El PRD rompe con el Gobierno y con la derecha cuando todo estaba a punto para la firma de una ambiciosa reforma política
LUIS PABLO BEAUREGARD México
El Pacto por México, el acuerdo político más importante en la democracia mexicana, encalló la mañana de este jueves. El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), una de las tres partes principales que conforman el pacto, ha roto con el Gobierno y abandonado las mesas de diálogo que buscaban la aprobación de una reforma política que cambiaría la vida democrática en México. Los partidos de oposición, tanto el PRD como el derechista Acción Nacional (PAN), condicionaban la aprobación de este paquete de reformas de corte político electoral para discutir la propuesta de reforma energética del Gobierno de Enrique Peña Nieto, que busca la inversión privada en el sector de hidrocarburos.
“No vamos a permitir que se discuta la reforma política a todo vapor para después aprobar la energética en un albazo”, aseguró este jueves en el Senado mexicano Jesús Zambrano, el dirigente del PRD. El presidente del partido, que es uno de los padres del Pacto, ha dicho que la izquierda ha sido orillada de la discusión de la energética y ha amenazado con una serie de movilizaciones populares si llega a aprobarse sin ellos. También ha dicho que su partido la “echará abajo” en 2015 si se vota sin escucharlos. El Pacto por México fue presentado en una pomposa ceremonia en el Castillo de Chapultepec en diciembre de 2012. En un año ha dado al país reformas de gran calado en las que han coincidido las tres principales fuerzas políticas. Entre ellas las reformas educativa, financiera, de telecomunicaciones y hacendaria.
Zambrano reclamó que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PAN acordaron de última hora una reforma política light, llena de “insuficiencias y ausencias, no se habla de un Instituto Nacional Electoral a la altura de lo que se ha afirmado, no está incluida la reforma del Distrito Federal (la capital mexicana), no está lo de la consulta popular”. El líder de la izquierda remarcó: “no está acordado nada hasta que no esté acordado todo”.
Pero el PRD reclama sobre todo que aprobar la reforma política sería usado por el gobierno para aprobar una reforma energética aún más amplia que la que propuso el presidente Peña Nieto en agosto. Un senador del PAN dijo este jueves que su partido y el gobierno ya habían acordado nuevas modalidades de contratos, que van más allá de los de ganancias compartidas que había planteado el PRI.
El anuncio de la izquierda pone en vilo la discusión de una serie de modificaciones políticas a la Constitución. Las más importante de ellas es permitir que diputados, senadores y alcaldes aspiren a mantenerse en sus cargos hasta por 12 años. Con esto, México se deshace del fantasma de la no reelección, que ha imperado por ochenta años.
“Es una de las reformas más trascendentes de los últimos 20 ó 30 años. Ésta es una de las características definitorias de los regímenes democráticos. Solo México y otro puñado de países prohíben la reelección consecutiva”, dice al respecto Javier Aparicio, catedrático delCentro de Investigación y Docencia Económica. En 1933 los congresistas impusieron el veto a un segundo mandato. Sucedió 22 años después del fin de la Revolución mexicana, una revuelta armada, que entre sus consignas tenía “sufragio efectivo, no reelección”.
Las modificaciones, que eran discutidas la madrugada de este jueves, permitirían a los senadores aspirar a un segundo mandato y mantenerse 12 años en el cargo. Los diputados podrán reelegirse hasta por tres periodos y sumar 12 años en el Congreso. La reforma abre la puerta para que los 31 Estados modifiquen sus constituciones y permitan repetir en el cargo a alcaldes y congresistas locales. Y un punto que había generado polémica entre los partidos es la fecha en que esto debe entrar en vigor. El PAN, que perdió mucha fuerza tras las elecciones de 2012 pujaba por que sea inmediata. Esto permitiría a la actual legislatura aspirar a los beneficios de la reforma. El PRI y el PRD se oponían a esto. El líder del PRI en el Congreso de los diputados,Manlio Fabio Beltrones, había señalado que no es “correcto” hacerlo de forma inmediata. “Es hacerse trajes a la medida”, asegura el político. “Esta idea de que entre en vigor y beneficie a los que hoy están legislando es desafortunado. Esto lo hizo Hugo Chávez en Venezuela. Cambió la Constitución para que se pudiera reelegir indefinidamente. Es una de las razones por las que Venezuela ya no es una democracia”, apunta Aparicio.
La reforma política estaba enmarcada en el Pacto por México. Fue la oposición, tanto la izquierda como la derecha, quienes impusieron al PRI un debate para transformar la vida democrática con una serie de leyes. Este proceso ha ocasionado desajustes al interior de todos los partidos. El PRI, que en un principio se oponía a la reelección, “logró transitar de sus reticencias a un respaldo amplio” del tema, según afirma un alto cargo del partido. La segunda vuelta, que también estaba contemplada en la reforma, fue, sin embargo, un escollo que no se pudo sortear. El PRI se opuso, según el analista Sergio Aguayo “por una razón muy sencilla, el PRI le gana al PAN y al PRD por separado, pero si estos se unen le ganan al PRI”.
Tras la aprobación de la nueva ley política el Congreso comenzaría a discutir, tan pronto como la próxima semana, la iniciativa energética, vista como el pináculo en el paquete de reformas que el Gobierno del PRI quiere sacar adelante. Todo eso voló por los aires. A tres días de cumplir un año en el gobierno, Peña Nieto tendrá que emplear todos sus recursos si quiere llegar a diciembre como lo habían previsto: con una reforma energética que coronara ese gran acuerdo llamado Pacto por México.
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