Un exministro civil y un exjefe de inteligencia policial figuran entre los 19 sentenciados por los crímenes del centro en el que estuvo detenida Laura Carlotto
Dos meses después de que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, encontrara a su nieto Ignacio Guido tras 36 años de búsqueda, la justicia argentina condenó este viernes a los responsables del secuestro de su hija Laura, madre de aquel niño y ahora joven que ha recuperado su identidad. Un tribunal de La Plata juzgó ese y otros 134 casos de víctimas de detención ilegal, tortura y genocidio ocurridos en el centro clandestino de detención La Cacha durante la última dictadura militar de Argentina (1976-1983). Los magistrados condenaron a 19 de los 20 acusados: 15 de ellos deberán cumplir prisión perpetua, tres permanecerán 13 años en la cárcel y el restante, 12 años.
“Esto no es una alegría, pero es un gran paso de la justicia. Por fin esta gente estará donde siempre debió: la cárcel”, opinó Estela de Carlotto, la madre de quien estudiaba Historia en la Universidad de La Plata y militaba junto a su pareja, Walmir Montoya, en la guerrilla peronista Montoneros, cuando ambos desaparecieron en 1977. Laura Carlotto estaba embarazada y su hijo, al que llamó Guido, fue traslado por militares a una ciudad a más de 300 kilómetros de allí, Olavarría, donde un terrateniente entregó el bebé a sus peones rurales, que lo bautizaron como Ignacio. El robo de aquel bebé y el asesinato de la joven de 23 años no han sido juzgados en este juicio sobre La Cacha sino que serán abordados en otros procesos. La juez que analiza la sustracción de quien ahora se hace llamar Ignacio Guido Montoya Carlotto, María Servini de Cubría, quiere citar a declaración indagatoria al peón rural que presuntamente inscribió como propio al niño, Clemente Hurban, y al médico policial que supuestamente constató el falso parto en Olavarría, Julio Sacher. El nieto recuperado de De Carlotto defiende a Hurban y sostiene que su firma en el acta de nacimiento fue falsificada, mientras que Sacher alega que su rúbrica no aparece en ese documento.
"Están hablando con una abuela feliz que recuperó a su nieto, que está enterándose de este acontecimiento en el que se ha mencionado a su mamá; con estas condenas a quienes no tienen un rasgo de humanidad, porque todavía se sublevan, insultan y se creen que son víctimas”, contó Estela de Carlotto, que asistió a la lectura de la sentencia con dos de sus cuatro hijos, Claudia y Guido, y sin su nieto recuperado. Juntos escucharon que uno de los condenados les espetó a ellos y el resto de los familiares de las víctimas que estaban allí: “Váyanse a la puta que los parió”. Otros sentenciados los miraban altivos.
Entre los 15 que pasarán en prisión el resto de sus días figura un civil que fue ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Jaime Smart, responsable del secuestro de Carlotto, según el tribunal. También aparece el exjefe de inteligencia de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz. Ambos ya habían recibido condenas a reclusión perpetua en otros juicios por crímenes de la dictadura. Los otros 13 sentenciados a prisión de por vida son exmilitares del área de inteligencia del Ejército. Unos tres civiles fueron juzgados a 13 años tras las rejas y a un exmarino le han tocado 12. Solo un exmilitar fue absuelto.
En el juicio sobre La Cacha también se penaron los secuestros de la abuela y el padre del embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini, y el homicidio de su hermano. “Fueron más de 30 años de esperar este momento de justicia. No repara por completo, pero es un buen final para contarle a mi mamá, que siempre esperó por esto”, reaccionó el embajador tras oír el fallo en la sala del juicio en La Plata. Bettini se reconoció feliz, pero admitió que el proceso judicial supuso "la vuelta a recuperar toda la historia vivida, todos los sacrificios y los tormentos que han padecido los míos y todos los demás".
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