Los tres fallecidos son las bajas más significativas que sufre la organización palestina
Hamás y los servicios de Inteligencia de Israel (Shin Bet) han confirmado que tres de los seis muertos de la pasada madrugada en Gaza son altos comandantes de las Brigadas Al Qassam,el brazo armado de la organización islamista. Se trata de Raed al-Attar, Mohammed Abu Shamala y Mohammed Barhoum. Los dos primeros están considerados como los principales jefes de la milicia en el sur de la franja. De hecho, el bombardeo israelí que ha acabado con su vida se ha llevado a cabo en Rafah, la ciudad limítrofe con Egipto. El grupo armado ha prometido venganza por el asesinato de los tres líderes. "Israel pagará un cuantioso precio [por esta acción] y por los crímenes que perpetra sobre el pueblo palestino. Este tipo de acciones lo único que hacen es fortalecer nuestra determinación a seguir luchando", ha subrayado en un comunicado.
El diario israelí Haaretz cita al Shin Bet para afirmar que Samala era el comandante de más peso. Al parecer, habría participado en varios ataques contra intereses israelíes, entre los que se incluye una operación en el cruce de Kerem Shalom, en la frontera, en 2006. Dos soldados murieron y un tercero, Gilad Shalit, fue capturado. Estuvo cinco años en manos de Hamás, hasta que fue liberado a cambio de la excarcelación de un millar de presos en el otoño de 2011. Hay varias fotos en las que aparece aparece junto al militar israelí, minutos antes de su salida de la franja.
Además, la unidad encabezada por al-Attar fue responsable de la muerte en combate del teniente Hadar Goldin en los inicios de esta Operación Margen Protector. Su cuerpo nunca fue encontrado, tras el ataque al blindado en el que viajaba y en el que murieron calcinados sus seis compañeros. Israel cree que los islamistas tienen aún sus restos. Los tres miembros de Hamás estarían detrás, insiste Israel, de la muerte de "varios" soldados más a lo largo de la presente ofensiva, indican fuentes militares.
En la nueva fase de violencia retomada desde la noche del lunes, cuando acabó la tregua que mantenían las partes para negociar una solución política al conflicto en El Cairo, Israel está aplicando una nueva estrategia, golpeando a los líderes de Hamás y ya no sólo a su infraestructura o a sus arsenales. Hamás denuncia que ha golpeado incluso la casa de Mohamed Deif, el comandante máximo de su brazo armado. Insiste en que su líder sigue vivo, aunque no aclara en qué estado, aunque en el bombardeo murieron su esposa, su hijo y tres vecinos.
A esta hora, y pese a la amenaza de Hamás de atacar el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv a partir de las seis de la mañana (las cinco en España), la calma es absoluta en la zona. No han sonado las alarmas más que en la zona más próxima a la frontera con Gaza. Los cohetes no han llegado a diez esta noche, mientras que Israel ha atacado una veintena de objetivos en Gaza, que han dejado al menos tres muertos más (aparte de los miembros de Hamás) y unos 30 heridos, cinco de ellos graves, indican fuentes médicas de Gaza.
La prensa israelí publica esta mañana, además, que un destacado líder religioso de Hamás, Sheikh Saleh al Arouri, habría dicho en una conferencia en Estambul que su organización está detrás del secuestro y asesinato de los tres jóvenes judíos, capturados el 12 de junio en Cisjordania. Sería la primera vez que los islamistas reconocen su autoría, que Israel ha denunciado desde el primer momento, aunque no ha mostrado pruebas en público. La escalada en la franja a propósito de este caso y del crimen, en revancha, de un menor palestino en Jerusalén Este a manos de ultranacionalistas judíos, está en la raíz de los actuales ataques a Gaza.
CARMEN RENGEL Jerusalén
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