Aunque la edad biológica del organismo más idónea para mantener sexo y procrear esté entre los veinte y veinticinco años, la franja de edades en las que actualmente se disfruta más del sexo es más avanzada. Parecer ser que la experiencia es un importante factor a la hora de obtener un resultado satisfactorio en la práctica sexual.
La década de los treinta y cinco
Según una investigación que fue publicada en el Daily Mail, la edad en la que se obtiene placer sexual en su grado más culminante ronda la década de los treinta y cinco a cuarenta y cinco años. Esto es debido a que a la experiencia, se suma una energía sexual aún alta, acompañada de mayor seguridad en uno mismo.
Autoconfianza
Generalmente, cuando se entra en el periodo de la treintena, se está mejor preparado para afrontar problemas tales como las inseguridades, las taras de una educación represiva, la vergüenza o la frigidez. La experiencia de la vida también aporta la autoconfianza suficiente para resolver problemas que a otras edades se ven mayores.
Compenetración
También se busca una compenetración mayor con la pareja, ya sea porque se ha encontrado la estabilidad o porque las exigencias aumentan a la hora de buscarla en función de las propias necesidades frente a la simple experimentación de la edad juvenil. Cuando la compenetración psicológica es satisfactoria, se dispone de mayor facilidad para activar los resortes de placer de otro de forma más eficaz.
Estabilidad
La estabilidad, a su vez, permite una mayor frecuencia de las relaciones sexuales. Según la misma investigación, un 36 % de las personas cuya edad está comprendida en esta franja, mantienen relaciones sexuales entre dos y tres veces por semana.
La década de los treinta y cinco
Según una investigación que fue publicada en el Daily Mail, la edad en la que se obtiene placer sexual en su grado más culminante ronda la década de los treinta y cinco a cuarenta y cinco años. Esto es debido a que a la experiencia, se suma una energía sexual aún alta, acompañada de mayor seguridad en uno mismo.
Autoconfianza
Generalmente, cuando se entra en el periodo de la treintena, se está mejor preparado para afrontar problemas tales como las inseguridades, las taras de una educación represiva, la vergüenza o la frigidez. La experiencia de la vida también aporta la autoconfianza suficiente para resolver problemas que a otras edades se ven mayores.
Compenetración
También se busca una compenetración mayor con la pareja, ya sea porque se ha encontrado la estabilidad o porque las exigencias aumentan a la hora de buscarla en función de las propias necesidades frente a la simple experimentación de la edad juvenil. Cuando la compenetración psicológica es satisfactoria, se dispone de mayor facilidad para activar los resortes de placer de otro de forma más eficaz.
Estabilidad
La estabilidad, a su vez, permite una mayor frecuencia de las relaciones sexuales. Según la misma investigación, un 36 % de las personas cuya edad está comprendida en esta franja, mantienen relaciones sexuales entre dos y tres veces por semana.
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