La epidemia, aún sin controlar, es ya la tercera más mortífera de la historia
La actual epidemia de ébola que afecta a tres países de África occidental, Guinea, Liberia y Sierra Leona, se ha cobrado ya la vida de 224 personas y sigue produciendo nuevos casos mortales prácticamente cada día. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, se ha convertido ya en la tercera más grave de la historia, solo superada en número de muertes por los brotes de 1976 y 1995, con 280 y 250 fallecidos respectivamente, ambos en la República Democrática del Congo. Lo peor es que, después de cinco meses, la actual epidemia sigue sin estar controlada y afecta a tres países, algo que no había ocurrido hasta ahora.
Según la Organización Mundial de la Salud, solo en cuatro días (entre el 29 de mayo y el 1 de junio) se han producido 51 nuevos casos y 22 muertes, lo que da una idea clara de la dimensión que está adquiriendo esta epidemia. De hecho, la cifra total de casos en los tres países se eleva ya a 420, de los que 217 han sido confirmados por pruebas de laboratorio, 85 son probables y 118 sospechosos. Hasta ahora, la peor epidemia del virus ébola en cuanto a número de casos había sido la que tuvo lugar en Uganda en 2000-2001, con 425 casos confirmados, de los que fallecieron 224 personas.
La epidemia de ébola se declaró oficialmente en Guinea el pasado 22 de marzo, pero había comenzado a cobrarse víctimas mortales al menos dos meses antes. El brote tuvo lugar en la región forestal, fronteriza con Liberia y Sierra Leona, lo que ha provocado la existencia de casos en los tres países citados, al tratarse de la misma zona ecológica. En la actualidad, la principal preocupación de los epidemiólogos es, por un lado, la enorme movilidad de las poblaciones de esta región, lo que facilita la extensión del brote, y, por otra parte, la resistencia que están encontrando en algunas comunidades a declarar la enfermedad y, por tanto, a adoptar las estrictas medidas de prevención, a consecuencia del estigma que sufren las personas enfermas y sus familiares.
El país más afectado sigue siendo Guinea, con 328 casos y 208 muertes. En los últimos días se han detectado nada menos que 37 nuevos casos y 21 muertos con especial intensidad en los distritos de Guéckédou, donde se originó el brote, y Telimele, capital de la región de Kindia. Las autoridades sanitarias del país están haciendo un seguimiento especial de 604 personas que estuvieron en contacto con personas enfermas, mientras que 16 pacientes se encuentran hospitalizados en los centros de aislamiento habilitados al efecto y gestionados por la ONG Médicos sin Fronteras. Las medidas de detección precoz adoptadas en la capital, Conakry, parecen estar obteniendo resultados, aunque se siguen produciendo casos de forma aislada.
El brote de Guinea llegó rápidamente a Liberia, donde desde el pasado mes de marzo se han producido 13 casos y 10 fallecimientos. Aunque el último contagio declarado oficialmente tuvo lugar hace casi dos meses, el pasado 6 de abril, la alerta se ha vuelto a activar en las últimas horas este país después de que una persona que sufría fuertes fiebres hemorrágicas en la vecina localidad sierraleonesa de Kailahun se trasladara a Foya (Liberia), donde falleció y fue enterrada. A causa de la alta posibilidad de contagio se está realizando un seguimiento a 11 personas, en su mayor parte familiares.
Sin embargo, la situación es más inquietante en Sierra Leona, donde se han producido 79 casos, 18 de ellos confirmados por pruebas de laboratorio, y 6 fallecimientos. Aunque todas estas muertes y la mayoría de los casos (41) están localizados en el alejado distrito de Kailahun, en el este del país, y en Bo (13 casos), lo cierto es que hay cinco personas enfermas de fiebres hemorrágicas susceptibles de haberse contagiado con el virus ébola en la capital, Freetown. Cuatro de ellas están en aislamiento en el hospital de Kenema. Una de las empresas mineras más importantes que operan en el país, la británica London Mining Company, ha ordenado hace dos días la salida de todo su personal no esencial del país pese a que de momento no se han reportado casos en la zona de Marampa, donde se encuentra la explotación de mineral de hierro gestionada por esta compañía.
Es la primera vez que se produce un brote de ébola en África occidental. Hasta ahora, este virus, cuyo huésped natural se cree que son varias especies de murciélago frugívoro, había logrado saltar al ser humano en países como la RDC, Uganda, Gabón y Sudán, provocando 17 epidemias registradas desde 1976 en que fue identificado por primera vez. En este caso se trata de una variante local de la cepa Zaire, la más mortal de todas, que presenta una letalidad de en torno al 60%. No hay tratamiento conocido para el ébola y su virulencia está ligada al hecho de que salta de una especie animal al ser humano, que no ha desarrollado su sistema inmunológico para hacerle frente. Por ello, los médicos sólo pueden tratar los síntomas, que en un primer momento son fiebre alta, dolores de cabeza y musculares, vómitos y diarreas, tratando de reforzar el sistema inmunológico del paciente bajándole la fiebre y rehidratándolo.
De momento, la OMS no recomienda el cierre de fronteras. Aunque los países de la región de África occidental mantienen en alerta sus sistemas de vigilancia epidemiólogica, lo cierto es que medidas adoptadas en los primeros momentos del brote por algunos estados, como el cierre de fronteras decretado por Senegal, han sido abandonadas. Las autoridades guineanas sí mantienen los controles sanitarios a todos los viajeros en el aeropuerto de Conakry.
JOSÉ NARANJO Dakar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario