocientífica Molly Crocket de la University College London explica que, aunque IRMf es extremadamente útil, estamos muy lejos de poder leer la mente de un individuo con un escáner.
"Existe la idea equivocada de que uno puede ver la información que nos dan esas imágenes del cerebro y saber qué se está pensando o sintiendo. Ciertamente no es el caso", le dice a la BBC.
"Lo que se ha hecho es un estudio que nos dice algo sobre el cerebro pero lo que el público realmente quiere es dar el brinco y entender la mente".
Como ejemplo, cita un artículo del New York Times cuyo titular era "You love your iPhone, literally" o "Usted literalmente ama a su iPhone".
En ese caso, el equipo de científicos vio que un área previamente asociada con el amor -la ínsula- se activaba cuando los participantes en el experimento veían videos de un iPhone timbrando.
Pero esa región también ha sido denominada como el "circuito del odio" del cerebro y como "el centro de adicción del cerebro".
El ejemplo ilustra lo que muchos neurocientíficos saben: que una región del cerebro puede estar involucrada en varios procesos cognitivos.
Imagíneselo de esta manera: el cerebro es como una enorme máquina procesadora con miles de millones de neuronas. Se calcula que cada milímetro cúbico contiene un millón de neuronas. Y, por el momento, es imposible analizar neuronas individuales en humanos vivos.

Leyendo la mente

Sin embargo, cuando la información de las áreas activas se "descodifica", los patrones arrojan algunos resultados interesantes.
Un equipo en la Universidad de California, Berkeley, EE.UU., preparó a los voluntarios del estudio con cortos de video, los colocaron en un escáner y tradujeron las señales eléctricas cerebrales a cortos de video. Esos últimos resultaron similares a los que acababan de presentarles. 

Sin embargo, Jack Gallant, el autor del trabajo, admite que él no "lee la mente", pues realmente no sabe qué es "la mente".
"No obstante, puedo 'leer el cerebro' un poco, lo que significa sencillamente el proceso de decodificar la información que puede ser recuperada con medidas de actividad cerebral".
"Se trata de un proceso en teoría sencillo, pero cualquier lectura de los resultados inevitablemente será limitada por la calidad de la medición de la actividad cerebral y de los modelos computacionales del cerebro y los recursos de las computadoras".
Martin Dresler, del Instituto de Psiquiatría Max Plank en Alemania, hizo un estudio similar para demostrar que un escáner del cerebro se podía traducir en acciones simples a partir de un sueño del participante, en ese caso, el movimiento de una mano. Sus participantes eran sólo soñadores lúcidos, pues tenían que ser capaces de controlar sus propios sueños.

Midiendo la consciencia

Ampliándolo más, otros investigadores dicen que los escáneres también son una herramienta útil para entender a la consciencia.
Un estudio publicado el mes pasado en la revista especializada The Lancet encontró que las imágenes del cerebro ayudaban a predecir la probabilidad de que un paciente recupere la consciencia.
Srivas Chennu, de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, dice que nuestra comprensión de la consciencia ha avanzado significativamente en las últimas dos décadas "como un fenómeno que emerge de las redes de regiones que interactúan en el cerebro".
El científico utiliza ese tipo de imágenes del cerebro para mostrar cómo son afectadas esas redes cuando hay casos de estados alterados de consciencia, como después de una lesión cerebral o sedación.
"Estos avances auguran una comprensión y medición completa de los fundamentos neurales de la consciencia en las próximas décadas", opina Chennu.
"Me alegra notar una tendencia en la neurociencia en la que estamos tratando de dejar atrás el reconocimiento de regiones, en el cual observamos porciones de cerebro 'encendidas', para ir hacia una perspectiva más sofisticada, al menos en el campo de la consciencia", añade.
Es claro que se está progresando rápidamente en ese campo pero Dresler hace hincapié en que si bien ciertos experimentos pueden empezar a interpretar patrones de pensamiento visualmente, eso sólo es posible con participantes voluntarios tras varias horas de preparación.
"La dificultad más grande es que cada cerebro es distinto y uno no puede inferir métodos en algoritmos que funcionan para un cerebro en otro sin problema".
Y es apenas una "forma muy rudimentaria de leer la mente, si se le puede llamar así", agrega.
Así que, aunque ahora es posible ver patrones de pensamiento en escáneres cuidadosamente controlados, poder leer pensamientos y emociones específicos y detallados con sólo esas imágenes sigue siendo una realidad sólo en el reino de la ciencia ficción.

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