Las presidenciales de este domingo definirán el modelo de desarrollo del país
La campaña presidencial chilena que finalizó este jueves, a tres días de los comicios según contempla la legislación electoral, no solamente ha sido la más predecible de los últimos años por el casi seguro triunfo de la expresidenta socialista Michelle Bachelet, sino también la más polarizada desde el plebiscito de 1988 que terminó por definir la retirada del dictador Augusto Pinochet dos años más tarde.
Desde el triunfo de la oposición a la dictadura, Chile ha vivido un ciclo político marcado por la instalación de la democracia, la superación de los índices de pobreza y la puesta en marcha de políticas sociales, como la reforma judicial y sanitaria. Después de las protestas sociales de 2011, sin embargo, se abrió un debate sobre el modelo de desarrollo que se requiere para el futuro y los nueve candidatos que pretenden llegar a La Moneda el 11 de marzo tienen visiones encontradas sobre el camino.
En esta campaña, por primera vez desde el plebiscito, entraron con fuerza en la agenda política iniciativas como cambiar la Constitución, realizar una gran reforma tributaria, estudios gratuitos y hasta la renacionalización del cobre, entre otras propuestas. La frase se repite entre los analistas: Chile cambió de ciclo y eso se ha visto reflejado en esta carrera presidencial. “Después de 20 años se abrió un debate profundo sobre el modelo e ideas para el cambio. Hay algo de eso en el último discurso de la derecha: aquí está en juego el futuro del país”, señala el columnista Andrés Benítez, rector de la Universidad Adolfo Ibáñez.
La campaña no ha sido dura en términos de confrontación. Consciente de su favoritismo en las encuestas, que la sitúan en un cómodo primer lugar con un 47% de apoyo, Bachelet ha evitado los enfrentamientos con los otros ocho candidatos en los últimos debates televisivos. La exdirectora de ONU Mujeres ha tratado de mantener su perfil de líder internacional, aunque su equipo acusó hace una semana a La Moneda por cien casos de intervencionismo.
La candidata de la derecha, Evelyn Matthei, ha sido la que más ha subido el tono de la discusión. Apostando a mejorar su resultado electoral y forzar una segunda vuelta —tiene un segundo lugar en las encuestas con un 14%—, la postulante del oficialismo ha arremetido contra la expresidenta por sus gastos de campaña. Matthei, además, denunció que el candidato Franco Parisi, un empresario populista que se ubica en el tercer lugar en las encuestas con el 10%, mantenía deudas laborales con los empleados de sus colegios.
“Existe una diferencia entre los conflictos verbales y la radicalización ideológica. La campaña de 1999 entre Ricardo Lagos y Joaquín Lavín fue de más enfrentamiento, pero menos ideologizada”, señala el decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán.
Para el analista del Centro de Estudios Públicos, David Gallagher, existen varios factores que han contribuido a polarizar la agenda de campaña. Uno apunta a las protestas estudiantiles de 2011. Otro es la conmemoración de los 40 años del golpe militar en septiembre, que terminaron poniendo el foco en la discusión sobre el pinochetismo y con el presidente Sebastián Piñera apuntando a la derecha al señalar que hubo “cómplices pasivos” durante la dictadura.
“La palabra neoliberal hace tiempo que es mal vista en Chile (…), pero que eso se traduzca en que un gobierno vaya a cambiar el modelo, no es tan seguro. Bachelet es una mujer pragmática”, añade.
Ni en las campañas de 1993, 1999, 2005 o 2009 estuvo en el centro de los debates la idea de realizar cambios profundos al sistema. Esta vez se produce con el centroizquierda fuera del poder —tras 20 años de Gobierno— y después de la fuerte autocrítica que marcaron sus debates internos cuando Piñera llegó a La Moneda en 2010. “Por un lado está Bachelet y algunas candidaturas antisistema y, por otro, está Evelyn Matthei llamando a la defensa del modelo de desarrollo”, sostiene el analista Max Colodro.
Para algunos observadores también contribuyó a polarizar el debate la debacle que produjo en la derecha la caída de su candidato Laurence Golborne. El exministro de Minería, que líderó el rescate de 33 mineros en 2010, se vio forzado a renunciar por ocultar una sociedad en Islas Vírgenes.
WALDO DÍAZ / ROCÍO MONTES Santiago de Chile
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