Diez canciones de Joaquín Sabina

Entre su amplio repertorio, rescatamos diez canciones para homenajear al célebre músico y compositor español Joaquín Sabina, en el  día de su  cumpleaños.

Un 12 de febrero nació en la ciudad de Úbeda, provincia española de Jaén, el cantautor y poeta Joaquín Sabina. En su cumpleaños número 65, lo recordamos de la mejor manera: con su propia letra y música

-Contigo:

Puede ser catalogada como una de las mejores canciones de amor en nuestro idioma. Con versos como “porque el amor cuando no muere, mata / porque amores que matan, nunca mueren”, el compositor desafía a San Valentín, así como a fiestas de cumpleaños, entre otros clichés varios. “Lo que yo quiero, corazón cobarde, es que mueras por mí”, dice.

-Y nos dieron las diez:

Una historia de conquista y desencuentros, en la poesía de Sabina. Con un bar como escenario principal, después de un concierto, el compositor desnuda una canción con destreza y clara picardía. “Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una / y las dos y las tres / y desnudos al amanecer nos encontró la luna”.

-Y sin embargo:

Compuesta junto a su compañero de escenarios y la vida, Pancho Varona, el poeta pide a su mujer que regrese, aunque sin perder firmeza y sinceridad. “Y, sin embargo, un rato, cada día / ya ves, te engañaría / con cualquiera”, aclara.

-Princesa:

El tiempo ha pasado, y ella decide volver. El cantante responde sus verdades, con una fuerte dosis de ira. “Ahora es demasiado tarde, princesa. / Búscate otro perro que te ladre, princesa”, canta Sabina a la chica en cuestión, abandonada entre la cirrosis y la sobredosis de sus días.

-Yo quiero ser una chica Almodóvar:

El boom de Pedro Almodóvar en el cine español de los ’90 se inmortaliza en esta pieza, en la que el cantante pide a gritos ser también una “chica Almodóvar”, al puro estilo Carmen Maura oVictoria Abril. Entre guiños, ironías y glamour, Sabina sueña con ser “un poco lista, un poquitín boba” e “ir con Madonna en una limousine”.

-Peor para el sol:

Otro capítulo de conquistas y desencuentros. El compositor retrata en poesía una historia discreta de aventuras conjugadas con erotismo. “En mi casa no hay nada prohibido / pero no vayas a enamorarte, / con el alba tendrás que marcharte / para no volver”, parafrasea Sabina, mientras recuerda que “hay caprichos de amor que una dama no debe tener”

-Tiramisú de Limón:

Escrita junto al literato español Benjamín Prado, el músico ofrece una oscura letra al vocalista de Pereza, Leiva, quien colabora con su característico sonido. “De madrugada y por la puerta de servicios / me pasabas el hachís”, relata el artista, con un final que sentencia que “el final no empieza hoy”.

-Una canción para la Magdalena:

Con música del cubano Pablo Milanés, el compositor escribe casi un himno a las mujeres que ejercen la prostitución, personificadas en el personaje bíblico de María Magdalena. Entre giros y figuras literarias, el español canta a “la más señora de todas las putas, / la más puta de todas las señoras”.

-A mis cuarenta y diez:

No es comercial, pero al autor no le importa, según confiesa en su misma letra. Una pura introspección, tras el paso del tiempo. Pide perdón por la tristeza y considera no dejar a los suyos ni un duro, “solo derechos de amor”. “Y, si a mi tumba, os acercáis de visita / el día de mi cumpleaños, / y no os atiendo, esperadme, en la salita / hasta que vuelva del baño”.

-Por el boulevard de los sueños rotos:

El poeta de Úbeda rinde homenaje a la emblemática cantante mexicana de origen costarricense, Chavela Vargas. Un tributo en vida a la artista fallecida en 2012, y que apareciera en distintos filmes de Almodóvar y en la película Frida, poniendo voz a La llorona.

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