domingo, 2 de febrero de 2014

Los salvadoreños de EE UU envían votos y no solo remesas, por primera vez

El 42% de la población de El Salvador reside fuera del país y el 93% lo hace en norteamérica

Estos son los primeros comicios en los que han podido ejercer su derecho al voto






Voluntarios ayudan a salvadoreños con su documentación en el consulado de Los Ángeles.
“Ha sido casi una pesadilla, pero poder ejercer el derecho al voto desde fuera de mi país ha merecido la pena”. Carlos Rivera tiene 56 años y llegó a Virginia procedente de El Salvador en 1987 huyendo de la guerra. Hasta ahora, Rivera únicamente había mandado dinero a su país, pero cuando el pasado 8 de enero, cuando lacró la papeleta electoral para las elecciones presidenciales salvadoreñas que se celebran el próximo domingo, pudo, también, enviar su voto. Por primera vez en la historia de El Salvador, sus ciudadanos en el exterior ha podido ejercer su derecho al voto, un hito esencial para su democracia, ya que el 42% de la población salvadoreña vive fuera del país.
El 93% de la diáspora de El Salvador reside en EE UU. Con casi dos millones de habitantes, los salvadoreños se han convertido en el tercer grupo hispano más importante de este país, por detrás de mexicanos y portorriqueños. Hasta ahora, la influencia de los salvadoreños en el exterior se traducía a través de los miles de millones que enviaban a sus familiares en forma de remesas, pero este año, tras una lucha que se ha prolongado décadas y que siempre se topó con los recelos del partido en el poder a que el voto en el extranjero favoreciera a la izquierda, su influjo también se va a sentir en las urnas.
Las dificultades burocráticas, la falta de capacidad del sistema y el escaso tiempo para poder desarrollar adecuadamente el proceso electoral sólo ha permitido que puedan inscribirse para ejercer su derecho al voto poco más de 10.000 salvadoreños en todo el mundo
“Me siento muy orgulloso de que una demanda que nos han planteado desde hace muchos años se pueda empezar a materializar”, reconoce el embajador de El Salvador en EE UU, Rubén Zamora. Pese a todo, las dificultades burocráticas, la falta de capacidad del sistema y el escaso tiempo para poder desarrollar adecuadamente el proceso electoral sólo ha permitido que puedan inscribirse para ejercer su derecho al voto poco más de 10.000 salvadoreños en todo el mundo. “El procedimiento actual no es el más fácil para votar. Pero en 2019 el voto en el exterior ya podrá ser determinante en la elección presidencial”, reconoce el diplomático.
La Ley de Voto Exterior que se aprobó el año pasado en El Salvador únicamente admite la fórmula del voto por correo. Para inscribirse, se requiere disponer del Documento Único de Identidad (DUI) con el domicilio actual, un importante impedimento ya que en la mayoría de los casos la cédula de quienes lo tienen solo consigna la dirección salvadoreña y el procedimiento para sustituirlo en los consulados ha sido bastante farragoso. Zamora calcula que hay entre 60.000 y 80.000 salvadoreños que residen fuera de su país que tienen DUI pero con las señas de El Salvador.
“Había que esperar horas al teléfono para que te den una cita y éstas son muy pocas, a eso hay que añadir la limitante, en muchos casos, de tener que desplazarse muchas horas y kilómetros para llegar al consulado o de que la fecha asignada coincidiera con tu día de trabajo, como me pasó a mí”, ilustra Jorge Artiga, uno de los comisionados por el voto en el exterior y presidente de la fundación SHARE El Salvador, una organización que se encarga de apoyar y defender los derechos civiles de los salvadoreños en EE UU. Artiga ha tenido suerte y ha podido desplazarse a El Salvador donde votará in situ este domingo.

