La pieza incluye por primera vez los pasajes censurados por Otto, el padre de la famosa víctima del Holocausto
(Ana Frank y su hermana Margot, en la playa de Zandvoort en 1937. / ARCHIVO DE ANA FRANK)
na nueva adaptación teatral del Diario de Ana Frank está a punto de aparecer en escena. Titulada Anne, la obra incluye por primera vez los pasajes censurados tras la Segunda Guerra Mundial por el padre de la niña. Los encargados de actualizar uno de los libros más reconocibles del Holocausto son el matrimonio formado por los escritores holandeses Leon de Winter y Jessica Durlacher. Hijos ambos de supervivientes del horror nazi, han aceptado el encargo del Fondo de Ana Frank de Basilea (Suiza), dueño de los derechos de autor. El estreno está previsto para el próximo 8 de mayo en el nuevo Teatro Ámsterdam, erigido para acoger la obra.
El paso de la niñez a la adolescencia de Ana Frank, que murió de tifus en 1945, a los 15 años, en el campo de concentración germano de Bergen-Belsem, se produjo durante los dos años de escondite en la capital holandesa. Sus padres y hermana, además de otras cuatro personas, se ocultaron en la parte de atrás de un edificio de los canales, y en sus escritos hay algunas críticas contra su madre. También queda claro su despertar al amor y sus sentimientos hacia Peter, el hijo del matrimonio que estuvo con ellos. Delatados, de los campos de concentración solo regresó Otto Frank, el progenitor. El Diario fue rescatado por Miep Gies, una amiga de la familia, y Otto consiguió publicarlo en 1950. Suprimió, eso sí, las entradas que consideró comprometidas. Poco podía imaginar entonces que acabarían vendiéndose, en diversas traducciones, unos 35 millones de ejemplares.
“La adaptación acerca al público actual, sin vulnerarlas, las palabras de Ana”, han asegurado De Winter y Durlacher. El Diario completo apareció en 1995 pero no había sido representado así en escena. Imagine Nation, la productora holandesa, ha querido añadir “momentos del periodo anterior al escondite, y también posteriores a la deportación”. Es más de lo recogido por la propia niña, y esta parte adicional se apoyará en los avances escenográficos del teatro. “La historia necesita ser contada de nuevo a cada generación, y el Fondo de Basilea ha querido darle un baño contemporáneo acorde con su misión educativa”, señalan sus portavoces.
La primera versión recortada del Diario sirvió para que los dramaturgos estadounidenses Frances Goodrich y Albert Hackett —matrimonio como sus colegas holandeses— firmaran una obra de teatro. Estrenada en Nueva York en 1955, tuvo gran éxito y les valió el Premio Pulitzer. En 1958, Hollywood encargó al director George Stevens una película, titulada El Diario de Ana Frank, que dio el espaldarazo definitivo a la historia. La actriz Audrey Hepburn, de padre británico y madre holandesa, recibió el guion, pero rechazó el papel protagonista. Nacida el mismo año que Ana, le recordaba sus propias penurias durante la Segunda Guerra Mundial, que pasó en la ciudad holandesa de Arnhem, ocupada por las tropas nazis.
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ISABEL FERRER La Haya
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