Por: Manuel Morales
11 de julio de 2013
Ha querido el todopoderoso FBI darle más relevancia a la traducción al español de la autobiografía de Assata Shakur. A primeros de mayo, la agencia federal de investigación elevó a dos millones de dólares (1,53 millones de euros) la recompensa por alguna pista sobre el paradero de esta antigua activista del revolucionario Partido de los Panteras Negras, a la que además situó en la lista de los 10 terroristas más buscados (es la única mujer en esa clasificación). ¿Quién es Assata Shakur? El libro que ha editado Capitán Swing (20 euros) es el relato en primera persona de alguien que se declara inocente del asesinato del policía Werner Foerster, por el que fue condenada a cadena perpetua en 1977. Assata se fugó de la prisión de Clinton, en Nueva Jersey, el 2 de noviembre de 1979, y tras un lustro de huidas se marchó a Cuba. En 1987 escribió Una autobiografía.
Assata arranca su relato cuando se encuentra en estado crítico, herida de bala, tirada en el suelo mientras espera ser trasladada a un hospital. Era el 2 de mayo de 1973, una pareja de policías dio el alto al coche en el que ella viajaba con dos amigos. Se produjo un tiroteo que acabó con la vida de un agente y de uno de los compañeros de Assata, Zayd Shakur. Esta mujer nacida en Nueva York el 16 de julio de 1947 como Joanne Chesimard alterna en su autobiografía los capítulos sobre su vida desde que era "un bebé gordito y alegre", con los que detallan su vía crucis judicial, hasta seis causas, de las que sale inocente una tras otra porque las acusaciones no tienen consistencia. "Todos los casos se desmontaron", señala Ethel Odriozola, una de las dos traductoras de la obra (junto a Carmen Valle) y a quien ha llamado la atención cómo Assata cuenta el horror de su vida en prisión con un estilo sencillo, "sin concesiones a metáforas". "Me parece un personaje fascinante".
Tras cuatro años de cárceles en condiciones terribles, palizas y torturas psicológicas incluidas, Assata es condenada por el suceso de la autopista de Nueva Jersey, aunque "las pruebas demuestran que ella no pudo hacerlo", añade Odriozola. En el juicio se constata que le dispararon en la clavícula cuando estaba sentada en el coche y tenía los brazos en alto; varios expertos declararon que no había residuos de pólvora en sus dedos, ¿cómo pudo disparar a alguien? Demasiadas dudas, pero "era un momento en la historia de Estados Unidos y un caso por el que no podían dejarla escapar". Sus abogados estaban convencidos de que el racismo estaba detrás de la sentencia.
El libro es también un paseo por la convulsa sociedad de EE UU de finales de los sesenta y comienzos de los setenta. La de los movimientos revolucionarios que lucharon contra la vergüenza de la segregación racial, en ocasiones con las armas en la mano. La de un brutal sistema penitenciario en el que se mantenía el lodo del semiesclavismo, con presos empleados como trabajadores sin sueldo. La de la guerra sucia del FBI, que a través de un programa de contrainteligencia desbarató las organizaciones de izquierdas que nacieron al calor de la contracultura.
"Esta autobiografía es muy conocida en EE UU y cuando se estudia a los autores negros en las universidades está siempre ahí", explica Odriozola. La publicación de esta clase de obras por Capitán Swing, editorial nacida en 2009 con una propuesta "contracultural y disidente", busca analizar las dinámicas sociales del pasado para ayudar a comprender el presente, cuenta su editor, Daniel Moreno. Quizá la razón del éxito y las sucesivas ediciones de Una autobiografía en el país de Assata esté en el estilo de la autora, "que no cae en lo fácil de quedar bien", sino que muestra sus errores, lo que piensa cuando era una adolescente, como su apoyo a la guerra de Vietnam, y cómo va evolucionando hasta forjar su carácter indómito. Otro atractivo del texto es que a pesar de las asperezas que desgrana, deja pequeños espacios para las situaciones tiernas, para los sentimientos.
El libro se completa con un glosario para que el lego en la materia sepa, por ejemplo, quién fue Elmer Pratt, un pantera negra que pasó 27 años en prisión acusado en falso de asesinato, o hasta qué año tuvieron vigencia las leyes de segregación racial Jim Crow. Si a Assata le llega algún día este libro podrá comprobar cómo suena en español, el idioma del país en el que vive escondida, lo que escribió hace 26 años, la historia de su vida.
(Arriba, una de las pocas imágenes de Assata Shakur, cedida por la editorial Capitán Swing).
