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El panorama sanitario a raíz del tifón que azotó Filipinas es inmenso y sobrecogedor.
Además de recoger los cuerpos de las víctimas y atender traumatismos y lesiones inmediatas, existen muchas necesidades regulares relativas a la atención en salud con las que hay que cumplir.
Se espera que este mes nazcan 12.000 bebés en las zonas afectadas, y las personas con enfermedades como diabetes y del corazón necesitarán tener acceso a su medicación. Esto representa todo un reto, pues las vías de transporte están destruidas.
Además, con decenas de miles de personas damnificadas, aumenta la preocupación asociada a situaciones de hacinamiento y agua contaminada: el brote de enfermedades infecciosas.
El período de mayor peligro en desastres como el que vivieron los filipinos se ubica entre los 10 días y el mes después del episodio, según la Organización Mundial de la Salud.
Caldo de cultivo
Alimentos insalubres y la falta de acceso a agua potable, así como de servicios para la higiene personal y de un saneamiento seguro crean un caldo de cultivo para infecciones como el cólera.
"A Filipinas ya han llegado cuatro hospitales de campaña completamente autosuficientes de países como Israel y Noruega, pero están a la espera de vuelos y barcos que los acerquen a las zonas más afectadas", informó Tulip Mazumdar, reportera de salud de la BBC.
El escenario ya desolador puede empeorar con otra tormenta tropical que se espera llegue al archipiélago asiático a finales de esta semana. La necesidad de refugio, agua potable y sanidad es crítica.
Algunas historias simples reflejan cómo la necesidad puede llevar a las víctimas a exponerse a infecciones.
La reportera de la BBC menciona, por ejemplo, el caso de una familia en Tacloban que recogió agua sucia de un pozo usando un palo largo de madera unido a un pequeño recipiente de plástico y la coló a través de una camiseta como una manera de filtrarlo.
Pero las bacterias dañinas simplemente se deslizan a través de las fibras.
Es sólo una de las situaciones que se convierten en desafíos cotidianos en la zona de desastre.
Necesidades básicas
La OMS está trabajando junto con otras organizaciones humanitarias para asegurar con urgencia acceso a pastillas purificadoras de agua
"La principal preocupación con el agua potable sucia es el alto riesgo de enfermedades diarreicas. Los niños son más vulnerables. Pueden perder líquido muy rápido, se deshidratan y mueren como resultado", señaló Mazumdar.
También está en camino un kit especial de enfermedades diarreicas con medicinas y suministros para tratar unos 3.000 casos de diarrea aguda. El agua contaminada es una causa frecuente de diarrea.
Por otra parte, se han repartido los suministros y medicinas para cubrir las necesidades básicas de 120.000 personas durante un mes.
Y ya empezaron los trabajos para reforzar los sistemas tempranos de avisos de brotes de enfermedades y otras amenazas para la salud.
Los siguientes pasos serán críticos, según la OMS. Depende de cómo se maneje la situación de los sobrevivientes -y no de los muertos- lo que determine si ocurrirá una epidemia y cuándo.
Cubrir la mayoría de las necesidades básicas, como alimentos seguros, agua potable, medicinas y refugio, es lo que ahora hará la diferencia.
La OMS dice que todos están trabajando día y noche para ofrecer ayuda a quienes la necesitan. Sin embargo admiten que es un reto enorme que continuará durante muchas semanas.
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