Ian Youngs
BBC
Miles de librerías independientes en todo el mundo han desaparecido debido al azote de minoristas en línea, supermercados y libros electrónicos.
Pero las librerías están dando pelea y recientemente los propietarios se congregaron en la conferencia anual de la Booksellers Association (BA, la asociación de vendedores de libros británica) para discutir cómo lucirá "la librería del futuro".
Póngase cómodo (pero no demasiado)
Los cafés se han convertido en elementos comunes de librerías en un esfuerzo por atraer y conservar más clientes.
"Las librerías tienen sus propias ventajas, que Amazon y Kindle no tienen", dice James Lowther, socio fundador de la agencia de publicidad M&C Saatchi.
"Aproveche su entorno físico", le recomienda a los propietarios de librerías. "Abran cafés, pero que sea el mejor de la ciudad".
El presidente ejecutivo de BA, Tim Godfray, afirma que las tiendas podrían ir más allá. "La idea de una librería con un bar me parece bastante civilizada".
"Sería muy divertido. Uno puede sentarse a leer mientras se toma una copa de Chardonnay. Eso no se puede hacer en línea".
Pero Miriam Robinson, jefa de mercadeo de la tradicional librería inglesa Foyles, advierte contra hacer que los visitantes estén demasiado cómodos.
"La idea de que la gente se pase el día con un libro cómodamente sentada es encantadora", comenta.
"Pero todos sabemos que no es financieramente sostenible. No podemos pagar para que se sienten todo el día a leer nuestros libros".
Los niños son el futuro
Los libros para niños son cada vez más importantes para las tiendas.
Las librerías para niños han ido contra la tendencia general a la baja, sin cierres y hasta con nuevas tiendas, al menos en Reino Unido, según la BA.
Jo Henry, de la compañía Nielsen Book, indica: "Sabemos que los libros infantiles son inmensamente importantes para las librerías independientes. Tiene que ver en parte con el hecho de a la gente le gusta ver primero lo que va a comprar".
Keith Butler, de la cadena de librerías irlandesa Eason's, añade que los libros para niños no son aún tan populares en formato electrónico como otros géneros.
En la remodelación de 60 librerías, Eason's ha reemplazado algunos estantes para niños con juegos y áreas para sentarse, donde se realizan lecturas semanales.
Retirar algunas existencias fue una medida "valiente", dice, para hacer de las tiendas lugares divertidos donde pasar el tiempo y, ojalá, gastar dinero.
"Realmente crea un fuerte entorno de venta," señala. "Aunque a ratos parezca una guardería. Pero ha sido bien recibido".
Más espacio, menos desorden
Foyles, que se precia de ser la librería más grande de Europa, se está preparando para mudarse de Charing Cross Road en London a un nuevo local más moderno.
Mientras que la actual es "un pequeño laberinto", la nueva será espaciosa, abierta y diseñada para tentar a los clientes a moverse continuamente, explica Miriam Robinson.
El propósito es animar a los amantes de los libros a tropezar -y comprar- cosas que no sabían que deseaban.
"Lo que las buenas librerías hacen bien es estimular esta casualidad", dice Robinson.
"Esos son los momentos que todos apreciamos y recordamos: cuando encontramos un libro que no sabíamos que queríamos y nos cambia la vida".
Mr B's Emporium of Reading Delights (El emporio del señor B de deleites literarios), en Bath, es considerada una de las librerías independientes más esotéricas y exitosas del país.
"No amontonamos todo, dejamos mucho espacio", explica su propietario, Nic Bottomley.
Todo apunta hacia "la necesidad de crear un lugar donde la gente quiera pasar mucho tiempo", agrega.
Pese a la recesión, las ganancias de Mr B's han subido cada año desde que abrió en 2006: "Ahora mismo están aumentando más rápido que nunca".
El toque personal
"Las librerías adorables son las amigables", afirma el autor Bill Bryson, quien habló en la conferencia.
"Algo que pueden hacer las librerías físicas es recomendar cosas. Entonces los clientes vuelven porque saben que pueden contar con uno. Y probablemente pagarán por lo que es un servicio extra".
El toque personal es la ventaja más grande de las librerías físicas contra sus competidores digitales, cree James Lowther.
