martes, 6 de agosto de 2013

Como empezar a reconocer un poema mediocre.

Que comience, abuse, o se centre en algún adverbio dubitativo


Es la forma más facilista que apela al efectismo de lo subjetivo. Cuando no se tiene habilidad ni conocimiento para definir a través del dominio del lenguaje, o de las maneras del decir, el “objeto” del poema, existe una inclinación natural a “indefinir” el texto: quizá(s), acaso, probablemente, posiblemente, seguramente, tal vez, sin duda, puede, puede ser, a lo mejor, quién sabe.

Cacofonía reiterada

Esto es la mayoría de las veces el sello innegable que delata a un poema que no tiene valor poético alguno, y es fácilmente reconocible. Por un lado, destroza toda posibilidad de establecimiento del ritmo en un poema que quiere ser de verso libre, o denota la impericia del escritor cuando intenta construir un poema usando alguna estructura formal. Ejemplo de cacofonía son las siguientes frases:

Cuando la explosión terminó no hubo más que confusión.

Mientras tras bambalinas había ruido.

Cuando estuviste, viste el estadio.

En la foto parece que aparece un fantasma.

Tres tristes tigres.

Mauricio escribió la canción, con todo su corazón, porque es su pasión.

Dice Carlos, que dice su mamá, que le dijo Lupita, un dicho que dice así.


  Que defina una fórmula métrica y la traicione

La mayoría de los poetas novatos, sin lectura, sin disciplina y, por último, sin talento, suelen aventurarse escribiendo poemas bajo algún esquema métrico conocido, o mas fácilmente, a través de la rima en la poesía. Así, establecen un marco sobre alguna fórmula métrica que no pueden respetar en el resto del poema. O que escogen escribir en la forma del verso libre porque lisa y llanamente, encuentran “difícil” escribir algún poema a través de una forma métrica más o menos conocida. La verdad es, que un poeta que no pueda escribir, por ejemplo, un soneto clásico con cierta soltura, será casi imposible que puede descubrir y plasmar en la forma del Verse Libre, un texto de algún mínimo valor poético.

Fractura rítmica que se presente ya en los dos o tres primeros versos

Es cierto que el ritmo en el verso libre es un fenómeno complejo donde no existen fórmulas, pero cualquiera que tenga suficiente lectura podrá reconocer el ritmo que el poeta instaura a partir de los primeros versos, y la relación que este ritmo establece con la totalidad del poema. La mayoría de las veces, los iniciados, o los poetas de fin de semana no logran cruzar este umbral transformando sus obras en textos insufribles, tediosos, cursis, y lastimeros. Si el poeta no es capaz de lograr una comunión con el ritmo necesario que sostenga el corpus del texto en los primeros versos, no va a lograrlo en el resto del poema, y no vale la pena, para ningún lector asiduo a la poesía, continuar leyendo.



Deficiencias acumuladas en los textos poéticos


Ahora bien, existen muchos otros niveles de apreciación que valorizan a una obra poética, que suelen ser muchísimo mas complejos y que no son el tema de este breve artículo, que solo ha enunciado el 1% del valor que debiese tener un buen poema. Pero, si ya es grave caer en alguna de estas muletillas que nos permiten reconocer de inmediato un poema de poco valor, la suma de dos, tres, o mas, o la reiteración de las mismas, francamente sepultan toda posibilidad de que un texto pueda considerarse como poético. Ahora bien, un texto con estas características tienen el valor de representar ciertos estados de ánimo, o sentimientos de su autor, y como tal, serán valorados en señal de afecto por quienes tienen establecidos ciertos lazos de afecto, pero de ahí ha que esta condición avale per se un texto como poético, no tiene nada que ver.

Por último, y a propósito del párrafo anterior, se suman dos males propios que, definidos por la falta de calidad de sus obras, suelen dar una clave de quienes son malos poetas o, simplemente no lo son

Una es la sobre reacción a las criticas al interpretarlas como una especie de ataque personal, sazonada con la carencia de lectura, y la nula capacidad de dialogo con respecto al fenómeno de la poesía y la literatura. Lo otro, es la recurrente practica de escribir los llamados poemas sueltos, la mayoría de las veces de temática mal llamada romántica o amorosa, incapaces de elaboraciones donde la suma de textos persigan una unicidad mas o menos reconocible.

En fin, sin ánimo de crítica a nuestro medio, creo que esto ayudará a gestar ciertas definiciones necesarias, respecto a lo que no tenemos ni vamos a tener ni en el corto ni en el mediano plazo, y del porqué la poesía es ajena a las grandes mayorías, que no es fundamentalmente por problemas de apoyo estatal, ni por la desidia de las editoriales, sino, mayoritariamente, porque quienes publican y se dedican a escribir poesía, son francamente malos escritores, y escriben textos aberrantes, aburridos, sin ninguna originalidad, ni talento.

Lo que uno debe hacer, cuando se encuentra con un poema que cumpla con estas características aquí enunciadas, o abuse de ellas, es alejarse de ellos y de sus autores lo más lejos posible. Y no volver a leer nada que se asocie a ese autor: el deber de reivindicarse pertenece a ese autor, y no a nuestra paciencia, que suele ser limitada.


por Jorge Collao



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