A la izquierda, superficie calcinada en Chubut; a la derecha, inundaciones en Córdoba. EFE
Hasta el sobrino del Papa Francisco, José Ignacio Bergoglio, se ha arremangado y puesto a trabajar en auxilio de los miles de evacuados por las tormentas e inundaciones que azotan a cinco provincias de la zona centro-occidental de Argentina.
"Es desesperante, los vecinos tienen que andar caminando en el agua y hay muchas víboras y es peligroso. Además la electricidad va y viene. O si no, deben conseguir un bote...", ha relatado el familiar del Sumo Pontífice.
Bergoglio es titular de la ONG Haciendo Lío, que toma su nombre de la sugerencia del Papa a los jóvenes -"hagan lío"-, y asiste por estos días a los vecinos de Balnearia, un pueblo de 8.000 habitantes sumergido en la provincia de Córdoba.
La catástrofe climática con lluvias torrenciales lleva una semana golpeando fuerte a cinco provincias: Córdoba, la más afectada en el centro de Argentina; y en orden decreciente San Luis; Santa Fe, sobre todo su capital; Santiago del Estero y Catamarca.
En buena parte, se trata de tierras dedicadas a la agricultura y ganadería que no solían sufrir inundaciones. Los expertos creen que el fenómeno climático guarda relación con la creciente tala de bosques y montes para la extensión de terreno cultivable.
"Es la mayor catástrofe climática de los últimos 50 años", admitió en un mensaje a la población el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, peronista como los Kirchner pero enfrentado al gobierno federal.
El desborde de ríos y arroyos ha provocado al menos 9 muertos en Córdoba y uno en Santiago del Estero. La correntada arrasa puentes, carreteras, y casas, por lo que se calculaba este miércoles que los evacuados sumaban más de 5.000.
Además de las tareas por parte de brigadistas de la Defensa Civil y voluntarios, el Ejército de tierra ha movilizado desde Buenos Airescamiones, elementos sanitarios y efectivos en auxilio de los más necesitados.
Mientras las lluvias e inundaciones atacan en el noroeste de Argentina, el agua se torna imprescindible en la Patagonia para sofocar el mayor incendio forestal sufrido nunca en ese territorio austral.
Según cifras oficiales, solamente en una de las provincias patagónicas, Chubut, ya han ardido 34.000 hectáreas de bosques y montes, causando la muerte de miles de ciervos y otros animales. El epicentro del desastre se ubica en la localidad de Cholila, donde se inició el fuego.
Tanto para el Gobierno de la presidenta Cristina Kirchner como para el provincial del gobernador Martín Buzzi se trata de incendios provocados, al parecer con motivación inmobiliaria. La explicación radica en que los bosques nativos no son urbanizables, pero después de un incendio sí pueden serlo.
Los brigadistas en Chubut han denunciado que no cuentan con trajes ignífugos que resistan las altas temperaturas. Y que pese a que el Gobierno de Fernández anunció hace dos años la compra de 26 aviones cisterna, en el mayor incendio forestal que se recuerda actúan están actuando sólo seis aeronaves.
JUAN IGNACIO IRIGARAYEspecial para EL MUNDO Buenos Aires
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