Por su enormes esfuerzos para la destrucción de las armas químicas en el mundo".
Con estas palabras, el Comité Nobel le informó al mundo la razón por la que la Organización para Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) era merecedora del Premio Nobel de la Paz de este año.
(El diplomático turco Ahmet Uzumcu es el actual presidente de la Organizacion para la Prohibición de Armas Químicas.)
Fundada en 1997 para eliminar las armas químicas en todo el mundo, su misión ha ganado especial importancia este año después del ataque con armas químicas en Siria, donde murieron al menos 1.400 personas. Su primer presidente fue el brasileño José Bustani.
"Yo sé que el premio Nobel nos ayudará en el hecho de promover la universalidad de la Convención (de Armas Químicas) en los meses que vienen. Espero que podamos lograrlo prontamente", dijo el presidente de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, en las primeras declaraciones después del anuncio.
La organización tiene su base en La Haya, Holanda, y en ella trabajan unas 500 personas con un presupuesto cerca de US$100 millones.
Desde su creación, la OPAQ ha destruido un total de 57.000 toneladas métricas de armas químicas, especialmente de arsenales de Estados Unidos y Rusia.
Los expertos en armas químicas creen que en Siria pueden haber cerca de 1.000 toneladas de sarin, gas mostaza y VX, algunos almacenados sin procesar y otros ya cargados en misiles, ojivas y cohetes.
El inicio del proceso no fue muy claro. Después del acuerdo firmado entre los gobiernos de Estados Unidos y Rusia con el fin de evitar una intervención armada en Siria, se procedió a la destrucción de las armas químicas.
No obstante, el país árabe no pertenecía a la organización ni había suscrito la Convención contra las Armas Químicas.
Este obstáculo se despejó el mes pasado cuando Siria firmó la convención, la cual la OPAQ es la encargada de aplicar.
El gobierno de Al Asad está acusado de usar este tipo de armamento en un ataque el pasado 21 de agosto, en el que murieron al menos 1.400 personas en las afueras de la capital, Damasco.
Después de aceptar la visita de inspectores de las Naciones Unidas y de la OPAQ, Siria se ha convertido en un activo colaborador en la labor que realizan los funcionarios de ambos organismos, aunque todavía faltan muchas dificultades por sortear.
"Los 27 inspectores que trabajan en Siria lo están haciendo en unas condiciones poco favorables para su labor. Además, el plazo que se ha impuesto es bastante corto", había advertido Uzumcu a principios de esta semana.
"No queremos dar la impresión de que no estamos focalizados en otra cosa que no sea el tema de destruir las armas químicas", dijo recientemente el portavoz Michael Luhan.
Sobre las posibilidades de ganar el Premio Nobel, Luhan dijo hace un mes que ellos no querían obtener la distinción solo como reconocimiento a la labor en Siria.
"No queremos ser reconocidos por solo una acción. Hemos hecho un trabajo de mucha constancia, difícil y durante muchos años, así que eso es lo que hay que resaltar de la OPAQ", anotó Luhan.
La distinción consiste en una medalla de oro, un diploma y US$1,2 millones. La ronda de los Nobel terminará el lunes, con el anuncio en la categoría Economía.
Con estas palabras, el Comité Nobel le informó al mundo la razón por la que la Organización para Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) era merecedora del Premio Nobel de la Paz de este año.
(El diplomático turco Ahmet Uzumcu es el actual presidente de la Organizacion para la Prohibición de Armas Químicas.)
Fundada en 1997 para eliminar las armas químicas en todo el mundo, su misión ha ganado especial importancia este año después del ataque con armas químicas en Siria, donde murieron al menos 1.400 personas. Su primer presidente fue el brasileño José Bustani.
"Yo sé que el premio Nobel nos ayudará en el hecho de promover la universalidad de la Convención (de Armas Químicas) en los meses que vienen. Espero que podamos lograrlo prontamente", dijo el presidente de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, en las primeras declaraciones después del anuncio.
La organización tiene su base en La Haya, Holanda, y en ella trabajan unas 500 personas con un presupuesto cerca de US$100 millones.
Desde su creación, la OPAQ ha destruido un total de 57.000 toneladas métricas de armas químicas, especialmente de arsenales de Estados Unidos y Rusia.
Su trabajo en Siria
La organización, con 190 Estados miembros, que actualmente supervisa la destrucción del arsenal químico de Siria, ha dicho que el gobierno de Bashar al Asad ha cooperado con su labor y que para mediados de 2014 podrían haber completado su tarea en este país.Los expertos en armas químicas creen que en Siria pueden haber cerca de 1.000 toneladas de sarin, gas mostaza y VX, algunos almacenados sin procesar y otros ya cargados en misiles, ojivas y cohetes.
El inicio del proceso no fue muy claro. Después del acuerdo firmado entre los gobiernos de Estados Unidos y Rusia con el fin de evitar una intervención armada en Siria, se procedió a la destrucción de las armas químicas.
No obstante, el país árabe no pertenecía a la organización ni había suscrito la Convención contra las Armas Químicas.
Este obstáculo se despejó el mes pasado cuando Siria firmó la convención, la cual la OPAQ es la encargada de aplicar.
El gobierno de Al Asad está acusado de usar este tipo de armamento en un ataque el pasado 21 de agosto, en el que murieron al menos 1.400 personas en las afueras de la capital, Damasco.
Después de aceptar la visita de inspectores de las Naciones Unidas y de la OPAQ, Siria se ha convertido en un activo colaborador en la labor que realizan los funcionarios de ambos organismos, aunque todavía faltan muchas dificultades por sortear.
"Los 27 inspectores que trabajan en Siria lo están haciendo en unas condiciones poco favorables para su labor. Además, el plazo que se ha impuesto es bastante corto", había advertido Uzumcu a principios de esta semana.
Focalizados
En distintas declaraciones, voceros de la OPAQ han afirmado que el tema de Siria es una prioridad."No queremos dar la impresión de que no estamos focalizados en otra cosa que no sea el tema de destruir las armas químicas", dijo recientemente el portavoz Michael Luhan.
Sobre las posibilidades de ganar el Premio Nobel, Luhan dijo hace un mes que ellos no querían obtener la distinción solo como reconocimiento a la labor en Siria.
"No queremos ser reconocidos por solo una acción. Hemos hecho un trabajo de mucha constancia, difícil y durante muchos años, así que eso es lo que hay que resaltar de la OPAQ", anotó Luhan.
La distinción consiste en una medalla de oro, un diploma y US$1,2 millones. La ronda de los Nobel terminará el lunes, con el anuncio en la categoría Economía.
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