miércoles, 7 de agosto de 2013

DERECHOS Y DIGNIDAD DE LOS BAKA

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA DEISABEL MUÑOZ


CRÓNICA DE VIAJE
Junto a la fotógrafa Isabel Muñoz y los miembros del equipo de Plan España, viajó también la periodista de El País SemanalLola Huete, quien recogió en una intensa crónica el modo de vida y la problemática a la que se enfrentan las comunidades Baka y cómo Plan Internacional trabaja para que tengan acceso a sus derechos básicos, sean reconocidos y puedan integrarse en la sociedad camerunesa.

El siguiente texto recoge algunos fragmentos del reportaje publicado por Lola Huete en El País Semanal titulado “Los últimos pigmeos”.
Los pigmeos no tienen derechos sobre la tierra ni documentos de identidad; muy pocos están escolarizados; sus condiciones de salud, higiene y alimentación son precarias, y dependen para subsistir de otras tribus…”, había resumido antes, en Bertoua, Denis Tchounkeau, coordinador del programa Derechos y dignidad de los baka, en marcha en esta zona en la que la ONG se implica desde hace dos lustros. De hecho, los primeros niños que apadrinaron al llegar al país en 1986 fueron pigmeos.

Al preguntar al director de Plan en Yaoundé, Amadou Bocoum, por los grupos más primitivos, aquellos que se escarifican la piel, danzan en ceremonias secretas o prohibidas o permanecen desnudos, él se sorprende. El tópico del antropólogo a la caza de culturas milenarias antropófagas sobrevuela la escena. “Ya no existen como tal. Todos tienen contacto con la civilización. Ésa es su realidad hoy y su drama. Nosotros debemos trabajar por la modernidad”, concluye. Y, desde sus dos metros de altura, dice que él procede de Mali y que su tatarabuelo también fue nómada. Sonríe como diciendo: “Y en este mundo ¿quién no lo es?
El jefe Ngongo, bajo de talla, dientes afilados como es costumbre, gran bigote y ojos enormes, hierático, habla de las grandes dificultades para sobrevivir. Añade: “Plan ha construido nuestras casas y me ha dado el móvil. Se lo agradezco”.

Plan asegura que esa comunidad y la de Bosquet y Bonando es donde más se aprecia lo conseguido: interacción, intercambio, participación, escolarización, formación técnica y agrícola… Por primera vez hay un consejero municipal que es baka, y en Bertoua, un grupo de ellos emiten un programa de radio que es como un grito, Baka, je suis. “Nutrición, educación y tierra”. Ése, decían en Asbak, es el secreto para que su cultura sobreviva. “Y el cambio de mentalidad que llegará en la siguiente generación”.

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