Para los salvadoreños en el exterior que han podido ejercer su derecho al voto, estas elecciones son un hecho histórico. “Para mí esto es equivalente a la lucha por el derecho al voto de la mujer, aunque ahora el número sea pequeño, el paso es muy importante. Hemos abierto una ventana, hemos peleado por un derecho humano”, reconoce Celina Benítez, presidenta del Concilio de Los Ángeles -la segunda ciudad del mundo en número de salvadoreños, tras San Salvador- y jefa de campaña del FMLN. Benítez se ha encargado de explicar el proceso para votar entre los salvadoreños de la ciudad californiana y ha podido comprobar la emoción de sus compatriotas al recibir el sobre electoral. “Muchos querían subir la foto de la papeleta a Facebook para compartir su alegría de poder votar por primera vez y nosotros teníamos que decirles que no podían hacer eso a riesgo de que quedara invalidada”, recuerda.
No hay estadísticas concretas sobre el espectro de la población que representan los 10.000 salvadoreños en el exterior que han podido ejercer su derecho al voto por primera vez. “Yo diría que gente trabajadora, que es la que necesita el DUI para comprar un casa, hacer un préstamo. Me atrevería a decir, además, que es gente que ya han votado o en El Salvador o aquí, porque la del voto es una cultura que se adquiere”, aventura Artiga.
Votar para los salvadoreños en el exterior significa dejar de ser vistos como algo más que el puñado de dólares que envían a sus familiares. “Este año menos, pero en 2019 los salvadoreños serán determinantes en la vida de El Salvador, no sólo económicamente”, reconoce el embajador. No obstante, a través de las remesas y de sus visitas a su país, los migrantes salvadoreños también ejercen una importante influencia entre los suyos. “Nosotros venimos con dinero y regalos, pero muchos de esos regalos son ideas, diferentes formas de ver las cosas. Para mí, que vivo en San Francisco, tener un concejal homosexual es algo normal, en mi país no. Nosotros podemos ayudar a comprender que eso no es lo correcto, traemos valores, culturas y costumbres diferentes que se están empezamos a mezclar en las pláticas con nuestras familias”, defiende Artiga.
Los dos grandes partidos de El Salvador, el Frente Farabundo Martín para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) han hecho campaña en EE UU, aunque modesta. “Tengo la impresión de que los salvadoreños aquí han estado bastante al tanto de la campaña electoral. El Frente ha movilizado a mucha gente y ARENA siempre ha estado muy bien posicionada entre los empresarios salvadoreños, banqueros, propietarios de restaurantes... La prensa hispana, en particular la de Washington y Los Ángeles han cubierto los principales actos electorales en esas ciudades”, indica Geoff Thale, director de programas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Muchos querían subir la foto de la papeleta a Facebook para compartir su alegría de poder votar por primera vez"
Celina Benítez
Han pasado casi 30 años desde que la primera gran oleada de salvadoreños llegara a EE UU para alejarse de la guerra, pero, en la actualidad, ellos sólo constituyen un tercio del total de inmigrantes de ese país. El resto, vino aquí en los 90 huyendo de la violencia y la falta de oportunidades, los principales problemas que creen que sigue teniendo su país y que pretenden ayudar a erradicar con su voto. “Yo siento que para nosotros la preocupación número uno es la situación de violencia, el Gobierno que salga elegido, el que sea, debe buscar todas las formas para erradicarlas, todas, no solo la mano dura, se tienen que aplicar las mil estrategias, la cultura, el deporte... todos los incentivos para que que los jóvenes salgan de la pandilla”, reconoce Artiga.
Benítez llegó a EE UU con nueve años, ella ha aprendido a sentirse salvadoreña con los años. “En la universidad empecé a tratar de encontrar lo que suponía ser salvadoreño, porque nos apegan a la comunidad mexicana, que es grandísima, pero nosotros somos distintos”, señala. Como ella, muchos descendientes de salvadoreños pero nacidos en EE UU se debaten por buscar su identidad. La Unión Salvadoreña de Estudiantes Universitarios (USEU), fundada en 2008, es una asociación que ayuda este tipo de jóvenes a fortalecer sus raíces salvadoreñas. “Muchos tienen curiosidad por saber qué fue de la guerra, cómo es el país. 14 graduados universitarios van a ir a El Salvador para votar allí”, explica Benítez, que colabora con la organización.
Silvia Melisa Romero no necesita apuntalar su identidad, sabe muy bien lo que pasó en su país durante el conflicto con la guerrilla. Romero tiene 29 años y llegó a EE UU con 15. Aquí ha estudiado la secundaria y dos años de Salud Mental. Ella, sin embargo, forma parte de los miles de salvadoreños que se ha quedado sin votar por los problemas de organización. A ella le hubiera gustado poder rellenar su papeleta para poder influir en la deriva de su país. “Aquí la mayoría de los salvadoreños votarían a la izquierda, porque creen que ayudan a los pobres, pero yo también soy pobre y me acuerdo de la guerra. El caballito de la guerra casi mata a mi hermano menor y mi papá estuvo secuestrado por los guerrilleros, yo no perdono”, señala categórica.
Aquí la mayoría de los salvadoreños votarían a la izquierda, porque creen que ayudan a los pobres, pero yo también soy pobre y me acuerdo de la guerra. El caballito de la guerra casi mata a mi hermano menor y mi papá estuvo secuestrado por los guerrilleros, yo no perdono”
Silvia Romero
Ese episodio, sumado a su estupor por la tregua entre las maras auspiciada por el actual gobierno del Frente, hubieran determinado su voto, de haber podido inscribirse, a favor de la ARENA. “Yo no perdono tampoco que este presidente no se tomara el tiempo para venir aquí y hablar con el presidente Obama acerca de la situación de los salvadoreños en EE UU, el anterior sí estuvo muy pendiente de nuestra situación”, sostiene.
La salvadoreña tiene muy claro que sus compatriotas en el exterior sí son más favorables al FMLN, pero Thale duda de que pueda afirmarse esa tendencia de manera categórica. “Muchos de los salvadoreños que en los 80 llegaron aquí responsabilizan de la violencia más al Gobierno que a la guerrilla, pero el hecho es que el Frente tampoco ha organizado aquí una gran base social de izquierdas, el FMLN puede tener una pequeña posibilidad de movilizar el voto, pero creo que la polarización aquí no es tanta como la que cree desde El Salvador”. Los analistas sostienen que el resultado que se dé en el país será muy similar al del voto exterior. Las encuestas de momento son muy parejas y habrá que esperar hasta el domingo, como lo harán Rivera, Aguilar, Benítez o Rosales.

 Washington
Para El País de Madrid

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