Fallece el compositor y cantante Delcio Carvalho.María Bethânia y Gal Costa elevaron a la categoría de himno su canción 'sonho meu'
El mundo de la samba está de luto. Uno de sus poetas, el compositor y cantante Delcio Carvalho, falleció el día 12 de este mes en Río de Janeiro, a los 74 años, tras luchar durante los últimos tres contra un cáncer. Nacido en Campos, al norte de Río de Janeiro, cortó caña de azúcar de chico y en 1956 llegó a la capital del Estado, instalándose en casa de un tío en la favela del Morro do Querosene. El joven Delcio ejercía de crooner en bailes de clubs de tenis y en locales nocturnos. Entró a formar parte del grupo Lá vai samba y, ya en los setenta, ingresó en el ala de los compositores de la escuela de samba Imperatriz Leopoldinense.
Una cantante llamada Christiane fue la primera en grabar en 1968 una composición suya: Pingo de felicidade. Su primer éxito data de 1972, cuando el grupo Os Originais do Samba decidió grabar Esperanças perdidas. Delcio Carvalho compuso sambas con Noca da Portela, Wilson das Neves, Nei Lopes, Zé Keti, Ivor Lancellotti o Mário Lago Filho. Aunque su producción más importante la firmó junto a Dona Ivone Lara: ella creaba las melodías y él les ponía letra.
De su autoría son clásicos como Sonho meu, que popularizó María Bethânia con Gal Costa, Acreditar, conocida en la voz de Roberto Ribeiro, o Alvorecer, cuya letra escribió en un autobús y que cantaba Clara Nunes.
En marzo de 2008, Dona Ivone Lara y Delcio Carvalho celebraron 35 años de sambas en común con un concierto en el teatro municipal de Niterói. El lugar de Carvalho en la historia de la música brasileña lo garantizan sus sambas —casi 300 grabadas— cantadas por Beth Carvalho, Alcione, Elizeth Cardoso, Clementina de Jesús, Nara Leão, Elza Soares o Zeca Pagodinho. Publicó varios discos como intérprete: el primero, Canto de um povo, producido en 1979 por uno de los componentes del conjunto vocal Os Cariocas, y el último, titulado 2 Compassos, con el guitarrista Marcelo Guima, editado este mismo año. Delcio. Inédito e eterno (2007), caja de tres discos con dirección musical de Paulão Sete Cordas, documenta buena parte de su trabajo autoral. En los últimos años, artistas de las nuevas generaciones como las cantantes Roberta Sá, Ana Costa y Fabiana Cozza o el grupo Casuarina se habían acercado a su obra.
Delcio Carvalho se definía como un obrero de la samba y no se quejaba por no haber tenido una mayor proyección personal. “¿Sabes lo que es ver a todo un barrio cantando una canción tuya durante el carnaval? Eso no se paga con dinero”, dijo en una entrevista. En septiembre se presentó en la sala Baden Powell, en Río de Janeiro, para conmemorar 55 años de profesión. Fue su despedida.
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