Las horas más bajas de Motown
Es la mayor bancarrota en la historia de Estados Unidos
Fue la capital mundial de la industria del automóvil pero perdió el 60% de su población desde 1950
Detroit, la legendaria Motown, la Ciudad del Motor, es insolvente. Así de tajante fue el gobernador Rick Snyder al anunciar la tarde del jueves que había autorizado la mayor suspensión de pagos municipal en la historia de EE UU, para así solucionar un problema fiscal que empezó a gestarse hace seis décadas y que se hizo insostenible durante la última crisis que azotó a la industria del automóvil.
“Necesitamos que la ciudad más grande de Michigan esté sana y sea fuerte”, comentó al exponer los motivos que le llevaron a dar este paso. “Arreglar las finanzas de la ciudad ayudará a invertir en áreas claves para mejorar la calidad de vida de los vecinos e incentivar el crecimiento, crear un ambiente para atraer familias, jóvenes profesionales y empleos”, remachó.
La ciudad lleva viviendo de prestado desde hace casi una década. Su deuda es de 18.500 millones de dólares y su déficit de 330 millones. En la actualidad, 38 centavos de cada dólar que ingresa van destinado a pagar intereses, beneficios sociales y otras obligaciones. En cuatro años serán 65 centavos. Dicho sin cifras, el municipio no es capaz de generar los ingresos necesarios para hacer frente a sus obligaciones y funcionar.
Las cuentas públicas son un reflejo de lo que pasa en la calle. Detroit es una ciudad deprimida. Hace seis décadas era la cuarta metrópoli de EE UU. Ahora tiene la mitad de la población, unos 700.000 habitantes. La policía tarda casi una hora en responder, frente a los 11 minutos de media nacional. El 47% de las propiedades no pagan a tiempo los impuestos municipales. El paro es el triple que en 2000, del 18,3%.
La declaración de la suspensión de pagos tiene como objetivo protege al municipio de los cerca de 100.000 acreedores. Un juez supervisará la negociación y el cumplimiento de los términos de la reestructuración de la deuda. Así que lo que está por ver ahora es qué y cuánto se paga, a la vez que se garantizan los servicios básicos al ciudadano, como policía, bomberos y sanitación.
El endeudamiento de los municipios y estados es un problema que lleva preocupando desde hace años en EE UU. El caso de Detroit, en todo caso, es extremo y no es representativo de lo que está pasando en este momento en el país. Pero si pone en evidencia una serie de problema comunes, como la contracción del mercado inmobiliario y el efecto de la alta tasa de paro.
El colapso fiscal de la ciudad de Michigan podría generar nuevas dudas entre los inversores de bonos municipales, un mercado valorado en casi cuatro billones de dólares y que es clave para financiar proyectos públicos como obras en infraestructuras. Aunque como insisten desde Standard & Poor´s, las condiciones de Detroit son conocidos. “No son una sorpresa”, insiste.
Las bancarrotas municipales son raras en EE UU. Hubo nueve declaradas este año y una docena el pasado. Desde 1954 se cuentan un total de 61 en total. Antes de Detroit destacaron las de San Bernardino (California) y la de Stockton (California) hace un año. También fue llamativa la del condado de Jefferson (Alabama), en noviembre de 2011. Ese año lo intentó Harrisburg (Pensilvania).
En paralelo, durante la última crisis surgió un debate sobre el papel que debía adoptar el Gobierno federal ante casos como este o la delicada situación financiera que llevó a California a bordear la bancarrota. ¿Si se ayudó a Wall Street y al sector del automóvil, por qué no a un municipio? Pero los rescates son un asunto polémico en un Washington dividido.
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