martes, 25 de marzo de 2014

El mito del tamborero

Un relato escrito hace 30 años por Leonardo Padura sobre el músico cubano, se convierte en e-book con ilustraciones de Ajubel




(Una de las ilustraciones del i-book. / AJUBEL)


Cuba es cuna de grandes tamboreros, pero ninguno de mayor trascendencia que Chano Pozo. En su breve vida de 33 años, el músico dejó huella imborrable en la música folclórica, popular y el jazz. El éxito le llega pronto. Antes de consagrarse en Estados Unidos a los 31, ya estaba en boca de todos en su país natal, paseándose por La Habana en el lujoso carro del año, vestido por los mejores sastres, en compañía de hermosas mujeres. La prensa de la época reporta que el joven percusionista muere baleado por un vendedor de marihuana en un bar neoyorquino, el 3 de diciembre de 1948. A nadie sorprende el violento final de Pozo. Al conquistar la fama no abandona su origen y costumbres solariegas. En el solar, las discusiones se resuelven de manera decisiva, con los puños, las navajas o las balas, de ser necesario.

Hace casi treinta años, Leonardo Padura publica el relato La noche triste de Chano Pozo. En su espacio predilecto -a mitad del camino entre el periodismo y la ficción- Padura se zambulle en el pasado entrevistando a quienes conocieron en vida al fatídico músico y emerge con su propia versión de los hechos. Los tambores son sagrados. En su prisa por la vida, Chano deja para mañana hacerse el santo, como todo tamborero que se precie. A los santos, no hay que hacerlos esperar.
El relato de Padura brilla con luz propia. Comparte la pasión por la dislocada historia y cultura cubanas que iluminan sus novelas. Sabueso innato desde sus primeros pasos en el periodismo, Padura se rige por eldictum de André Gide: "Cree en todos los que buscan la verdad, duda de quienes la encuentran; duda de todo, pero no de ti mismo". En más de medio siglo de revolución, Cuba no ha producido un escritor de semejante sagacidad, imaginación, talento, como para moverse tan cómodamente entre el periodismo y la ficción.
Ahora, con la publicación de un eBook (a la venta en 51 países a través de la tienda iTunes) el relato de Padura cobra nueva vida con impactantes imágenes de su amigo de juventud, el genial dibujante cubano Ajubel, radicado en Valencia desde 1991. La última noche de Pozo aparece iluminada por una luna perfectamente blanca, redonda y solitaria. El avión que lleva al tamborero a Nueva York parece un ataúd con alas. El gélido invierno neoyorquino se tiñe del azul de la melancolía. Los peatones deambulan escondidos en sendos fedoras y abrigos de la lana. Los ojos achinados de Pozo destellan la fiebre de su ritmo sin par. Lejos de ahí, en una rústica silla de madera, Santa Bárbara empuña su espada la víspera de su día al calor de una velita y una ofrenda de alcohol.
La noche triste de Chano Pozo es la primera entrega de la colecciónMemorias de Cuba que incluirá otros cinco relatos de Padura llevados -como el primero- a nueva dimensión por flamantes imágenes de Ajubel. Para este lector el saldo de La noche triste… es razón de júbilo. Te induce a buscar grabaciones de los cuarenta para escuchar nuevamente el hondo repicar, ancestral y contundente, de los tambores de Chano Pozo. No se puede pedir más.
Nat Chediak es autor, junto a Fernando Trueba de 'Diccionario de jazz latino'.
http://cultura.elpais.com/cultura

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