Los hoteles, cafés y restaurantes que visitó
Cuando se habla de Hemingway se hace referencia al París de los años 20, a su pasión por la caza y la bebida, a Gertrude Stein y Alice B. Toklas, a Picasso, a Ezra Pound y a Jonh Dos Passos. Pero lo que muchos no saben de este gran escritor y novelista es que su pasión por los toros y la Guerra Civil española le hicieron venir a España y, concretamente, a Valencia.
Hemingway perteneció a la «Generación Perdida», así bautizó Gertrude Stein a todos aquellos que se dejaban caer por su casa de la rue Fleurous en los años 20. Pero en 1925 decidió acudir a los Sanfermines en Pamplona y seguir al gran torero Cayetano Ordóñez. Gracias a él, en el mismo año llegó a la Estación del Norte en un tren de madera, para ir a las corridas de toros. En aquel momento el escritor no sabía que se enamoraría de la ciudad, tanto es así que no dejará de mencionarla en siete se sus obras. En una de sus cartas enviada a su amigo Waldo Pierce en 1928, hablaba de la ciudad y decía así: «En Valencia es condenadamente estupendo comer en la playa o en la ciudad un buen melón con una jarra de cerveza muy fría».
Entre los años 1936 y 1939, Hemingway ejerció como cronista narrando la Guerra Civil. Por ello, acudía a diario a lo que ahora es el Hotel Vincci Palace de la calle de la Paz, en aquella época el edificio era el Ministerio de la República, en el que se encontraba la cafetería «Alianza» desde la cual enviaba sus artículos a los periódicos americanos para los que trabajó.
Hemigway se suicidó en 1961, pero en 1964 se publico su obra «París era una Fiesta», en la que el escritor recuerda sus grandes años en París. Siempre abandonaba la capital francesa en julio para hacer una ruta por España. El escritor así lo recordaba: «Vivíamos con gran economía, gastando sólo lo imprescindible, y ahorrando para poder ir a la Feria de Pamplona en julio y luego a Madrid y a la Feria de Valencia».
Cafés a los que acudió
Otro de los lugares más emblemáticos por aquella época era el Café Ideal Room ubicado también en la calle de la Paz, convertido ahora en una corsetería. En este café solían citarse los intelectuales del momento, y en él Hemingway pasó grandes ratos acompañado de su querido amigo John Dos Passos. Otro café muy conocido, situado en la misma calle, era el Café El Siglo, del que hoy sólo queda el nombre en la fachada. En este rincón literario solían reunirse los poetas valencianos de izquierdas de la época.
Hoteles en los que se alojó
La primera vez que vino a Valencia se alojó en el Hotel Reina Victoria, situado en la calle Barcas. Fue en una de sus habitaciones donde, el 21 de julio de 1925, el escritor estadounidense comenzó a escribir su primera obra, titulada «Fiesta».
Además del Hotel Reina Victoria, otro de los lugares en los que se hospedó Hemingway fue el Hotel Inglés. Allí llevó a su primera esposa, Hadley. Más tarde,en 1937, dormiría allí con su amante y que con el tiempo se convirtió en su tercera esposa, Marta Gelhorn.
La última vez que el escritor estuvo en la ciudad se alojó en el Hotel Royal, en 1959. En la actualidad sólo queda la fachada y la dirección era la Plaza de las Barcas. Fue en el Hotel Excelsior donde el fotógrafo Cano le inmortalizó en las últimas fotos que se conocen junto a Ordóñez.
En el Hotel Metropol, situado en la calle Xàtiva, enfrente de la Plaza de Toros, también se alojó el escritor, pero su estancia no duró mucho tiempo. A Hemingway lo expulsaron del hotel por hacer prácticas de tiro con una colilla que Orson Welles se ponía en la boca.
La Plaza de Toros
La plaza de toros es otro lugar de referencia en el paso de Hemingway por la ciudad. El novelista hace referencias taurinas en su obra, como la crítica a Manolete en «El verano peligroso» o el poema inédito más largo escrito en España que dedicó a El Litri en relación a la cogida que tuvo. Y en último lugar, la Estación del Norte, donde llegó en 1925 en un tren de madera a una ciudad en la que se bebía en bota, como él mismo recordó.
El escritor cuenta en «Muerte en la tarde» que una de las primeras imágenes que vió de los toros fue en la Plaza de Toros de Valencia. Se la enseñó Gertrude Stein y en ella aparecía la gran mecenas del arte acompañada de Alice B. Toklas con Joselito, del que eran grandes admiradoras.
Restaurante La Pepica
Uno de los restaurantes mas admirados por Hemingway era La Pepica situado en el Grao. En él todavía se pueden ver imágenes del escritor comiendo en algunas de sus visitas a la ciudad. En «Fiesta» hace una mención a este restaurante: «La cena en casa de Pepica fue excelente. El restaurante era grande, limpio y al aire libre, y todo lo cocinaban a la vista del cliente. Se podía elegir lo que desearas, asado o a la plancha, y el mejor pescado, y los arroces eran los mejores de la playa. Estábamos de buen humor y hambrientos, y comimos bien. Pepica es un negocio familiar y todo el mundo se conocía. Se oía romper las olas y las luces relucían en la arena húmeda. Bebimos sangría servida en jarras grandes y, como aperitivo, salchichas, atún fresco, langostinos, y tentáculos de pulpo fritos que sabían a langosta. Luego unos pidieron filetes y otros pollo asado con paella. A juicio de los valencianos, fue una comida muy moderada y la propietaria del local temía que nos hubiéramos quedado con hambre».
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