11 de julio de 2013
Ha querido el todopoderoso FBI darle más relevancia a la traducción al español de la autobiografía de Assata Shakur. A primeros de mayo, la agencia federal de investigación elevó a dos millones de dólares (1,53 millones de euros) la recompensa por alguna pista sobre el paradero de esta antigua activista del revolucionario Partido de los Panteras Negras, a la que además situó en la lista de los 10 terroristas más buscados (es la única mujer en esa clasificación). ¿Quién es Assata Shakur? El libro que ha editado Capitán Swing (20 euros) es el relato en primera persona de alguien que se declara inocente del asesinato del policía Werner Foerster, por el que fue condenada a cadena perpetua en 1977. Assata se fugó de la prisión de Clinton, en Nueva Jersey, el 2 de noviembre de 1979, y tras un lustro de huidas se marchó a Cuba. En 1987 escribió Una autobiografía.
Assata arranca su relato cuando se encuentra en estado crítico, herida de bala, tirada en el suelo mientras espera ser trasladada a un hospital. Era el 2 de mayo de 1973, una pareja de policías dio el alto al coche en el que ella viajaba con dos amigos. Se produjo un tiroteo que acabó con la vida de un agente y de uno de los compañeros de Assata, Zayd Shakur. Esta mujer nacida en Nueva York el 16 de julio de 1947 como Joanne Chesimard alterna en su autobiografía los capítulos sobre su vida desde que era "un bebé gordito y alegre", con los que detallan su vía crucis judicial, hasta seis causas, de las que sale inocente una tras otra porque las acusaciones no tienen consistencia. "Todos los casos se desmontaron", señala Ethel Odriozola, una de las dos traductoras de la obra (junto a Carmen Valle) y a quien ha llamado la atención cómo Assata cuenta el horror de su vida en prisión con un estilo sencillo, "sin concesiones a metáforas". "Me parece un personaje fascinante".
Tras cuatro años de cárceles en condiciones terribles, palizas y torturas psicológicas incluidas, Assata es condenada por el suceso de la autopista de Nueva Jersey, aunque "las pruebas demuestran que ella no pudo hacerlo", añade Odriozola. En el juicio se constata que le dispararon en la clavícula cuando estaba sentada en el coche y tenía los brazos en alto; varios expertos declararon que no había residuos de pólvora en sus dedos, ¿cómo pudo disparar a alguien? Demasiadas dudas, pero "era un momento en la historia de Estados Unidos y un caso por el que no podían dejarla escapar". Sus abogados estaban convencidos de que el racismo estaba detrás de la sentencia.
El libro es también un paseo por la convulsa sociedad de EE UU de finales de los sesenta y comienzos de los setenta. La de los movimientos revolucionarios que lucharon contra la vergüenza de la segregación racial, en ocasiones con las armas en la mano. La de un brutal sistema penitenciario en el que se mantenía el lodo del semiesclavismo, con presos empleados como trabajadores sin sueldo. La de la guerra sucia del FBI, que a través de un programa de contrainteligencia desbarató las organizaciones de izquierdas que nacieron al calor de la contracultura.
"Esta autobiografía es muy conocida en EE UU y cuando se estudia a los autores negros en las universidades está siempre ahí", explica Odriozola. La publicación de esta clase de obras por Capitán Swing, editorial nacida en 2009 con una propuesta "contracultural y disidente", busca analizar las dinámicas sociales del pasado para ayudar a comprender el presente, cuenta su editor, Daniel Moreno. Quizá la razón del éxito y las sucesivas ediciones de Una autobiografía en el país de Assata esté en el estilo de la autora, "que no cae en lo fácil de quedar bien", sino que muestra sus errores, lo que piensa cuando era una adolescente, como su apoyo a la guerra de Vietnam, y cómo va evolucionando hasta forjar su carácter indómito. Otro atractivo del texto es que a pesar de las asperezas que desgrana, deja pequeños espacios para las situaciones tiernas, para los sentimientos.
El libro se completa con un glosario para que el lego en la materia sepa, por ejemplo, quién fue Elmer Pratt, un pantera negra que pasó 27 años en prisión acusado en falso de asesinato, o hasta qué año tuvieron vigencia las leyes de segregación racial Jim Crow. Si a Assata le llega algún día este libro podrá comprobar cómo suena en español, el idioma del país en el que vive escondida, lo que escribió hace 26 años, la historia de su vida.
(Arriba, una de las pocas imágenes de Assata Shakur, cedida por la editorial Capitán Swing).
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