Ayman tiene 13 años y está en un campo de refugiados de Jordania. Él y su familia vivían en un pueblo cerca de Homs, el escenario de algunos de los combates más sangrientos en la guerra civil de Siria.
Un misil aterrizó en su casa este año y los obligó a escapar de la zona y unirse a miles de personas que han buscado refugio en Jordania.
Los recuerdos de lo que vieron ese día los han afectado a él y a su hermana.
Su madre, Zeinab, dice que lloraban mucho, que estaban tristes y asustados.
"Mi hija empezó a morderse los dedos y a gritar cuando alguien golpeaba en la puerta o tocaba el timbre", agregó.
Ayman es apenas uno de los miles de niños refugiados que han terminado inmersos en una situación de violencia. Muchos de ellos tienen experiencias como las de Ayman y su hermana.
Ahora, un método podría ayudar a mejorar el tratamiento que reciben los menores en las zonas de conflicto.
Variedad de estrategias
A través del manual Enseñanza de Técnicas de Recuperación (TRT, por sus siglas en inglés), personas no profesionales -aunque con una capacitación previa- pueden enseñar a los niños una variedad de estrategias para abordar sus problemas.
Creado por la Fundación Niños y Guerra (Children and War Foundation, en inglés), una organización sin ánimo de lucro con base en Noruega, el manual ha sido utilizado con jóvenes en Uganda, Sri Lanka y Gaza. Ahora está siendo presentado a los refugiados sirios como Ayman.
"Podría ayudarme a olvidar las cosas que me preocupaban. Podría olvidarlas y sacarlas de mi mente", dice Ayman.
Es una idea simple: a través de estas técnicas, los niños pueden mejorar sus propias capacidades para afrontar los problemas.
"Es como una caja de herramientas con habilidades. Y son habilidades para la vida", dice Atle Dyregov, el director de la fundación que presentó el manual y uno de sus autores.
El conocimiento común sugiere que los niños son resistentes y se recuperan, pero esto no se puede aplicar de manera universal.
"Sí, los niños son resistentes, pero también es una creencia que los adultos quieren mantener porque así no tenemos que responsabilizarnos si decimos que los niños son resistentes", dice.
"Así que es importante que nosotros veamos que la guerra afecta a los niños".
Pensamientos problemáticos
Si bien muchos niños inmersos en un conflicto armado desarrollarán sus propias estrategias de resiliencia, hay tantos jóvenes que han sido testigos de eventos terribles que una proporción alta de ellos enfrentará problemas mentales serios.
Además, investigaciones recientes sugieren que se han ignorado las necesidades de salud mental de los menores en los conflictos armados.
Uno de los aspectos importantes sobre el manual es que mejora algunas de las prácticas usadas de manera común, como pedirles a los niños que dibujen sus traumas o los representen.
Estas formas no verbales de expresión son populares entre algunas organizaciones no gubernamentales que ayudan a estos menores
Sin embargo, hay temores de que esta práctica por sí misma pueda incluso empeorar la situación de los jóvenes.
"Durante un periodo largo, como en la guerra en Yugoslavia, se les permitió con frecuencia a los niños jugar y dibujar y, por sí mismo, eso no reduce el trauma", dice Dyregov.
"Si hay efectos traumáticos, se debe hacer algo más específico".
Con el manual, a los niños se les enseña cómo reaccionar ante imágenes y pensamientos problemáticos, a través de técnicas basadas en la terapia de comportamiento cognitivo y de habilidades como la relajación y la visualización.
Con estas herramientas, los niños pueden repasar mejor sus traumas. Son precisamente estos recursos los que ha utilizado Ayman para olvidar los pensamientos que lo atormentaban.
Su actividad preferida es una en la que visualiza la imagen traumática proyectada en su mano y la manipula como si estuviera en una pantalla del computador.
"Uno se imagina algo que le molesta", dice Ayman.
"Entonces uno empieza a empujarlo lejos con la mano. Se maximiza o minimiza según se quiera, y luego se trae la imagen de nuevo hasta que desaparece".
No para todos
Otras técnicas en el manual se refieren a ejercicios de respiración y relajación, métodos para ayudar a los jóvenes a visualizar lugares seguros que amen y a los que puedan regresar cuando se sientan estresados, o ideas como arrugar fotografías que les generen miedo o dibujar finales felices.
Pero el manual no es una solución para todos los niños que son testigos de una guerra.
Nahmat, uno de los líderes del curso en Amman, la capital de Jordania, quien ha utilizado la caja de herramientas, dice que ella ha notado cambios en muchos de los niños, pero no en todos.
"Hay muchos que dicen ahora que tienen el control total de sus imágenes y del dolor", dice.
"Pero algunos niños continúan severamente afectados y entonces los remitimos a un especialista".
De todos modos, como primera línea de defensa, este tipo de métodos requieren poca infraestructura y pueden ponerse en práctica de manera rápida.
Sicólogos locales y profesores reciben entrenamiento fácilmente en las técnicas y pueden alcanzar a niños y padres que de otro modo pueden terminar sufriendo solos.
Dyregov enfatiza en que llegar a estos niños ofrece una posibilidad para prevenir un legado serio de salud mental en el conflicto de Siria.
"Las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales tienen que unir sus fuerzas porque una de las mejores inversiones es ayudar a los niños que hoy enfrentan la guerra", concluye.
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