El Volkswagen del presidente uruguayo es uno de los iconos de su estilo de vida austero.
Aunque confía en que su partido seguirá al frente de Uruguay, cuando se le pregunta al presidente José Mujica si eso significará continuidad aclara: "Cada gobierno es único".
Poco después de que se conociera que la segunda vuelta se disputará entre el candidato del Frente Amplio Tabaré Vázquez y el opositor del Partido Nacional Luis Lacalle Pou, Mujica destacó que -en su opinión- la experiencia de Vázquez como exmandatario le otorga una ventaja.
"Recuerde que la profesión de presidente no existe, ni la formación. Sólo hay lo que se practica".
Para el presidente, la estrechez de los resultados tanto en Uruguay como en la victoria de Dilma Rousseff en Brasil no es una advertencia a las izquierdas de la región, sino algo mucho más complejo.
¿Qué evaluación hace sobre el resultado electoral en Uruguay?
Es un resultado todavía no terminado, pero bastante dentro de lo anunciado. Puede ser que falte un punto para lograr la mayoría parlamentaria.
Se tendrá que negociar pero tengo confianza de que en la segunda vuelta gana el Frente, porque la historia indica que es imposible trasladar la decisión de los partidos a la gente.
Para América Latina es muy importante lo que acaba de acontecer en Brasil, porque va a estar en condiciones de tomar decisiones que no tomaba.
Acelerar la negociación con Europa o marcar otro rumbo me parece inevitable. El resultado despeja y coloca al gobierno de Brasil a tener que tomar decisiones.
¿Qué decisiones espera de Brasil?
Decisiones mucho más francas y abiertas de establecer acuerdos con otras partes del mundo que nos permitan mejorar el perfil de todo el Mercosur y probablemente también flexibilizar la situación de los países menores: Paraguay y Uruguay.
La oposición brasileña dice que Argentina y Venezuela no le permiten a Brasil salir a buscar esos acuerdos comerciales en otras partes. ¿Comparte esa visión?
Es importante la permanencia del gobierno actual (en Brasil) porque no experimenta y tiene una idea clara de lo que piensa. Si miramos las cifras del comercio exterior de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y sumamos, vamos a encontrar que el gran comprador que tiene la región se llama la República Popular China.
No podemos ya renunciar a semejante mercado. Pero a su vez recordar que quien compra mucho quiere vender. Por lo tanto tenemos que tener una política de aliados que nos permita jugar con esto.
Tanto en Brasil como en Uruguay las elecciones son más ajustadas que anteriores. ¿Esto es una advertencia que los electores le están dando a los gobiernos de izquierda?
El asunto es mucho más complejo. Se está dibujando un mosaico político con la aparición de nuevos planteos de partidos menores que sumados generan cierto peso. Un poquito más que voten los independientes y dos fuerzas políticas que no estaban en el Parlamento y logren entrar…
Es esa famosa advertencia que usted me dice de pérdida. Estamos con un espectro político que se está afinando como en otros países y veremos lo que acapara el futuro.
Usted es reconocido por su estilo de vida, su forma de gobernar y una serie de medidas sociales como la ley de la marihuana o la legalización del aborto. ¿Hasta qué punto el candidato del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, representa su estilo?
Los gobiernos son únicos. Seguramente un nuevo gobierno de Tabaré (que fue presidente de 2005 a 2010) tiene la ventaja de la experiencia acumulada. Y recuerde que la profesión de presidente no existe, ni la formación. Sólo hay lo que se practica. Y desde ese punto de vista una segunda presidencia de Tabaré le va a permitir ver las cosas con más rapidez y más claridad.
Pero seguramente va a ser distinta porque la fuerza política a la que pertenecemos es de gente librepensadora, es múltiple y dentro de la misma orientación global hay matices. No creo que los presidentes vayan a ser iguales. Pero el asunto es que le sirvan al país.
Dice que son matices, pero en el tema de la marihuana por ejemplo el propio Vázquez ha criticado la venta en las farmacias. Entonces, ¿hasta qué punto hay una continuidad?
Pero mire que mi primera idea era venderla en las cadenas de Abitab (para pagos de cuentas) y eso lo determinaron los técnicos. No creo que sea un capítulo importante dónde se venda.
El problema es la política de regulación. Y no hay tanta diferencia porque dije enfáticamente que no había garantías, que era una medida contra el narcotráfico (para) robarle mercado. Si eso no se logra, nos habremos equivocado y habrá que poner la marcha atrás.
Brasil va para 16 años de gobiernos del PT y en Uruguay serán 15 años del Frente Amplio si se confirma el triunfo en la segunda vuelta. ¿Los riesgos de ejercer el gobierno durante tanto tiempo, sobre todo los de la corrupción, son mayores que nunca?
Los partidos tienen que tratar de fortificar su salud interna y tenerlo presente. Uno de los problemas más graves que tiene la política contemporánea es que frecuentemente quienes están en los gobiernos se alejan demasiado de la forma de vivir de las grandes mayorías. Y terminan viendo la realidad desde donde están ellos.
Hay que volver a la fuente de lo republicano. Quienes son elegidos para un gobierno son funcionarios en tránsito, no son reyes, no son sangre azul y en el fondo suscribir hasta el cansancio que nadie es más que nadie en una república.
¿Va a ir al Senado?
Voy a seguir desde el Senado y dando alguna vueltita por esta América tan injusta y tan rica.
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