Al menos 80 personas resultaron heridas en un accidente de tren ocurrido este sábado por la mañana en la estación de Once, una de las más importantes de Buenos Aires.
El secretario de Seguridad de la nación, Sergio Berni, confirmó que el accidente no dejó víctimas mortales.
El secretario de Seguridad de la nación, Sergio Berni, confirmó que el accidente no dejó víctimas mortales.
Del total de heridos, dijo, 36 fueron trasladados a centros hospitalarios. Cinco de ellos presentan fracturas de gravedad.
La mayoría sufrió traumatismos y cortes debido al impacto y los cristales rotos.
El hecho ocurrió cuando un convoy de la línea Sarmiento, procedente de las afueras de la capital, chocó contra una valla de contención del andén. Las autoridades ahora investigan las causas de lo ocurrido.
"Vi que llegaba el tren, que no frenaba y entonces escuché una explosión muy fuerte y muchos gritos", relató un testigo del accidente, quien también dijo que no podía creer que se hubiese producido "otra catástrofe".
"Tuve la suerte de viajar en el tercer vagón, solo sufrí golpes, pero fue un desastre", dijo Julio, sobreviviente del accidente, a la agencia EFE. Y agregó: "Tengo una sensación muy amarga, de impotencia, no se puede viajar más así".
Minutos después de lo ocurrido, un grupo de pasajeros intentó linchar al conductor del tren chocado, según lo informaron los medios argentinos.
Desafío para el gobierno
La gestión del sistema ferroviario se ha convertido en uno de los principales desafíos para el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, además de una costosa infraestructura debido a los elevados subsidios públicos para financiar el viaje a los pasajeros, en su mayoría trabajadores que se desplazan desde el interior de la provincia de Buenos Aires a la capital", explicó el corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, Ignacio de los Reyes.
Se trata de al menos el cuarto accidente grande de trenes que se reporta en Argentina en menos de dos años.
En febrero de 2012, un accidente similar en la misma línea y en el mismo andén provocó 51 muertos y más de 500 heridos.
"El gobierno mantiene un pulso con el gremio de los conductores de trenes, a quien ha acusado en varias ocasiones de no hacer lo suficiente por garantizar la seguridad de los pasajeros", recordó De Los Reyes.
Los pasajeros, agrega el corresponsal, suelen quejarse de los retrasos frecuentes y del mal servicio, y no es raro ver a los viajeros hacinados en los vagones camino al trabajo.
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