"Hay un ser humano allí, en lugar de un algoritmo", señala. "El ser humano sabe hablar con los clientes, relacionarse con ellos y edificar una relación".
El arte de hacer recomendaciones está en el corazón de la oferta del spa de lectura de Mr B's. Los visitantes pasan una hora con un empleado de la librería, que sugiere libros basados en los gustos de los lectores.
Una versión postal promete enviarle a los beneficiarios un nuevo libro cada mes basado en sus respuestas a un cuestionario.
Abrazando la tecnología
Al principio, los lectores de libros electrónicos era vistos con suspicacia como "el enemigo" por los dueños de librerías, pero ahora muchos admiten que no pueden ir contra la corriente.
"Trato de vender libros electrónicos", dice el presidente de la BA, Patrick Neale, quien administra la librería Jaffe & Neale en Chipping Norton, Oxfordshire. "Estoy decidido a no lucir pasado de moda".
En Eason's, en Irlanda, los empleados guían a los compradores de libros electrónicos a través del proceso de descarga de su primer e-book de la tienda en línea, ya que es más probable que compren en el futuro de la división digital de la cadena.
En Blackwell's, el personal está armado con tabletas para ordenar libros que no tienen en existencia.
"Si la tienda no lo tiene en la estantería, lo pueden buscar y decir 'Sí, lo tenemos en línea, ¿quiere que se lo enviemos o viene por él mañana?'", explica el director digital, Matthew Cashmore.
Keith Butler cree que el personal en las tiendas será relevado de tomar órdenes de libros.
"Con el tiempo pienso que evolucionará en términos de ser capaces de hacerlo en tu propio teléfono desde la tienda o a través de pantallas táctiles", indica. "Creo que hacia allá se dirige el sector de libros".
Libros a la medida
El año pasado, a Mr B's Emporium le gustó tanto "The Howling Miller", del autor finlandés Arto Paasilinna, que la tienda publicó su propia edición limitada de 300 ejemplares de tapa dura.
Más librerías podrían patrocinar sus libros favoritos con ediciones a la medida, incluso convertirse en mini editoriales, cree Patrick Neale.
"Estoy dándole vueltas", comenta. "Hay cantidad de fantásticos libros sobre la campiña de Cotswold descontinuados, que me encantaría republicar y estar en control de eso. También está el patrocinio a nuevos autores, hay muchas formas de enfocarlo".
Las máquinas de impresión sobre pedido, promocionadas como la solución a la falta de algún libro en las tiendas, no han despegado hasta ahora. Pero se dice que los avances tecnológicos las están haciendo más rápidas y baratas, así que podrían aún aparecer en las librerías del futuro.
"Combates a muerte" literarios y otros acontecimientos
Las lecturas y firmas de autógrafos de los autores se han realizado durante mucho tiempo en las librerías y son valiosas por hacer entrar a multitudes. Además, no hay un substituto digital para un libro firmado por el autor.
Las librerías también se han diversificado con conciertos, concursos, grupos de lectura, giras literarias y otros por el estilo.
También hay innovaciones más extrañas, como "combates a muerte" literarios, lecturas estridentes en las que los autores se enfrentan en un escenario.
"La gente desea una participación más activa en su experiencia", dice Miriam Robinson, de Foyles. "Quieren que sea una noche social, poder interactuar con los autores mientras hablan".
Robinson señala que las atracciones en vivo, como ilustraciones para niños, se llevarán a cabo en distintas áreas de la nueva tienda Foyles, así como en la dedicada a eventos.
Librería de gira
"Si los clientes no vienen a uno, entonces hay que llevarles lo que a uno le apasiona", afirma Neale.
En los dos últimos años, ha llevado sucursales temporales de su tienda al festival musical Wilderness.
"Llevamos una carpa, nuestra librería y café", comenta. "Pensé que sería una locura: 20.000 personas muy borrachas de juerga y escuchando rock".
"Y compraban libros. Creamos exactamente el mismo ambiente que en la librería y lo llevamos al campo. Fuimos bien recompensados. Es un trabajo duro, de contacto humano y agregar valor a todo lo que hacemos".
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